Domingo Rullo

Nombre real: Rullo Basílico, Domingo Antonio
Seudónimo/s: Mingo
Bandoneonista, letrista y compositor
(26 julio 1920 - 27 noviembre 2001)
Lugar de nacimiento:
Arias (Córdoba) Argentina
Por
Eduardo Sibilin

ontaba Rullo que a los cinco años vio por primera vez un bandoneón en las manos de un «famoso» que había llegado al pueblo, nada menos que Juan Maglio Pacho. Desde aquel momento, ese instrumento fue su pasión y su vida.

A los ocho se trasladó a la ciudad de Rosario a estudiar con otro «famoso» rosarino, Juan Rezzano.

Integró en su pueblo una orquesta con otros muchachos de la barra, animando bailes y fiestas locales y de pueblos vecinos. Contrataron a un cantor de Venado Tuerto de nombre Jorge Fuertes, que más tarde sería el autor de la letra del tango “Lucienne” y de un vals dedicado a las bodas de oro de los padres de Mingo, ambos con música de este.

En el año 1938, animó con ese conjunto un baile en Venado Tuerto, haciendo la presentación previa a la del maestro Roberto Zerrillo con su orquesta, este lo interesó para que viajara a Buenos Aires.

Y se fue a la capital. Dio una prueba en la Academia que dirigía Luis Rubistein, para la orquesta de Tito Ribero. A partir de entonces, integrando dicha orquesta, acompañó a grandes figuras del tango, como Hugo Del Carril en radio, discos y en la música de las películas en que actuó.

También acompañaron a Libertad Lamarque, Laurita Esquivel, Dorita Davis, Mercedes Simone, Charlo y muchos más.

En marzo de 1941 pasó a integrar la orquesta de Miguel Zabala «Zabalita», y su actuación fue nada menos que en el cabaret Chantecler, donde conoció a uno de los bandoneonistas rosarinos más virtuosos que integraba la fila de cinco bandoneones, Antonio Ríos.

El Mâitre era un señor cubano llamado Ángel Sánchez Carreño, pero se hacía llamar el Príncipe Cubano, que fue el autor de la letra de su tango más conocido: “Seamos amigos”, el cual se convirtió en el himno de la familia Rullo y del pueblo de Arias.

En el año 1944, lo convoca Rodolfo Biagi para que integrara su orquesta, debutando en Radio Splendid, en el cabaret Marabú, bailes de carnaval de Montevideo, grabaciones y, en especial, los ya mencionados: “Seamos amigos” y “Lucienne”, ambos con la voz de Alberto Amor.

A mediados de 1946, Mario Canaro le propone hacer una gira por el interior, llegando hasta Salta. Un empresario boliviano les propone actuar en Bolivia, pero como Canaro tenía compromisos, se volvió, prosiguiendo el resto de la orquesta bajo el nombre de Los Embajadores del Tango. Luego fueron a Perú, Ecuador y Colombia.

De vuelta en la Argentina, en el año 1948, trabajó con Edgardo Donato, hasta que lo llaman de Lima nuevamente. Viajó contratado por seis meses y se quedó por el resto de su vida. Allí conoció a la que luego sería su esposa y se radicó en el Perú.

Acompañó con su orquesta a cuanto artista llegara para actuar en tierra peruana. Fue profesor de música y compositor de muchos temas, desde tangos: “Tengo que agradecer”, “Escuchame pibe”, “La casa de la amistad”; a valses peruanos como: “Latidos de amor”, “Ay Paquita”, “Te dedico este vals”, “Esta noche [b]”, “Polillita” (con letra de Chabuca Granda), y muchos más.

Por la amistad con otro maestro que actuaba con su orquesta, Rodolfo Coltrinari, resolvieron formar la orquesta Coltrinari – Rullo, con el cantor Roberto Tello, con la que animaron bailes, fiestas y grabaron discos.

Según se menciona en el libro Memorias de bandoneón, participó del homenaje que se le ofreció a uno de los mejores bandoneonistas que conoció y que fue su compañero en la orquesta de Miguel Zabala, el maestro Antonio Ríos. Fue el 12 de octubre de 1981 y, entre otros, concurrieron Gerardo Quilici, Alfredo De Franco. En esa oportunidad se estrenó el tango “A Antonio Ríos”, interpretado por Héctor Catáneo con el bandoneón de Omar Torres, además del trío del maestro Ríos.

En el año 1996 recibió el premio «Diana», por sus 50 años de trayectoria. Además dirigió la Orquesta Sinfónica de la Peruanidad en el festejo de los cien años de Felipe Pinglo.

Falleció en Lima, Perú, el 27 de noviembre de 2001.

Extracto del libro Memorias de bandoneón, basado en la vida de Domingo Rullo, contada por él mismo y por Víctor Yánez Aguirre. Ediciones Maribelina de la Casa del Poeta Peruano, 20 julio 1997. Lima – Perú.