aría y Carlos Rivarola componen una de las parejas más notables del Tango Danza. Ellos son artífices de un estilo de baile tan distinguido como genuino. Poseen la esencia del Tango Salón y la proyectan en los escenarios a través de logradas coreografías.
Carlos y María, ambos con formación sólida en otras danzas, se presentaron artísticamente juntos a mediados de la década del ´70. En 1975 formaron parte de un espectáculo organizado por Nélida y Nelson que recorrió Perú, Colombia y Venezuela, además de actuar como una de las parejas estables del programa televisivo La Botica del Tango, conducido por Eduardo Bergara Leumann.
En 1983 integraron el elenco que estrenó en París el exitoso espectáculo Tango Argentino, de Claudio Segovia y Héctor Orezzoli, impulsando el renacimiento mundial del tango danza.
Cabe destacar que Carlos y María Rivarola han establecido una conexión artística especial con Japón, país al que comenzaron a viajar en 1984. La relación con el país nipón es tan grande que en 1986, Carlos Rivarola creó y dirigió el primer espectáculo de tango integrado totalmente por bailarines, músicos y cantantes japoneses. En la misma tesitura, en 1996 Carlos y María dirigieron el show Los Grandes del Tango Argentino, especialmente preparado para Oriente, que incluyó la participación de otras personalidades de la danza tales como Juan Carlos Copes, María Nieves, Nélida y Nelson, Mayoral y Elsa María, Carlos e Inés Bórquez y la Orquesta Color Tango. En ese país también fundaron y sostienen varios clubes y academias de tango en Tokio, Yokohama, Nagoya y Osaka.
Asimismo, Carlos fue primer bailarín junto a Eleonora Casano en la compañía Tangokinesis, dirigida por Ana María Stekelman en el año 1998 y en cine, actuó como bailarín y coreógrafo en Tango Bar (1989) de Marcos Zurinaga, Naked Tango (1991) de Leonard Schrader y Tango, de Carlos Saura. El trabajo en este último film le permitió ganar el Premio Nacional de Coreografía 1999 que otorga la Academia de Danza Cinematográfica de Estados Unidos.
En 2001, los Rivarola fueron dos de los fundadores de la Asociación de Maestros, Bailarines y Coreógrafos de Tango Argentino (AMBCTA), en la cual Carlos también se ha desempeñado como presidente, con el fin de defender los intereses profesionales de los bailarines de tango.
Carlos y María han escrito el libro Así se baila el tango argentino, con el investigador de tango Yoyi Kanematz, que fuera editado en Japón.
María es además poseedora de una estética cautivante: desde sus ojos eternamente bellos hasta el vestuario cuidado en todos los detalles. Además de ser una eximia bailarina, ella tiene una habilidad natural para el diseño de su indumentaria. Uno de los primeros trabajos llevados a cabo en este aspecto fue para la gira que realizada con Mariano Mores por Japón en el ’84, cuando diseñó los trajes femeninos de tango y folclore para toda la Compañía. También ha colaborado en varias ocasiones con la elección del vestuario masculino y diseñó la indumentaria del cuadro final del show del restaurant porteño El Querandí.
Con una alquimia perfecta, esta pareja mantiene su pasión inalterable por la esencia tanguera en todos los emprendimientos artísticos que realizan y son una referencia insoslayable del Tango Danza.