ació en Calabritto, en el sur de Italia, pero su vida transcurrió en Uruguay, más precisamente en la ciudad de Montevideo, donde llegó en 1882 con apenas 11 años.

Ángel María Metallo (1863-1914), su hermano mayor, también era músico. Nuestro amigo Bruno Cespi nos comentó que fue autor de varios valses —el más famoso, “Noches orientales”, grabado por el dúo Bazán-Firpo (1917)— y de algunos tangos cuyas partituras posee: “El celoso” y “Mundo al revés”. Su hermano Ángel Miguel Metallo también fue músico y compuso el tango “El refriao”.

En la excelente obra Raíces Italianas en la Música del Uruguay (Colección Ensayos Históricos, Montevideo 2003), el investigador Julio César Huertas nos cuenta: «En 1905, llega a Montevideo el compositor italiano Giacomo Puccini, al cual Metallo admiraba profundamente y a quien tuvo el privilegio de conocer personalmente. Después de este encuentro, Metallo decide homenajear al autor de La Bohème fundando el 1 de julio de 1906 el Conservatorio Liceo Musical Puccini que funcionó en el barrio del Paso Molino hasta el 30 de abril de 1941».

Según el relato de Alfredo Nicrosi (músico, cronista en varias publicaciones, ex director artístico del Ministerio de Educación y Cultura de Uruguay, ex presidente del SODRE), en su crónica titulada Tres Árboles, San Lorenzo, el Dulce de Leche y Gardel: «Durante 30 años dirigió distintas bandas del Ejército. En el Archivo de Musicología del Museo Histórico Nacional Lauro Ayestarán (Museo Romántico), se encuentran numerosas partituras del género popular: marchas, mazurcas, polkas, valses y tangos».

De su obra se destacan los valses: “Recordándote [b]”, registrado por primera vez por la Rondalla del Gaucho Relámpago (Disco ERA, matriz 61.452, año 1912) y la versión más popular, según Enrique Binda, de Juan Maglio (Columbia T 540, matriz 56.633, año 1912); “Tus ojos me embelesan” que fue grabado por muchas orquestas; “A ti”, llevado al disco por Adolfo Pérez Pocholo (1935) y por Juan de Dios Filiberto (1959); “Lejos del bien amado”, por Pocholo dos veces (1934 y 1956). También le pertenecen: “Marte” (su primera composición), “Vivo para amarte”, “Sueños del corazón”, “Dulces recuerdos” y “Esperándote [b]”, entre otros.

Entre los tangos, el más importante y conocido es “El otario”, grabado, según Oscar Zucchi, en 1910 por el Quinteto Garrote (Columbia Record, disco T-220, matriz 55411), en el acople del mismo, otro tango de Metallo: “La mascota”. Además, están los interesantes registros del Cuarteto Los Ases y del Quinteto Pirincho, ambos de 1941 y el de la orquesta de Alfredo De Angelis, en 1950. Compuso además: “El taura [b]”, “El chingolo”, “Qué hacés que no te casás”, “Estate quieto”, “Bajo el alero”. Con el tiempo, Juan Velich le puso letra a muchas de sus composiciones.

Fue uno de los miembros fundadores de la Asociación General de Autores del Uruguay (1930).

Volviendo al relato de Alfredo Nicrosi: «En cuanto a la marcha “Tres Árboles”: la partitura para piano (Edición de Luis Esteve. Sarandí 361: Depósito de pianos y música), dice: «Gran Marcha Militar opus 35, dedicada a mis amigos Adolfo y Miguel Garce».

«Su nombre evoca la batalla librada el 17 de marzo de 1897, en el Paso Hondo del arroyo Tres Árboles, Departamento de Río Negro, en el que el ejército revolucionario comandado por el coronel Diego Lamas, venció a las fuerzas gubernamentales. La marcha, es parte del repertorio del Ejército Argentino, desde principios del siglo veinte. No lo es del Ejército de nuestro país (Uruguay), ya que con el texto que le escribió Julio Casas Araujo (1895-1974), pasó a ser un emblema del Partido Nacional.

«Además, compuso el pasodoble “Curro Cúchares”, que también formó parte del repertorio del Ejército Argentino, aunque ya no se ejecuta y está prácticamente olvidada».