Por
Oscar Zucchi

andoneonista, director y compositor del núcleo generacional de tanguistas de 1910, desarrolló una interesante labor en varios de los selectos conjuntos de la época, cultivando un estilo de clara filiación Decareana, tanto en el aspecto del instrumentista y director, como en la concepción de sus obras en la faz de compositor.

En este último renglón escribió varios títulos instrumentales de refinada concepción, formando binomio en alguno de ellos, con otro músico de parecida sensibilidad como Alberto Celenza, violinista, bandoneonista y contrabajista en distintas etapas de su carrera.

Hacia 1919 se alistó en un sexteto que dirigido por el exquisito violinista Agesilao Ferrazzano, actuó en el Cabaret Maxim’s de Suipacha entre Corrientes y Lavalle. En él, formó pareja de bandoneón, con otro valioso ejecutante de la época, Enrique Pollet, apodado El Francesito, compositor de “Farolito de mi barrio”, mientras que en violines se contaron su director y Emilio Ferrer como segundo, y en piano Roberto Goyheneche.

A este grupo, se sumó Hugo Ricardo Baralis en contrabajo, para tocar en el Tigre Hotel, de la localidad de Tigre, Hotel Carapachay de Olivos, ambos en la provincia de Buenos Aires. En 1923 estuvo en el Café ABC, de avenida Córdoba y Canning con uno de los primeros conjuntos formados por el eximio violinista Elvino Vardaro, que alineaba a Antonio Romano y José Precchi —tío de Roberto Pérez Precchi— en bandoneones, Elvino Vardaro y Alberto Celenza en violines y en piano Fioro Capolilupo.

En 1923 Juan Maglio le grabó el tango “Mate amargo [b]” en el sello Nacional. En 1924 tornó a la filas de Agesilao Ferrazzano con otro sexteto que se presentó en el Abdullah Club en el subsuelo de la Galería Güemes con este personal:Ciriaco Ortiz, Antonio Romano (bandoneones); A. Ferrazzano y Fernando Franco (violines); Eduardo Pereyra (piano) y Olindo Sinibaldi (bajo).

Por entonces comenzó a participar en las grabaciones del sexteto primigenio de Julio De Caro en el sello Victor, alternando allí en bandoneones con Luis Petrucelli, Pedro Maffia, Enrique Pollet, Pedro Laurenz y Armando Blasco, quedando como testimonio de este su paso por la histórica agrupación, el antológico registro acústico de su obra, compuesta en colaboración con Alberto Celenza “Populacho”, grabada el 20 de mayo de 1926. Esta obra, originalmente instrumental, tuvo luego versos de Carlos Bahr, cambiando su título por el de “No me extraña”.

De Caro le grabó además “La otra noche” en 1925 y ya en 1928 “Un silencio”, con nueva participación de Celenza en su escritura.

En 1925 Juan Maglio registró en disco Nacional su tango “Moñitos”. En 1926, según lo cita Horacio Ferrer en su Libro del tango habría incursionado en las filas de Juan D'Arienzo.

Aunque tal vez haya sido algo más tarde. Recordemos que en 1928 este director con la voz de Carlos Dante grabó el tango de Romano “La otra noche”, en discos Electra.

En 1927 actuó por LR10 Radio Cultura con su propia orquesta y el estribillista Santiago Devin, quien hizo allí su debut en este quehacer.

En las actuaciones públicas, Romano formó binomio con Alberto Celenza —entonces violinista— como orquesta Romano-Celenza, que estuvo integrada en bandoneones por Romano y Francisco Diodati como segundo, Salas en piano y violines Celenza y José De Grandis (autor de los versos del célebre tango “Amurado” entre otros) con quienes tocó en el Café El Parque, de Lavalle y Talcahuano. Más tarde Celenza sería bandoneonista.

Posteriormente viajó a Europa, para actuar con la orquesta que Lucio Demare dirigía en sus actuaciones con los cantores Agustín Irusta en primera voz y Roberto Fugazot en segunda voz.

Entre sus integrantes inicialmente se contaron, además del director en piano, en violines Jesús Fernández (español) Y el cubano Víctor Hugo y en bandoneones Héctor Artola y Pedro Polito.

En 1929 la composición del conjunto tuvo importantes modificaciones: Piano, dirección y arreglos: Lucio Demare; violines: Sam Resnik y Bernardo Stalman; Bandoneones: Alberto Celenza, Antonio Romano y Lucas Demare; batería: Romoaldo Lomoro.

Más tarde cumplieron actuaciones en Cuba en 1930 y al regresar a Europa, Romano integró un tiempo la orquesta de Manuel Pizarro, donde alternó en la fila de bandoneones y en distintos momentos con valores como Joaquín Mora, Pedro Polito, Héctor Artola y Miguel Bonano.

De regreso al país, en 1940, viajó a la República Oriental del Uruguay, estableciendo su residencia en Montevideo. Integró la orquesta uruguaya del violinista Roberto Luratti y tuvo además orquesta propia. En la Capital uruguaya falleció el 9 de marzo de 1966.

Extraído del libro: El tango, el bandoneón y sus intérpretes, Tomo III, Editorial Corregidor, Buenos Aires, 2007.