Modesto Papavero

Nombre real: Papavero, Modesto Hugo
Seudónimo/s: Luis del Cerro
Pianista, director y compositor
(16 agosto 1899 - 11 agosto 1965)
Lugar de nacimiento:
Alessandria (Alessandria) Italia
Por
Orlando del Greco

nicióse en 1920 con la farsa cómica musical Luna confidente estrenada en un colegio, con la cual interiorizóse del quehacer teatral.

En el año 1924 debuta profesionalmente al musicar la revista A vestirse caballeros dada por el actor Carlos Enriquez en el Teatro Cosmopolita, sala donde estrenó semanalmente dos revistas y hasta un sainete, Don Aristóbulo se sacó la grande, con partituras y letras suyas.

En el siguiente año, trabajó toda la temporada en las revistas del Bataclán y en la titulada En la raya lo esperamos dio a conocer “Leguisamo solo”, tango que le dio fama de compositor popular.

Siguió con ese género teatral como director de orquesta, autor o arreglador de las músicas correspondientes en otras salas de la capital, el interior y Montevideo.

Un esfuerzo más ambicioso lo hizo colaborar con el autor Andrés Darín en una opereta, Más pudo el amor, del Teatro Marconi, en 1942, año en que colaboró con el mago Wu-li-Chang en algunas representaciones revisteriles.

Después, decaído ese género por la sistemática e incomprensible demolición de teatros, se vio obligado a vivir con recursos ajenos al arte.

En 1964 dijo para esta recopilación: «Se preparaba en el Teatro Bataclán de la calle 25 de Mayo, una revista con letra de Luis Bayón Herrera y música mía, llamada En la raya lo esperamos. Era de ambiente turfístico, y como mis conocimientos sobre carreras eran nulos por no haber pisado nunca un hipódromo, me vi obligado a concurrir el domingo 15 de junio de 1925, para saber de qué se trataba y tomar apuntes. Fue así como me tenté y en la boletería del caballo número 6 —Rebenque—, que cuidaba Maschio y corría Leguisamo, saqué cinco boletos.

«Después, a no perder de vista un instante al caballo jugado. Vi cuando alzaron las cintas y salieron los puros como saetas al viento... quedando detrás el mío. Luego siguieron corriendo; en el codo Legui se arrimó, en la recta los alcanzó y en la raya primero él.

«La salsa de la letra no fue más que consecuencia de un espíritu observador que fue al hipódromo para estudiar el ambiente sin la menor preocupación por el juego, y cuando esa misma tarde llegué al teatro para la función vespertina (era yo el director de la orquesta) ya el tango estaba hecho y poco trabajo le costó a Tita Merello aprenderlo entre vermouth y noche. Lo estrenó en un pasaje coreográfico donde las bataclanas iban vestidas de jockeys con caballos de bastón, esa misma noche.

«El suceso, inmediato, fue inaudito. Ya en el primer refrán el público se compenetró del espíritu del tango y en la repetición no solamente coreó el estribillo, sino que lo vociferó de pie y Tita lo tuvo que cantar varias veces. Cuando me encontré con ella después de la función, abrazándome y besándome me dijo: «¡Qué tango te mandaste viejo! Es fenómeno y el público lo quiso aprender de prepo. Por eso me lo hizo repetir tantas veces».

«Al tomar en pocos días popularidad el tango, Carlos Gardel se interesó por una copia, haciéndosela llegar yo por medio de José María Aguilar, que en aquel entonces se presentaba en dúo con Roberto Fugazot en el mismo Bataclán».

Otros tangos suyos son “Y taconeando salió”, letra de Edelmiro Garrido, que creó desde el disco Rosita Quiroga, “Ni fú... ni fá”, “Muñeco al suelo”, “¿A quién le ganaste?”, “¿Y... qué hacemos?”, “Sosegate Feliciano”, “¡Bravo, nuestros campeones!”, “El triunfo de la milonga”, “Otro más”, “Hortensias”, “Justo Suárez solo”.

Su padre fue su maestro musical desde la niñez y de toda la familia.

Papavero nació en Alessandria (Italia) el 16 de agosto de 1899, llegó al país a los 14 años y falleció en Mar del Plata el 11 de agosto de 1965.