rimero fue guitarrista frecuentando las ruedas de cantores o integrando tríos con violín y bandoneón en bailes populares.

Esto último estimuló por completo los deseos de aprender el fueye que de tiempo atrás tenía y dedicóse a su estudio con gran entusiasmo logrando en unos años singular renombre como ejecutante de primera línea. Juan Canaro fue su maestro y debutó con su hermano Francisco Canaro en el Cabaret Royal Pigall, en el año 1922. Integró la de Julio De Caro de veinte músicos con la que amenizó los carnavales de 1924 en el salón L'Aiglon.

Luego lo llevó a su lado Osvaldo Fresedo en cuya formación estuvo muchos años; con este gran maestro fue a Europa en 1928 actuando en las principales ciudades de Francia y pasó a fines del 30 a España donde actuó con Rafael Canaro brevemente.

Radicado en París, allí contrajo matrimonio a la par que trabajó en conjuntos que «hacían» tango, residiendo en el mismo hotel en que se hospedaba Carlos Gardel por 1929: Hotel Mont-Yoli, 8 Rue Fromentin. De España retornó en 1930.

Al cantor lo conoció cuando actuaba con José Razzano en los teatros llegando a tratarlo amigablemente en la casa grabadora de Max Glücksmann.

En 1934, Gardel filmaba en Nueva York y paseando por Florida un día encontró a Guillermo Barbieri; sobre aquél recayó la conversación, manifestando el guitarrista que Carlitos en una comunicación le decía: «Muchachos, háganse valer, no trabajen gratis. Si necesitan plata les mandaré». Así era Gardel, no podía olvidarse de los colaboradores de tantos años.

Él particularmente fue muy amigo del gran cantor y una de sus primeras composiciones, el tango “Mentiras [b]”, a él lo dedicó, retribuyendo el intérprete con grabarlo en discos.

Grabado el tango, mandó a su hermano menor pedir el disco a Gardel y éste encargó que le dijera «que el disco lo vende Glücksmann», cargándolo.

Al volver de España actuó con Humberto Canaro en el Casino Pigall y luego por mucho tiempo con Pedro Maffia en cabarets, radios, etc., hasta que una madrugada le robaron el bandoneón en el tranvía en que regresaba y dejó la música para siempre.

No compuso mucho ni sus obras tuvieron repercusión en el público, entre sus tangos le recordamos “Corazón ciego”, “Pecadora”, “Recelos”, “Pan amargo”, “Chilenita [b]” (fue el primero y lo hizo por 1923-24), “Ilusiones [b]”, “Fue su amor un sueño”.

Minervini nació en Buenos Aires el 14 de marzo de 1897 y allí falleció el 24 de julio de 1960.