u padre, el maestro genovés José Pedro Pittaluga, fue su profesor como lo fue de toda la familia ya que sus seis hijos sabían música.

Guiado por su progenitor hacia la seria, de jovencito se inclinó a la popular, tanto que impuso el tango en el Club de Flores (Flores era su barrio) en los albores del siglo. Cierta vez su padre y su maestro, a la vez, se arrimó a un gentío que desbordaba el local de un café del barrio y vio con sorpresa que el motivo de tanta gente allí reunida era él, imberbe aún, que ejecutaba al piano los mejores tangos de la época; sólo él supo cómo salió del lío que se le armó.

Nunca actuó en orquestas y si lo hizo en alguna ello pasó desapercibido. Actuó por radios diversas solo y también acompañando a intérpretes vocales.

Sus primeras composiciones datan de la época del centenario y trasuntan motivos foráneos: valses boston, shimmys, one-steps, pasodobles. Después musicó las obras teatrales: “La caja de Pandora” de Ernesto Marsili y Miguel Félix de Madrid, estrenada en junio de 1925, en el Comedia; “Pa' mujer la de mi tierra”, del mismo Marsili, Teatro Buenos Aires, año 1926; “De los 40 para arriba”, de Francisco García Jiménez y Muñíz; “No sé qué le han visto al Poncho” de García Jiménez y Calcagno.

Compuso los tangos: “El beso aquel [b]”, “Casita de arrabal”, “Viejo amor”, “La serenata criolla”, que grabó Magaldi-Noda, y la ópera Josefina que no pudo estrenar y que le llevó 8 años escribirla, entre otras músicas.

Presentado a Carlos Gardel en casa de un amigo aprovechó la ocasión para hacerle escuchar en el piano y ofrecérselo a su tango “Viejo amor”; la aprobación del cantor fue como de costumbre: «Muy lindo su tango, se lo voy a grabar», y lo dejó impreso con su voz. Después lo vio pocas veces más sin cultivar trato de profunda amistad. Nada tenía que ver con el maestro Egidio Pittaluga.

Isaías Pittaluga nació en Buenos Aires el 28 de agosto de 1889 y allí falleció el 15 de agosto de 1955.