n pleno centro de Montevideo —Buenos Aires e Ituzaingó— nació Raúl Courau. Pianista estudioso, de sólida formación, con los maestros Martín López y Tomás Mujica.

Su debut profesional como director de orquesta, haciendo repertorio clásico, se produjo en el Cine Doré, coqueta salita que funcionaba en Mitre 1376, aunque antes, informalmente fue pianista de un pequeño conjunto típico en el Café Liropeya, a pocos pasos del Doré, en la esquina de Sarandí. Estas actividades las desarrolló alrededor de cinco años, culminándolas a comienzos de 1920.

Contratado por la empresa de Max Glücksmann, registró actuaciones en casi todos los cines de esa importante organización. Al incluir la batería en su conjunto y creársele un entredicho con la Asociación de Pianistas, tuvo que alejarse de dicha entidad. En los cines, indistintamente con orquestas típicas o clásicas, realizaba funciones extraordinarias y acompañó al tenor Enzo Fusco y a Libertad Lamarque, entre otros artistas famosos.

Alarmado por el auge del repertorio de autores uruguayos estimulados por los representantes de la Casa Victor, don Bernardo Glücksmann le ofreció a Raúl Courau un cargo rentado, a cambio de la exclusividad de su producción, episodio que nos relatara Víctor Soliño.

En el año 1927, Courau presentó dos tangos en los concursos realizados por el disco Nacional. En el de Buenos Aires fue “En silencio”, 4º premio del que se realizara en la sala del Palace Theatre y en el de Montevideo, ocurrido en el Teatro Urquiza, “Canchero viejo” (no confundir con el tango de Ricardo Brignolo que lleva igual título), distinguido con mención especial. Los dos tangos con letra de Víctor Soliño.

Al año siguiente, se produce la vinculación del compositor con el carnaval montevideano, escribiendo la música del repertorio de la troupe American Dancing del que se destacó el tango “Artículo de lujo”, que logró el primer premio otorgado por la Comisión Municipal de Fiestas. Las grabaciones de Ignacio Corsini y de la orquesta de Francisco Canaro con el estribillo de Agustín Irusta, habrían de significar el primer gran suceso popular de Raúl Courau. En tanto, por esos días, debutaba en CX20 Radio Montecarlo y en el cine Stella d'Italia.

En el carnaval de 1929 realiza las músicas para la troupe Black Botton, de la que destacamos “Mientras llora el tango”, con letra de Esteban Barabino que interpretaba el cantor Amadeo Violante. La obra presentada en el segundo concurso del disco Nacional en el Cine Cervantes de Montevideo (Soriano 866) obtiene el primer premio al ser interpretado por la orquesta de Francisco Canaro con el cantor Charlo.



Reservaba Courau para el concurso de Glücksmann de Buenos Aires una obra de difícil estructura con la que logra, al ser interpretada por la famosa orquesta de Roberto Firpo, la máxima distinción. El tango se llamaba “Rancho embrujao”.

En los carnavales de 1930, probablemente todavía bajo contrato con el disco Nacional, los temas de Raúl Courau comienzan a aparecer en el sello Victor, pero con el nombre de Carlos Courau. También las ediciones de música. En ese carnaval y siempre colaborando con la troupe Black Botton, crea uno de sus más grandes éxitos: el tango “Marquesita de arrabal”, con letra de Raúl de Castro y el vals “Florcita primaveral”, con versos de Luis Viapiana. El tango obtuvo el primer premio y el vals, mención especial.

Al año siguiente y dentro del repertorio de la Black Botton se estrena su tango “Dulce gitana”, colaborando Raúl De Castro.

En un músico de su categoría no puede extrañar que en otros géneros también fuera triunfador. Sus maxixas “Cascarita” y “Che, Antenor hacé el favor”, la ranchera “Trago amargo”, “Venganza de Pierrot”, un hermoso tango grabado por la orquesta de Roberto Firpo y que no está registrado, el fado “O ninho dos passarinhos”, popularizado por la voz uruguaya del cantor Luis Díaz, “Cubanita flor”, rumba. Pasan de 60 los títulos que lucen en su ficha de AGADU.

Estuvo vinculado por muchos años a CX30 Radio Nacional, donde encabezó diversos conjuntos y también ejerció la dirección artística de la emisora. En 1935 forma un cuarteto clásico, dándole el nombre de Méndez Pérez, en homenaje a la memoria del gran maestro violinista Patricio Méndez Pérez. Tuvo una agrupación de jazz, denominada Harry.

Fue un permanente difusor y colaborador de la música y se destacó por su don de gentes y su hombría de bien. Señalemos que su última obra registrada en AGADU es una polca titulada “El coronel” con fecha 16 de abril de 1956. Precisamente ese mismo año se producía su sentido deceso, a menos de dos meses de la anotación de la polca en su ficha autoral.

Extractado de: Loriente, Horacio: Ochenta notas de Tango. Perfiles Biográficos, Ediciones de La Plaza, Montevideo 1998. Auspiciado por la Academia de Tango del Uruguay.