El Caballero Gaucho

Nombre real: Ramírez Saldarriaga, Luis Ángel
Cantor y compositor
(10 junio 1917 - 9 agosto 2013)
Lugar de nacimiento:
Pereira (Risaralda) Colombia
Por
Alberto Burgos Herrera

uis Saldarriaga, conocido en el ámbito nacional, internacional y musical como El Caballero Gaucho, nació en la ciudad de Pereira, pero sus años juveniles los vivió en Anserma nuevo. Su padre Pedro Antonio y su madre Carmen Emilia, cantaban y hacían un dueto parecido al de Margarita Cueto y Juan Arvizu; o sea que lo del canto a Luis Ángel le vino por herencia.

Cuando por primera vez se presentó a un programa de aficionados en la emisora de Armenia Pregones del Quindío, lo botaron a la calle y le recomendaron que cogiera café. En ese tiempo Luis Ángel había conseguido un destartalado tiple y con un método práctico de enseñanza se fue guiando y aprendió sin que nadie le enseñara; fue tan persistente este hombre que volvió a esa emisora, pero esta vez sí ganó el primer puesto y como premio recibió dos camisas, jabones y un pantalón.

Su padre le enseñó la ebanistería. Con su hermano José Ramírez y su primo Luis Bernardo Saldarriaga (posteriormente excelente compositor y segunda voz del dueto Los Pamperos) conformó el trío Los Trovadores Andinos, que actuaron en La Voz de Pereira durante varios meses. Cuando Luis Ángel cantó allí un tango como solista, inmediatamente le firmaron un contrato por cuatro años; el día del debut el dueño de la emisora le dijo: - Hoy canta usted a las nueve de la noche.
- Pero señor, yo he visto que en los carteles dice que a esa hora canta alguien a quien llaman El Caballero Gaucho.
-Es que, desde ahora hemos, decidido que usted se llamará El Caballero Gaucho.

Posteriormente fue llamado por el sello Codiscos donde grabó el tango “Cuando te conocí”, luego pasó a Discos Fuentes, en 1958, y allí, impuso éxitos nacionales como “Al final del camino”, “Siempre solo”, “Para ti madre”, “Regalo divino”, “Te llegó la mala”, “Goteras”, “Del mismo lodo”, “Perdón por tu amor”, “Dolor gaucho”, “Misiva amarga”, “Pasión sin nombre”, “Veneno mortal”, “Cuando todo te falte”, “El vals de la ilusión”, “Viejo farol”, “Amores de arrabal”, “Alma de mujer”, “Viejo juguete”, “Lejos del tambo”, “Cuando llora un hombre”, “Gotas amargas”, “Cobarde corazón”, “Junto a ti”, “Flor de boulevard” y muchos otros.

Luis Ángel le comentó al antropólogo y escritor Carlos Humberto Hiera que ha sido exclusivo de Discos Fuentes durante treinta y dos años y que a lo largo de sus más de cincuenta años de vida artística ha grabado unas ochocientas canciones, siendo ciento ochenta de su propia inspiración. Es considerado uno de los máximos intérpretes de la música pampera con estilo guasca.

El Caballero Gaucho le comentó al investigador Juan David Arias lo siguiente: «El tango “Viejo juguete” lo compuse en Medellín, en la avenida Abejorral con San Marcos; eso fue en el año 1956, me subí a la terraza del hotel donde me hospedaba para despejarme un poquito y vi ahí al frente, en la terraza del otro lado de la calle, a dos niñitos muy bien vestiditos que jugaban y se veía que eran de familia bien acomodada; de pronto a uno de esos niños como que no le gustó su juguete y lo tiró a la calle; yo seguí el juguetico con la mirada hasta que cayó a la avenida Abejorral. En ese instante un niño de apariencia pobre que iba tomado de la mano de su mamá, se lanzó a la calle en pos del juguetico que había caído, pero desgraciadamente en ese instante pasó un bus que inmediatamente terminó con su vida. Después de ver esta tragedia solo me demoré veinte minutos para hacer el tango.

Cierto día estaba yo con unos amigos, era un matrimonio joven al que yo estimo bastante; después del almuerzo él y yo nos despedimos de la esposa, pero cuando él se le acercó a darle un beso ella le volteó la mejilla. En el camino mi amigo me dijo: -¿Te diste cuenta del detalle de aquella? -Y yo le contesté: -No le haga caso, ya que ahora dan besos por costumbre. De ahí salió mi canción “Besos por costumbre”.
Si la canción no rima, yo creo que no hay nada. Para uno componer “Viejo farol” y todas esas canciones que yo he compuesto, se necesita haber aprendido mucha poesía y mucha métrica; yo aprendí bastante leyendo a Julio Florez y Porfirio Barba Jacob.

En mi vida he tenido cuatro mujeres; la primera se me murió de veintiséis años y me dio cinco hijos. Era una hermosa mujer, pero era más hermosa su alma; la segunda se murió de veintinueve años y me dejó siete hijos; después me casé con una mona y comenzó la gente a decir: -¿Qué está haciendo esa mosca entre la leche? Claro, yo bien negrito y con tremenda monota; fue cuando le dije: -Mija, usted y yo por qué nos casamos si somos incompatibles -entonces nos separamos sin ningún disgusto. Ahora tengo el calor de un nido sano, puro y limpio... una mujer de cualidades inmensas. Tengo trece hijos ya que con la única que no tuve fue con la mona.

Yo no quería llamarme El Caballero Gaucho pero así me pusieron; incluso, en cierta ocasión me llamó el doctor Ramírez Johns para que grabara en Discos Silver, pero yo le puse como condición que me quitara el mote de Caballero Gaucho, que yo no era gaucho sino colombiano, que yo había nacido en Pereira, que me gustaba el folclor nuestro y que no era argentino; pero él me contestó: -Vea hombre, todas las cartas que usted ve en estos costales, son cartas para El Caballero Gaucho, de manera que si no es al Caballero Gaucho, yo no le puedo grabar.

Propusieron algo así como Luis de la Rosa, Luis de la Roca, Luis de la Fuente, hasta que Luis Carlos González dijo: Con esa voz, póngalo El Caballero Gaucho; y así me quedé hasta el día de hoy, que no sé si Luis Ramírez arrastra al Caballero Gaucho o El Caballero Gaucho arrastra a Luis Ramírez.
He ganado dos discos de platino, tres de oro y un Óscar de oro que me lo dieron en New York en un mano a mano con Los Niches y Los Visconti en tres días de concierto, pero el público me lo dio a mí".

Aunque no es antioqueño lo traigo a este libro, porque El Caballero Gaucho ha significado para nuestro pueblo campesino, lo mismo que Carlos Gardel para el pueblo argentino; Luis Ángel Ramírez es el cantor de tangos criollos y guascas por excelencia y es de los grandes ídolos de nuestro hombre trabajador y montañero.

Nota de dirección: Alberto Burgos Herrera, autor de esta nota es colombiano, médico de profesión, pero además un intelectual, acérrimo defensor de la música de su país, investigador, escritor, difusor de radio, promotor de festivales y, como si no fuera suficiente, también pintor.