e llamaba Adela Ángela Aletti, y aunque fuera argentina portadora de apellido italiano, todos la conocían como La Gallega o La Gallega Adela.

A los quince años, tras la muerte de su padre, su madre la internó pupila. Entonces se escapaba de la institución para frecuentar la milonga, más precisamente el Club Atlanta, donde aprendió a bailar de la mano de milongueros próceres y templó el carácter indoblegable.

A lo largo de su trayectoria tuvo varias parejas de baile. Realizó presentaciones en La Botica del Ángel y en el programa Grandes Valores del Tango. Así también participó del film Tango. Bayle nuestro (Dir. Jorge Zanada, 1988).



El 5 de diciembre de 1982 organizó en Salón Canning la milonga A puro tango, que tras su muerte en 1987 continuaron su esposo Darío Rodríguez —El Gallego—, y su hija Patricia hasta el día de hoy.

Adela admiraba a todos los bailarines con personalidad. Decía que «El tango es según quien lo baile» y no hay quien la haya conocido que no mencionara como ella lo llevaba en los pies y el corazón.

El autor es profesor, bailarín e investigador del tango danza. Es autor de Nuevo glosario de tango danza, La pista del abrazo y Tango FAQs. www.tangosalon.com.ar / info@tangosalon.com.ar