Fausto Frontera

Nombre real: Frontera, Fausto
Seudónimo/s: Tito Rueda
Violinista y compositor
(11 marzo 1898 - 24 mayo 1982)
Lugar de nacimiento:
Buenos Aires Argentina
Por
Orlando del Greco

los doce años debutó accidentalmente en el Café El Capuchino, de un tal Don Francisco, en la calle Carlos Calvo, con una orquesta en la cual también tocaba Ricardo Brignolo.

Corría 1914 y alguien lo buscó para que con su instrumento ingresara a la orquesta de un barco francés cuyo violinista había enfermado; así tomó rumbo a Marsella y una vez en esta ciudad decidió llegarse hasta París. En la Ville Lumiere encontróse con Celestino Ferrer, Vicente Loduca, Güerino Filipotto y otros músicos argentinos que luchaban allí por el tango. Actuó en varietés y paseó luego por Italia y España.

Regresó a fines de ese año trabajando en numerosos lugares de la capital, cafés sobre todo, con orquestas mediocres, hasta dar el salto de actuar con Eduardo Arolas en un café de la calle Pozos, frente a los cuarteles. Después integró las de Juan Maglio (Pacho), Pepino Marmón, Juan Carlos Cobián, Anselmo Aieta, Carlos Vicente Geroni Flores, Típica Victor y otras en años sucesivos.

Locales en que tocó su violín se cuentan, entre muchos más, a los cafés San Martín, Minerva, Colón (de Flores), Benigno, Central, club Belgrano, Maipú Pigall, Abdulla Club, Tabarín, etc.

Por 1923 tuvo orquesta de su nombre para unos carnavales y en 1924 fue el encargado de los conjuntos musicales de la radio LOY, hoy Belgrano. Al año siguiente tuvo el mismo menester en la LOJ, Radio El Abuelito, de la cual era uno de sus patrones la actriz Angelina Pagano.

Estando en el Teatro Broadway con Francisco Lomuto en los carnavales de 1935, se retiró colgando el violín.

Como compositor se inició en 1916 con el tango “Art nouveau” al que agregó éxitos como el vals “Cortando camino”, con versos de Enrique Cadícamo; “Mi traje de novia” y “Gran señor” con el mismo letrista, grabados por Rosita Quiroga; “Rey de copas”, “Tradición”, “Pobrecitas mujeres”, “¡Qué torcido andás, Julián!”, “Atavismo”, “Carambola”, “Recóndita”, “Hilos de plata”, “Oye mujer”, “Palomita loca”, “No te salgas de la huella”, y entre muchos más, sus perennes tangos “Tabernero (El tabernero)” y “Callejera” que hiciera en colaboración con Raúl Costa Oliveri, Miguel Cafre y Enrique Cadícamo respectivamente, y dejara en discos Carlos Gardel, cuyas grabaciones tuvieron sus anécdotas.

Un día le llevó a Gardel (a quien conocía del tiempo del restaurante O'Rondeman en el barrio del Abasto), “Tabernero (El tabernero)” pero el cantor se negó a grabarlo argumentando que no podía hacerlo tan bien como Cafre, su coautor: «No lo podré hacer como lo hace Miguel. Además la letra poco me gusta», le dijo. Pasó el tiempo y Gardel llegó a Barcelona en 1927. Al otro día de su arribo, para movilizarse tomó un taxi y su chofer empezó a canturrear un tango. Paró el oído el Zorzal y sin esperar más preguntó: «Oiga, ¿es un tango español ése?». Y aquél con su natural gracejo catalán lo saca de la duda: «¿Qué español?... Argentino y se llama “Tabernero”». Era popular en España y por eso allí lo grabó en esos días con la ayuda de sus guitarristas que bien lo conocían.

En cuanto a “Callejera”, Gardel lo grabó por casualidad. El gran compositor Carlos V. G. Flores se había comprometido con el cantor a llevarle una canción y fue a verlo a la casa Max Glücksmann donde aquél lo esperaba.

Como actuaban juntos, acompañó a Flores. «Maestro», así trataba Carlitos al pianista, «¿Me trajo aquello que le pedí?». «Vine precisamente por eso. Como Corsini la vio y le gustó, no sé si Ud...». Gardel no lo dejó terminar: «Bueno, deme otra cosa que tengo que cumplir hoy y de todo lo que me han traído no hay una que valga la pena». Él intercede entonces: «Carlos... aquí tengo un tango, a ver si te gusta». Gardel lo toma, lo mira, lo lee y exclama: «¡Huy! ¡Qué bueno!. La letra es del Cafiolo, (así llamaba Carlitos a Cadícamo). Este sí que lo hago». Y así fue.

Carlos Gardel también le llevó a la cera, según él, una milonga intitulada “La curdela” con una letra tan extensa que no cabía en el disco. Al terminar el mismo, Carlitos seguía cantando y al advertírsele, ordenó romperlo negándose acortarla y grabar de nuevo. Se malogró así lo que pudo haber sido una gran creación.

Frontera nació en Buenos Aires (centro) el 11 de marzo de 1898 y allí falleció el 24 de mayo de 1982.