ue breve su carrera, sólo diez años, uno de tantos muchachos que pese a un buen registro vocal y estilo atrayente, inclinado a lo romántico, no pudo llegar a destacarse. Es posible que se deba a su fidelidad a la orquesta de Osmar Maderna, formación que en el público, netamente tanguero, no llegó a impactar.

La rica etapa de los años cuarenta no era afín a quien tenía en su repertorio temas como “Lluvia de estrellas”, “Concierto en la luna”, “El vuelo del moscardón”, “Escalas en azul” o las “Czardas” (de Monti) adaptada por Maderna como «Fantasía en tiempo de tango». No obstante, la orquesta tenía su público, el denominado «público de avanzada», pero tampoco resultó el momento para él. No era orquesta para bailar. Estaba lejos de Juan D'Arienzo, Aníbal Troilo, Osvaldo Pugliese, Ricardo Tanturi, Ángel D'Agostino, Carlos Di Sarli y alguna más.

Sin estudio previo, tomó clases con Eduardo Bonessi y, a sus 20 años, comenzó profesionalmente cultivando el género melódico. Fue en un par de conjuntos que recorrían los clubes de barrio, las denominadas entonces Orquestas Características.

Así pasaron tres años cuando se inscribió en un concurso cuya atracción era la presencia de Pedro Maffia. Resultó ganador y durante un mes fue cantor de la orquesta como premio. Ya había incorporado algunos tangos en sus actuaciones y a fines de ese año lo citó Maderna, pues se retiraba Luis Tolosa.

El director le modificó el apellido, creando su nombre artístico. Aquí el nivel de las actuaciones tiene mayor repercusión, actuó en las dos radios más importantes, El Mundo y Belgrano. También en locales de mejor nivel tanguero y realizó una gira por casi todas las provincias. Además, la reiterada visita a los estudios de grabación del sello Víctor.

Dátila dejó catorce temas en el disco:

“Una vez”, 31 de octubre de 1946.
“Tarde gris”, 23 de noviembre de 1946.
“Rebeldía”, 23 de noviembre de 1946.
“Margarita Gauthier”, 20 de febrero de 1947.
“Inútil”, 20 de febrero de 1947.
“Alelí”, 25 de abril de 1947.
“Volviendo”, el 30 de mayo de 1947.
“Quién eres tú” (vals), 2 de julio de 1947.
“Se perdió el amor”, 18 de septiembre de 1947.
“Pastora”, a dúo con Mario Pomar (Corrales) 5 de abril 1948.
“Para ti madre” (vals), a dúo con Mario Pomar (Corrales) 26 enero 1949.
“Cuando no te quiera nadie”, 29 de septiembre de 1949.
“Nube gris” (vals), 14 de diciembre de 1949.
“Al compás de tu mentira”, 2 de febrero de 1950.

Fue este último registro la despedida de Dátila con la orquesta de Maderna. Luego de la muerte del director, permaneció en la denominada Orquesta Símbolo Osmar Maderna, durante unos meses.

Seguramente, desencantado desde tiempo atrás por la irregularidad del trabajo y, posiblemente, por otras causas, en 1953 dio un vuelco a su vida, abandonó definitivamente la actividad artística e ingresó al Correo como empleado. Además contrajo matrimonio.

Esta es la historia de uno de los tantos buenos intérpretes que dejaron lo suyo para alimentar la historia de nuestra música popular.