e inició en San Pedro, provincia de Buenos Aires en 1907, junto a Francisco Canaro en el violín y un músico apodado El Cuervo que tocaba la flauta.

En 1912, conforma un trío junto a Augusto Berto en bandoneón y Canaro para tocar en el palco del Café Venturista, sito en Triunvirato y Serrano. Al tiempo, se agregó el flautista José Fuster para las presentaciones en el Café De los Loros, en Corrientes y Medrano. Con Berto participó en las grabaciones del Quinteto Criollo Augusto para el sello Atlanta.

Un año después, en 1913, lo encontramos en el Café del Parque, junto a Berto y Antonio Scatasso en mandolín. Luego, en 1917, después de su experiencia con la formación de Berto y ya desaparecida la guitarra de las orquestas, conformó otro trío con el bandoneonista José Servidio y su colega Rafael Iriarte, El Ratita.

Compuso un tango en honor al bailarín Egidio Scarpino que lleva como título su apodo, “La Lora”.

Fue amigo y tocaron juntos con el pianista Esteban González, autor del shimmy “Sonrisas” que grabó Gardel.

Estuvo entre los fundadores de la Asociación Argentina de Autores y Compositores de Música.

Entre sus páginas más conocidas están los tangos, “Marianito” —seguramente su mejor obra, que grabara la orquesta de Carlos Di Sarli en dos oportunidades—, “Ñanduty”, “La Lora”, “Buen gaucho”, “Caprichosa [b]”, “El tropezón”, “Es el destino”, “Gurrumina [b]”, “La vendedora de Harrods”, “Noche callada [b]”, “Peor es nada”, “Raimundo”, “Siempre firme”, “Vadarkablar”, “Vuelo nocturno” y la milonga “Soy la milonga del centro”.

Murió en Buenos Aires y sus restos fueron sepultados en el panteón de SADAIC, en el cementerio de la Chacarita.