n las postrimerías del año centenario de la revolución de Mayo, gozaba de una popularidad envidiable como cantor pues formado en centros tradicionalistas era por ese tiempo reclamado con insistencia de cuantos lugares apropiados para el arte criollo había.

Vinculado a Saúl Salinas éste pronto lo presentó a los discos Columbia en los que empezó a grabar a principios de 1913 con la numeración T. 747 y los estilos de su pertenencia titulados “A Ángel Zardo” y “Flor marchita” que tal vez fueran sus primeras composiciones.

El arte de cantar, que tantos halagos le había dado, pronto lo abandonó, pues recordaba que cuando apareció Carlos Gardel (a quien conocía de años antes, casi adolescentes, por ruedas afectas al canto) con José Razzano por los teatros arrastrando con todo, él, que conocía bien a público y empresarios, se dijo un día: «Bueno, aquí no hay más que hacer; yo estoy de más...» Diciendo y haciendo fue todo uno: puso violín en bolsa (la guitarra en este caso) y no cantó más.

Convertido en actor, le encontramos en el Teatro San Martín, haciendo el sargento Chirino, en la compañía de Elías Alippi y José González Castillo que representaba Juan Moreira junto a Gardel, Razzano y otros cantores en 1915. Presentación que inicióse el 12 de noviembre y terminó el 14 de diciembre de ese año.

Después desfiló integrando todas las grandes compañías teatrales argentinas. En 1921 fue a México con Vittone-Pomar y en 1926 recorrió toda América con la gran Camila Quiroga.

Realizó una gira por el interior con Libertad Lamarque, Pedro Maffia, Miguel Bucino, con Su Majestad, el Tango en 1928 y para la cual escribía los sketchs que representaban.

Entre otras populares compañías que integró figuran las musicales de Francisco Canaro e Ivo Pelay en las representaciones de La Muchachada del Centro.

En la cinematografía debutó cuando aún era muda y en la hablada desde 1933 con Tango para seguir con muchos títulos más: Loco lindo, Los locos del cuarto piso, Fortín Alto, Fronteras de la ley, Marianela, Amalia, Valle Negro.

Durante la época de oro del éter tuvo una de las compañías de radioteatro más populares que apasionaron a los oyentes por las mejores ondas y actuó en otras compañías.

A la canción popular aportó cien páginas de mediano éxito algunas y la mayoría desconocidas: “Largue a esa mujica”, tango, y “Tristeza gaucha”, estilo, son las que dejó impresas en el disco su gran amigo Carlos Gardel, quien debió grabarle también su tango “Buenos tiempos” que tiene música del Ratita Iriarte.

Su éxito es “Alma” con música de Fredy Scorticati que se canta en la película ¡Tango!; otros: “Siempre te amaré”, vals, con Severo Junnissi; “Alma gaucha”, estilo que le grabó Corsini; “Escuchame negra”, “Mascarita”, “Tirame una serpentina”, “Tardecita gris”, con músicas de Ciriaco Ortiz, Anselmo Aieta, Guillermo Del Ciancio, etc.

Sarcione nació en Buenos Aires el 8 de septiembre de 1888 y allí falleció el 4 de noviembre de 1961.