ació en Buenos Aires y era hijo de italianos. Fue su madre, que tocaba el mandolín, quien le enseña a pulsarlo, para ello utilizaba una púa. Instrumento de paredes combadas, parecido al laúd, al que los músicos llamaban El zapallito.

No se lo debe confundir con su hijo Antonio (Toto) Cacace, que actuó profesionalmente en los conjuntos de Anselmo Aieta y Osvaldo Pugliese.

A los dieciséis años vivía en Barracas y desempeñaba varios trabajos propios para su edad, sus padres no querían que se dedicara profesionalmente a la música, pero su padrino le regaló un bandoneón. Genaro Espósito fue temporalmente su maestro, luego continuó como autodidacta.

En 1909, ganaba ya algún dinero tocando en cafés de La Boca cercanos a la esquina de Suárez y Necochea. En uno de ellos conoció a Graciano De Leone que aún tocaba la guitarra. Pasó el tiempo y, en 1917, sus descendientes señalan actuaciones suyas en Montevideo. A su regreso, se incorpora al conjunto de Hermes Peressini, padre del que fuera violinista de Pugliese y autor, entre otros, del tango “La caprichosa”. En 1920, se presentaron en el Teatro Sarmiento poniendo música a las obras representadas por la compañía de los hermanos Ratti.

Integró también, más adelante, la olvidada Orquesta Típica Pastor. Con su colega Emilio Bianchi recorrieron ciudades de provincia y, en 1924, pasó nuevamente por Montevideo. Es posible que una de sus últimas actuaciones destacables haya sido con el sexteto del violinista Alpidio Fernández, junto a José Rosito (violín), a Juan Ghio (piano) y a Roque Biafore y Floriano Benavento (bandoneones).

Desde tiempo atrás, venía aprendiendo un oficio que lo convirtió en uno de los pioneros del mismo: afinador de bandoneones. Una publicidad de 1926 permite leer: «Antigua casa de música Lima, de A. Cacace y A. González. Gran taller de afinación, compostura y lustraje de bandoneones». El local comercial estaba ubicado en la calle Lima 1379. Allí recurrían renombrados intérpretes, como Luis Mariani y Carlos Marcucci.

Por su iniciativa, se creó una de las primeras —si no la primera— de las orquestas infantiles dedicadas al tango. La integraban dos hijos, una sobrina y una hermana, con el agregado de Juan Bibiloni en violín. Como dato curioso, la hermana de Antonio, entró en reemplazo, en el piano, de Juan Carlos Cambón, luego director del Cuarteto Los Ases e integrante del conjunto humorístico Los Cinco Grandes del Buen Humor. Tuvieron actuaciones hacia 1928.

No fue un autor prolífico, de sus títulos se destacan: “Mi reina”, grabado por Juan Maglio en 1923; “Rayito de sol”, registrado por Roberto Firpo en 1922; “El gaucho Relámpago”, dedicado al singular personaje que fuera Carlos Nasca y los también editados, “Aromos de recuerdos”, “La Nación” (dedicado «A los dirigentes del prestigioso diario La Nación») y “La polvareda”, subtitulado Mamita.

Extraído de su libro El tango, el bandoneón y sus intérpretes, Tomo II, Editorial Corregidor, Buenos Aires.