sta cantautora nacida en Buenos Aires, inauguró según Roberto Selles: «Un estilo inédito en el género: el tango para los chicos».

Yo entiendo que fue más lejos, inventó todo un subgénero de la letrística tanguera, un punto de partida nunca intentado. Un abordaje al mundo de los adultos desde la mirada infantil que expresa un paradigma diferente al conocido, construyendo una dialéctica muy original en el imaginario de los grandes y de los chicos. Graciela abrió una puerta que deberíamos continuar explorando.

Ya su primera obra, editada en 1998, recibió el elogio de la crítica y de sus colegas. El disco lleva por título, Tango para chicos volumen l, en el que está, "Chapuzón" —con la voz de Julia Zenko—, el primer tango compuesto por Graciela.

Nuestro amigo el poeta Héctor Negro, en referencia a la naturaleza de sus composiciones, y subrayando la curiosa paradoja de su ubicación en el contexto histórico del género, reflexiona: «¿Quién hubiese imaginado en las primigenias etapas de esta música de origen orillero, producto de la inventiva y creatividad de aquellos compadritos divertidos y alardeadores, que alguna vez sus letras serían dedicadas a los chicos para que las escuchen, las canten y se encuentren con retazos de sus mundos inasibles? Graciela Pesce encaró esa posibilidad con mucho de desafío y la resolvió airosamente».

Podemos decir –afirmando lo ya dicho y analizando con profundidad su obra-, que no escribió tangos infantiles, sino que escribió para los niños, con todos los elementos que componen ese mundo escurridizo y lleno de fantasía. También podemos sostener, que por la propia ingenuidad de ese universo, se roza una diáfana poesía que como tal, se dirige a todos los destinatarios posibles del género humano, sean o no chicos.

¡Araca! Encontré un enanito,
me dio miedo un poquito, era cierto nomás
que en jardines de malvones y rosas,
detenido en la losa, las cuidaba el guardián”.
("¡Araca! La abuela no inventó")

La poeta Graciela Zanini escribió, en el prólogo de Tango para Chicos. Letras y relatos, el segundo libro de Graciela Pesce, editado por Editorial Corregidor en 2011: «Es una artista. Una creadora enfocada en el tango con la escucha del alma puesta en los más chicos. En los nacidos en esta increíble ciudad de Buenos Aires, que estaban fuera del registro de la música, que, por nacimiento y permanencia debía representarlos. O mejor, hablar de ellos. Como ellos, desde ellos. Aquí es donde Graciela Pesce se hace cargo de la deuda del pendiente emocional. Ella escucha, compone y canta le da entidad a lo invisible. Busca y encuentra la manera de incluir en el canon a los jóvenes del futuro, desde su presente de infancia. Sus tangos para chicos son eso. Inclusión.»

El fallecido narrador y cuentista, Andrés Carretero dijo: «Sus tangos son muy de nuestros días, superando el tradicional y ya no vigente arquetipo del farol esquinero, la paica y el malevo». Luego agrega: «Los personajes de sus letras son niños y mayores con las urgencias de la vida cotidiana, que tienen sus interrogantes necesitados de respuestas». Y da como ejemplo el tango: "Maxiquiosco".

Maxiquiosco me enteré
y casi me muero
tengo noches de desvelo, no me puedo consolar,
no serás ya la razón de nuestras vidas,
no tendremos caramelos
porque te harás “laverrap”.

En Nº 82 de El Chamuyo, órgano oficial de comunicación de la Academia Nacional del Tango, Horacio Ferrer su presidente, la definió, como «La maestra jardinera del Tango». Además, se le otorgó el premio Gobbi de Oro, por el proyecto Tango para chicos, junto a Daniel Yarmolinski, en el año 2009.

La Academia Porteña del Lunfardo también apoyó su obra y su titular José Gobello auguró: «Los chicos aprenderán a cantar tangos pensados y compuestos para ellos mismos, con músicas alegres y pegadizas y letras que expresan los sentimientos infantiles en un lenguaje familiar.»

Obtuvo muchos premios y reconocimientos por su obra: Primer Premio de la Fundación Octubre por Tangos para Chicos (1998). Segundo Premio Centenario Doltó, Fundación por la Causa de los Niños Casa Verde (2008). La Orden del Buzón, otorgada por el Museo Manoblanca a Tangos para Chicos Graciela Pesce y Daniel Yarmolinski (2010).

Su discografía completa: Tango para chicos - Volumen 1 (1998), con la participación de Julia Zenko para el sello M&M; Tango para chicos - Volumen 2 (2004), con la participación de Patricia Barone, Lidia Borda y Juan Carlos Baglietto, sello M&M; Tango para chicos en los Jardines - Volumen 3 (2007), con la participación de Leopoldo Federico, Lidia Borda y Eduardo Smitd, sello Típica Records; Tango para chicos y sus hermanos - Volumen 4, participa Jairo, mayo 2011, editado por Gobi Music.

Sus libros publicados: Bulebú con Soda (Tango para ofrecer a los chicos), junto con Daniel Yarmolinski, que incluye un disco. Publicado por la Editorial Corregidor (2005), donde se encuentran además de sus tangos y milongas, las lecturas para compartir, basadas en la historia del tango, tales como: “El organito, un volantero del tango”, “El himno y El choclo”, “Los duendes porteños”, “Un tango en navidad”, “Gardel también ataja”, y varias más.

Y, Tango para chicos (Letras y relatos), también con Yarmolinski, ilustrado por Marcela Troncoso. Editorial Corregidor (2011). Una selección de sus letras, con comentarios de Héctor Negro y prólogo de Graciela Zanini.

Quiero destacar que esta joven poetisa, tan inspirada como talentosa, ganó la Bienal de Arte Joven 1991, como cantautora en el rubro Música Popular y fue finalista, en el Primer Certamen de la Canción Atahualpa Yupanqui, organizado por el Centro Cultural General San Martín, en 1997.

A modo de reflexión final, la autora resultó ser una pedagoga sencilla pero directa que deja para nuestros hijos un nuevo estilo de iniciación a la cultura nacional: jugar al tango.