echo músico por su hermano Francisco Canaro, debutó en 1917 como bandoneonista de su orquesta, que actuaba por entonces en el Cabaret Royal Pigall.

Muchos años estuvo en la formación de su famoso hermano con quien viajó a París en 1925 y a Nueva York al año siguiente. Volvió a Francia desde Norteamérica, y con su hermano Rafael Canaro se puso al frente de una orquesta con la que recorrió varios países de Europa luchando por el tango hasta el año 1931.

Al volver a Buenos Aires hizo radio con el conjunto de su nombre, amenizando además bailes y boites. Siempre con formación propia recorrió toda América y en 1954 llegóse hasta Japón, actuando con gran éxito en el celeste imperio.

Lo conocieron actuando famosos locales porteños que se llamaron Armenonville, Maipú Pigall, Tabarís, Casanova, Royal Pigall.

Con su orquesta grabó en las marcas Victor, Odeon y Pampa; en ellas cantaron celebrados cancionistas como las hermanas Desmond, María de la Fuente, Irma Flores, Dorita Verdi, Susy Leiva, Aldo Campoamor, Fernando Díaz, Roberto Arrieta.

También con su hermano Francisco hizo sus primeras composiciones: “Mano brava [b]”, “Ave María [b]”, “El copete”, “El atorrante”, “El bacarat”, “Clavelito”, “Un capricho”, “Desengaño”, “Camarada”, “La brisa”, “El pinche”, tangos; “Estela” y “Mi petite”, valses.

Con el correr de los años publicó numerosas otras, con algunas de gran suceso: “Ahí va el dulce”, “Cuando yo era pibe”, “Copa de ajenjo”, “El sabio”, “Abuelita”, “Santa Paula”, “Lágrimas de amor”, “Campo”, “Pipistrela”, “A su majestad”, “Bendita seas”, “El pangaré [b]”, “Y a mí qué”, “Sueño de muñeca”, “Quejas [b]”, tangos; “Lo que vieron mis ojos”, “La noche que me esperes”, valses; contando por colaboradores a Juan Andrés Caruso, Jesús Fernández Blanco, Carlos Pesce, Osvaldo Sosa Cordero, Fernando Ochoa.

Era poseedor de un silbido extraordinario.
Amigo íntimo de Gardel, el cantor inolvidable dejó impresos con su voz sus tangos “Desengaño”, “El pinche”, “Camarada” y “La brisa”, letras de Caruso, sin su consentimiento pero sí con el de Francisco con cuya colaboración los había hecho. ("—¡Qué iba a decirle yo si parecía un chico! Además éramos tan amigos", dijo recordándolo al respecto.)

En Francia y en España pasó largas horas gratísimas junto a él, rememorando los momentos vividos en los pagos tan distantes.

Juan Canaro nació en San José de Mayo (Uruguay) el 23 de junio de 1892 y falleció en Mar del Plata el 16 de marzo de 1977.