Chola Bosch

Nombre real: Beretta Moriondo, Irene
Cancionista y actriz
(5 mayo 1915 - 7 diciembre 2008)
Lugar de nacimiento:
San Martín (Buenos Aires) Argentina
Por
Abel Palermo

ació en la localidad de San Martín, Provincia de Buenos Aires. Desde niña, demuestra una gran vocación por el canto y la actuación, motivo por el cual sus padres, Atilio y Ana, decidieron inscribirla en una academia cercana a su domicilio, donde cursaría teatro y canto.

A los 19 años, debutó ante los micrófonos de LX8 Radio París integrando el Cuarteto Vocal Ferri, junto a otra futura gran cancionista, María de la Fuente.

En 1936, Chola ya actuaba como cantante solista en LR4 Radio Splendid, también como cantante y actriz en la Compañía de los Hermanos Ratti, en el teatro Apolo, donde estrenó los tangos: “Se marchita un clavel” y “Un buen recuerdo”, cuyo compositor era el pianista de la compañía, el joven José Tinelli.

Al año siguiente, pasó a integrar el elenco de cantantes de Radio Stentor y se sumó a la orquesta dirigida por Tinelli, compartiendo micrófono con el cantor Rodolfo Martínez.

Luego, participó en la película de los hermanos Ratti, Virgencita de Madera, dirigida por Sebastián Naón, con argumento de Ricardo Hicken, en la que interpreta el vals “Canción de amor” y los tangos “Música de ensueño” y “Un buen recuerdo” que firmaron Manuel Ferradás Campos —autor del argumento—, y Tinelli, director musical del film.

En 1938, animaron los bailes de carnaval del Club Villa del Parque. En esa época, se alejó de la orquesta Martínez y fue reemplazado por Luis Alberto Botín, cantor uruguayo quien adoptó el nombre artístico de Luis Mendoza. Además de tocar en diversos escenarios, llegaron al disco registrando a dúo con Mendoza el tango “El embrujo de tu violín” y la milonga de Tinelli y Carlos Marín “Milonga nueva”.

Durante ese año Chola estrenó en Radio Belgrano el tango más popular de Tinelli: “Por la vuelta”. Lamentablemente, no lo grabaron, en cambio sí lo llevaron al disco la cancionista Tita Galatro —en una muy bella versión— y la orquesta de Francisco Lomuto con la voz de Jorge Omar, ambos en el año 1939.

Pero ese tango tuvo que esperar quince años para lograr el éxito que esperaban sus autores. Fue cuando en 1956, lo interpretó y lo registró la orquesta de José Basso —ex pianista de Tinelli—, con Floreal Ruiz, quien hasta el final de su carrera lo utilizaría en su repertorio.

Era un secreto a voces que el director y la cancionista tenían amores desde poco tiempo después de conocerse, los que felizmente, se concretaron en matrimonio.

Al iniciarse la década del cuarenta, Mendoza y Basso se alejaron de la orquesta y pasaron a integrar la agrupación del bandoneonista Juan Sánchez Gorio.

En 1941, el rubro Tinelli-Bosch, compartieron un exitoso programa en LR6 Radio Mitre, junto a la cancionista Adhelma Falcon y la orquesta de Rafael Canaro.

Al año siguiente, se mudaron a Radio Belgrano, donde Chola, compartió los cantables con Horacio Acosta y, junto al cantor Héctor Palacios, integró el elenco de la película Un muchacho en Buenos Aires, dirigida por Julio Irigoyen, estrenada en abril de 1944. Después, el matrimonio realizó una extensa gira por Uruguay.

Llegamos así a 1947, cuando la cantante compartió el escenario del Teatro Apolo con el cantor Alfredo Arrocha, junto a Gregorio Ciccarelli, Leonor Rinaldi y Tito Luisardo.

Luego de algunos meses, decidió emprender un nuevo proyecto artístico que la obligó a dejar la orquesta de Tinelli. Su nueva vocación artística era la actuación. Fue convocada para personificar un personaje en una comedia en el Teatro Casino, de la calle Maipú 356 y realizó, además, una temporada como actriz de radioteatro, en Radio Belgrano, junto al actor Roberto Salinas.

A partir de 1950, se incorporó a Radio Splendid, dividiendo la tarea como cantante y actriz. Actuó en distintos espectáculos hasta que, en 1956, se alejó de la actividad. Tuvo un fugaz regreso como cancionista en 1963, en Radio Belgrano, acompañada por la orquesta estable de la emisora.

Ya en la segunda mitad de la década del 60 sus presentaciones se fueron distanciando y fue desapareciendo de los escenarios porteños.

Fue sin duda otra de las estrellas de nuestro tango que hoy permanecen escondidas en el rincón de los recuerdos. Nos pareció de absoluta justicia, rescatar esta bella y dulce vocalista, que tantos gratos momentos generó a una juventud deleitada por su voz, a través de las emisiones radiales, allá por finales de los años treinta.