as cancionistas actuales rara vez me entusiasman, menos cuando vienen de otros géneros. A Julia la conocí en la Academia Nacional del Tango, cuando fue distinguida como Académica de la generación intermedia. Debo reconocer que tenía sobre ella algunos prejuicios, no sólo por su estilo ecléctico, también por su repertorio —a mi gusto— demasiado piazzollano.

Con la misma sinceridad, debo confesar que me encantó su desempeño frente al micrófono cuando dijo las palabras acordes a su nueva condición académica, pero más aún, cuando comenzó a cantar.

Si bien, no salió de su repertorio habitual, pude apreciar su voz cálida, al mismo tiempo potente pero sin gritos ni artilugios grandilocuentes. Yo la creía una mina insoportablemente intelectual y me encontré con una pebeta del barrio porteño de La Paternal, lo suficientemente rea para cantar bien el tango. En fin, una grata sorpresa.

Leyendo su trayectoria en su página de internet, me enteré que grabó su primer disco, Vital, en el año 1983. También, que ganó el premio Prensario como revelación y que lleva grabados más de diez discos como solista y muchos como coprotagonista.

Compartió escenarios con grandes estrellas: Mercedes Sosa, Charly García, Raúl Lavié, León Gieco, Teresa Parodi, José Ángel Trelles, Jairo, Chico Novarro, Juan Carlos Baglietto, entre otros.

Creo que fue en 1997, cuando dio un salto resonante en su carrera, cuando fue convocada para grabar en Austria junto al eximio violinista Gidon Kremer, la Operita María De Buenos Aires, de Astor Piazzolla y el poeta Horacio Ferrer.

A partir de ese momento, viajó por el mundo llevando la música del tango. Actuó en tres diferentes oportunidades en Japón. La primera con Lito Vitale y Daniel García. La segunda con Gidon Kremer y la última con el chelista Yo-Yo Ma, otro grande de la música de cámara.

Recorrió países exóticos para el tango: Turquía, Polonia, Letonia, Lituania, Grecia, Canadá, Holanda, donde tuvo una gran repercusión y una cálida acogida del público.

Entre 2005 y 2006, protagonizó nuevamente María de Buenos Aires en la Komische Oper de Berlín. Realizó conciertos en Noruega junto a grandes músicos europeos y, junto a la Orquesta de Cámara de Oslo, realizó recitales en la capital noruega, Atenas y Berlín.

Además, es actriz. Estudió con Agustín Alezzo, Augusto Fernández y Luis Agustoni. Protagonizó varias obras musicales: Sin Compasión, con Raúl Lavié; El Show De Las Divorciadas, con diferentes elencos; Zorba, El Griego, con Lavié y dirección de Helena Tritek; Amanecí Y Tú No Estabas, junto a María José Gabin, con dirección de Alicia Zanca; Orestes, Último Tango, de Betty Gambartes y Diego Vila, que se representó en Holanda.

En televisión hizo la tira Gran Hotel Casino, con Juan Carlos Mesa y un ciclo infantil con textos y canciones de María Elena Walsh, Los Requetepillos, dirigidos por María Herminia Avellaneda, junto a Carola Reyna, Claudio Gallardou, Claudio Da Passano, Rita Terranova y otros.

En el 2008, volvió a protagonizar María De Buenos Aires, en el Teatro Nacional Cervantes, junto a Horacio Ferrer y Guillermo Fernández, con dirección de Marcelo Lombardero, coreografía de Oscar Araiz y dirección musical de Pepe Carli y Néstor Marconi, que tuve oportunidad de ir a ver.

Ganó premios Konex, Ace, Festbuga (Colombia), Grammy y Grammy Latino, además de numerosos reconocimientos por su participación en eventos contra la discriminación y a favor de la defensa de los derechos humanos.

En su disco Vida mía, con arreglos de Sonia Possetti, participan sus hijas Laura González y Elis García. En julio de 2009 salió su disco Julia Zenko canta a María Elena Walsh, con arreglos de Daniel García.

En fin, esta mujer es todo un personaje que con su voz expresa desde la brisa tropical de Elis Regina hasta la melancólica poética de Ferrer o de la inolvidable Eladia Blázquez.