ació en Montevideo, Uruguay, pero sus padres decidieron radicarse en Buenos Aires, donde vivió desde su infancia y transcurrió casi toda su vida. Miembro de una familia de músicos, al terminar su instrucción primaria, comenzó sus estudios musicales con José, su padre.

La trompeta fue su primer instrumento y después el piano. Ya en 1909, compuso un tango “La sucursal”, con el que obtuvo el primer premio en un concurso del Teatro Avenida.

En 1913, se produjo su iniciación como ejecutante profesional en el Café Parisién, de la calle Esmeralda al 300, como trompetista de una orquesta de salón. Fue en esa ocasión que compuso su página más conocida, el tango “13” (“Trece”), símbolo del año de su creación, al que puso letra Ángel Villoldo.

A partir de entonces, Spatola compuso tangos numerados, ya independientemente del año, hasta el número 25; algunos de ellos, con subtítulo. Posteriormente, abandonó el procedimiento y volvió a titular sus tangos en la forma habitual.

En 1914, formó su propia orquesta típica, con la que se presentó en los bailes de carnaval del Teatro Coliseo.

Al frente de su piano y su orquesta, hizo su primera presentación ante el público de Montevideo, en 1916. En ese mismo año actuó en Tucumán como primer trompeta de la orquesta que acompañaba al tenor italiano, Enrico Caruso.

En 1922, ingresó a la Banda de la Policía de la Capital Federal como Subdirector; alcanzó la dirección en 1934 y renovó el repertorio de dicha banda, incluyendo en el mismo gran proporción de obras de autores argentinos entre las que no faltaron algunos tangos.

En 1928, tuvo una actuación fugaz en la orquesta de salón de Alberto Castellanos, que actuaba en el Gran Splendid Theatre. En dicha agrupación tocó el clarinete y tuvo compañeros ilustres como Remo Bolognini y Juan José Castro en la fila de violines y José María Castro en chelo.

El autor de “Por dónde andará”, Salvador Merico, le dedicó en 1913, su primer tango al que tituló “Spatola”.

Fue un compositor prolífico: “Andate y no vuelvas”, con letra de Luis De Biase, “Cacholo”, con versos de Luis Roldán, “Cervantes”, “Club Pentagrama”, “De mil amores [c]”, “Don Faustino” (dedicado: «Al distinguido Señor Faustino Da Rosa»), “El bacilo”, “El calaverón”, “El distinguido”, “El importuno”, “El indiscreto”, “El très jolie”, “Farolito”, “Mi viejo pago”, “Muy de la corbata”, “Parra”, “Piruja”, “Pisa morena”, “¡Qué chinche!”, “Tapón” («Dedicado al popular entrenador Vicente Fernández»), “Un mal trago”, “Va el chip”.

Entre los tangos numerados: “Trece”, “Catorce (Petit duc)” con versos de Villoldo, “Quince (Pido la palabra)”, “Dieciséis” (según Horacio Ferrer: «uno de los más profundos y hermosos, fue siempre uno de los tangos preferidos de Arturo Rubinstein, quien incluso, lo ejecuta en la película autobiográfica El amor a la vida, de 1971»), “Diecisiete”, “Dieciocho (Luisito)”, “Diecinueve (Al Coliseo vamos a bailar)”, “Veinte (Caramba)”, “Veintiuno (Chona)”, “Veintidós (Totó)”, “Veintitrés (Contra la yeta)”, “Veinticuatro (Bartolito)” y “Veinticinco (Qué tigre)”.

También incursionó en otros géneros: “Angélica [b]” (vals); “A la voz de aura [b]” (ranchera); “Coquito” (two step); “Sección Tráfico” (marcha-pasodoble).

Fuentes:
1. Veniard, Juan María: en Antología del Tango Rioplatense - Desde los comienzos hasta 1920. Apéndice 4 «Principales autores e intérpretes», Instituto Argentino de Estudio Sobre el Tango - Instituto de Musicología Carlos Vega, Buenos Aires 1980.
2. Ferrer, Horacio: El libro del tango, Antonio Tersol Editor. Barcelona, 1980.