Leonardo Pastore

Nombre real: Pastore, Leonardo
Cantor y guitarrista
(27 septiembre 1972 - )
Lugar de nacimiento:
Lanús (Buenos Aires) Argentina
Por
Néstor Pinsón

ació en Lanús, en el sur del conurbano, a pocos kilómetros de la ciudad de Buenos Aires.

Comenzaba la década de los 90, y el Teatro Municipal Gregorio de Laferrere de la ciudad de Morón se aprestaba a ofrecer un jueves tanguero más, de un ciclo que permaneció durante un año y medio. No recuerdo la causa que en los momentos previos a la función impedían al cantor Héctor De Rosas usar en ese momento el camarín. Como responsable artístico de esas jornadas, lo invité a mi casa, a pocas cuadras, para que pudiera lucir su smoking. Lo acompañaba un muchacho, que según me fue contando, recién terminaba de cumplir con el servicio militar y era alumno suyo de canto, con buenas posibilidades para el futuro.

Por supuesto, respondí que lo iba a incluir en el listado de la función. Héctor me adelantó que no quería ser él quien cerrara el programa. El espectáculo duraba unas dos horas, primero se presentaban algunos cantantes apenas profesionales, una pareja de baile, un pianista solista o un dúo de guitarra y bandoneón y lo que se me fuera ocurriendo que podría gustar al público. Finalmente, un par de figuras fuertes. Era costumbre que quien precediera al número final no reventara la sala de aplausos. Entonces, luego de piano y canto a cargo de Héctor y antes del final, con la presencia de Jorge Casal, presenté al debutante Leonardo Pastore con su guitarra.

Terminó el primero y único tema que le tenía pensado para su actuación y ocurrió lo imprevisto. La gente se puso de pie para aplaudirlo con gran entusiasmo y le empezó a pedir tangos. Cuando ya iba por el tercero -en total fueron siete- bajé corriendo al camarín. De pie, recostado sobre una pared fumando su habano, esperaba Jorge Casal. Le comenté la situación y por poco se disculpa, tal su bonhomía, permanentemente escondida por una máscara de seriedad, en realidad, de profunda timidez. Así era Casal, y así lo conocí a Leonardo.

Pude presentarlo un par de veces más, una de ellas en el Café Tortoni, en un homenaje a Ignacio Corsini, allí le cantó a la invitada Nelly Omar una milonga de Homero Manzi. Estuvo en mi cumpleaños número cincuenta y luego, por un buen tiempo, le perdí el rastro.

En charla reciente (noviembre de 2013), le pregunté sobre sus referentes: «De Gardel conozco todo lo publicado y además su discografía. Gardel me impresionó muy temprano. Tenía ocho años de edad, me engominaba el cabello y tomaba posición en el living de mi casa con la guitarra y empezaba “¡Arrabal, arrabal amargo que me haz clavado en la cruz!”, y me largaba con el tango. Fue el primero, después Charlo. He tomado mucho de su musicalidad, del manejo de la media voz, escuché infinidad de veces un disco de pasta de un tango que grabó en 1937, “Viejas alegrías”, donde finaliza casi con un quejido, apagándose de a poco. Aprendí mucho.

«Hay una anécdota con respecto a Charlo. Yo tenía 16 años y fuimos con mi papá a casa de una tía. La visitaba un amigo que también lo era de Charlo. En eso me pidieron que cante, tenía la guitarra y canté varios temas suyos. El señor se entusiasmó, tomó el teléfono y lo llamó al cantor. Escuchá le dijo. Y yo vuelta a cantar. Luego Charlo pidió por mi papá: “Amigo, no pierda tiempo, hágalo estudiar”. Finalmente el amigo de mi tía toma nuevamente el teléfono y le dijo “Tranquilo Carlos, no te emociones, ves que todavía te recuerdan”. Siempre me atrajeron los cantores y poetas de las décadas del 20 al 50».

El periodista Víctor Hugo Morales le propuso producir su primer disco. Así en el 2001, apareció Viejos tiempos. Fue en el momento que Leonardo estaba —en medio de sus estudios—, girando hacia la lírica como tenor. Como amante de la música, sabiendo donde apuntar, no dejaba de poner su atención en Tito Schipa, Beniamino Gigli, también en Juan Arvizu, José Mojica, Alfonso Ortiz Tirado y tantos otros.

Así fue que llegó a tener un repertorio con setecientos títulos. Con ellos pudo matizar sus presentaciones en el Café Tortoni. También, en el Café de los Angelitos, en teatros y salones barriales. En 1997, le propusieron una gira por ciudades de Japón, algunas donde el tango no ocupaba el primer lugar, pero recurrió a ritmos modernos y a las canciones napolitanas que son bien recibidas, además de varias del repertorio de Atahualpa Yupanqui, Eduardo Falú y Ariel Ramírez.

A los quince años, comenzó las primeras lecciones de canto con Héctor De Rosas, más adelante, con la reconocida soprano Nilda Hoffmann. Se concentró en el conocimiento de las óperas más famosas. Las presentaciones fueron exitosas, realizó ciclos dedicados a títulos de Francesco Paolo Tosti (compositor italiano, 1846-1916) y Carlos Guastavino (compositor argentino, 1912-2000), con arreglos especiales de la pianista y compositora Estela Ojeda. También recurrió a temas de los repertorios de Alfredo Krauss (tenor lírico español, 1927-1999), Teresa Berganza (mezzosoprano española nacida en 1935) e Imperio Argentina.

Junto al Coral Vox Spei y la Orquesta de Instrumentos Andinos, dirigida por Edelmira Lobato, se presentó en varios escenarios cantando la parte del tenor solista en La Misa Criolla y en Navidad nuestra, de Ariel Ramírez. Dos grandes repertoristas argentinos, como Dante Ranieri y Susana Cardonnet, preparan los roles.

En el 2006, fue su debut operístico con La traviata, en el papel de Alfredo Germont. Al año siguiente, es el Duque de Mantua en Rigoletto y Edgardo en Lucía de Lammermour. En 2008, canta el papel de Rodolfo en La Boheme (en dos versiones distintas) y en Tosca es Mario Cavadarossi y es Fritz Kobus en L'amico Fritz. En 2009, en el Teatro Argentino de La Plata actuó en Lucía y en Rigoletto. En 2010, en el Teatro Avenida, fue con Nemorino de Elisir d'amore, bajo la dirección de Dante Ranieri (esta versión fue la primera ópera grabada en 3D en el mundo). También, se destacó en Un giorno Di Regno, en el Teatro Del Globo y Los cuentos de Hoffman en el Teatro Roma.

En 2012, lo convocó el José Carli, arreglador y director del primer concierto en Argentina de Gardel Sinfónico junto a la Orquesta Sinfónica de Salta. Y en 2013, apareció su segundo disco Recordándote, dedicado al uruguayo Alfredo Zitarrosa, cuya presentación fue en el Teatro ND Ateneo. También en la Sala Zitarrrosa, de Montevideo, con arreglos del pianista Hernán Malagoli, donde demuestra la faceta tan especial de combinar intérprete popular y cantante de escuela.

Visitó nuestras provincias y diversos países de Sudamérica. En algunas de sus actuaciones como solista, suelen hacerle dúo su esposa María Cecilia y también Marcelo, su hermano gemelo. Leonardo sigue cantando tangos, pero ya no puede hacerlo como antes. Hoy es un soberbio tenor lírico.