Por
Abel Palermo

ace en Barracas y con apenas tres meses sus padres se mudan a San Isidro (Provincia de Buenos Aires). Quizás, después de Gardel, ha sido una de las voces del tango más famosa y requerida de América.

Desde joven se siente atraído por la música, su pasión eran el canto y la guitarra. Debuta a los 17 años en Radio Prieto acompañado por las guitarras de Disario, Durante y Deluchi, pasando luego por distintas emisoras.

Voz de barítono y una coloratura especial acongojada, dicción perfecta y buena pinta, fue desarrollando su labor como solista, hasta que es convocado por el maestro Mario Azerboni en 1938.

Luego de un breve paso por Edgardo Donato se integra a la orquesta de Enrique Forte, dada la fama de Francisco Fiorentino, deja de actuar con su nombre verdadero para presentarse con el de Raúl Iriarte.

A principios de 1943 Alberto Podestá se desvincula de Miguel Caló y pasa a integrar la orquesta de Pedro Laurenz, razón por la cual se inicia una búsqueda para reemplazarlo.

El autor Oscar Rubens le comenta sobre Raúl Iriarte y van a verlo, después de escucharlo lo contrata y el 17 de mayo de 1943, Raúl Iriarte graba su primer disco: el tango de Oscar Rubens y Alberto Suárez VillanuevaEs en vano llorar”, que tenía en el acople con la voz de Jorge Ortiz , el bello tango de Piana y Manzi, “De Barro”.

En el debut de Iriarte, la orquesta dirigida por Miguel Caló estaba integrada, en el piano por Osmar Maderna, violines Enrique Mario Francini, Aquiles Aguilar, Antonio Bogas y Mario Lalli, los bandoneones, Domingo Federico, Armando Pontier, José Cambareri y Felipe Richiardi y en el contrabajo Armando Caló.

El éxito llega rápidamente logrando imponer en el gusto del público dos temas de Carlos Bahr, “Mañana iré temprano” y “Cada día te extraño más” que graba el 10 de agosto de 1943. Al año siguiente regresa Raúl Berón a Caló, luego de su paso por la orquesta de Lucio Demare. La formación compite de igual a igual en la demanda del público con las de Aníbal Troilo, Carlos Di Sarli y Juan D'Arienzo, en una época en la que los binomios de cantores eran de suma importancia.

A fines de 1945 la orquesta sufre un gran golpe al alejarse de la misma los principales ejecutantes, para formar sus propias orquestas, Osmar Maderna, Domingo Federico, Francini y Pontier. Pero los aportes de Iriarte y Berón permiten la vigencia del éxito de la orquesta.

Luego la llegada, por un breve lapso, del cantor Luis Tolosa, en reemplazo de Raúl Berón, quien pasa a integrar la orquesta de Francini-Pontier, y después Iriarte compartirá el escenario con otro correcto cantor: Roberto Arrieta. En ese período, Iriarte logra nuevos éxitos con los tangos "Nada", "Tabaco", "Trenzas" y "Marión".

Durante el tiempo que integró la orquesta del maestro Caló, entre mayo de 1943 y diciembre de 1945, la orquesta grabó 43 temas y apenas 7 tangos en forma instrumental.

A fines de 1947 es requerido por empresarios para actuar como solista. Iriarte se desvincula de Miguel Caló, dejando grabado como último tema “Óyeme”, obra de Homero Expósito y Enrique Francini.

Debuta en Radio Belgrano, en 1948, con el acompañamiento de la orquesta dirigida por el bandoneonista y arreglador Ismael Spiltanik.

En 1949 es acompañado por el conjunto del pianista Armando Lacava y, en 1950, dada su gran popularidad, parte hacia Chile, Perú, Venezuela y México, radicándose finalmente en Colombia. En 1956, en México supera todos los cálculos previos y cumple una de las etapas mas brillantes de su carrera. El éxito de esta gira, iniciada en 1954, culmina con una notable temporada en un teatro del Distrito Federal y entre sus compañeros de elenco participa la destacada actriz mejicana Marga López. Además actúa en el famoso cabaret “El Patio”, donde graba, con el acompañamiento de conjunto dirigido por el bandoneonista Luis Álvarez los tangos “Prohibido” y “Noche de locura”, ambos de Manuel Sucher y Carlos Bahr. Finaliza la gira en México en 1957 y parte para Cuba a cumplir un contrato para actuar en televisión, radios y cabarets de la isla.

Al regreso compra un gran bar y restaurant, en sociedad con su bandoneonista Luis Pérez Álvarez, en pleno centro de Bogotá.

Aclamado y admirado en todos los lugares donde llegó su voz y simpatía, fue uno de los más importantes embajadores del tango argentino.

En toda América su nombre gozó de inmensa popularidad. Tanto es así que en los programas radiales de música porteña sólo incluían los discos de Iriarte y de Gardel. Sus obras más logradas con Miguel Caló fueron sin duda la clave de tamaño éxito, una llave que lo catapultó a un mercado donde fueron llegando los compases de “El plebeyo”, “La vi llegar”, “Me duele el corazón” y otras páginas de notable calidad.

Regresa a Buenos Aires en febrero de 1972 a grabar nuevamente con Caló: “La mentirosa”, “Nubes de humo”, “Un lugar para los dos” y a dúo con Arrieta: “Mis flores negras” y “Todos vuelven”. El 24 de mayo de ese mismo año, producto de un infarto, fallece el gran maestro Miguel Caló.

Iriarte regresa a Colombia, su lugar de residencia, continuando en forma espaciada su labor artística. En algunas giras fue acompañado por un conjunto dirigido por el pianista Osvaldo Berlingieri.

A partir de 1977 abandona el canto para dedicarse a la función de empresario, orientando y organizando giras a distintas figuras argentinas del tango, entre ellas a Juan Carlos Godoy, Armando Moreno, Roberto Mancini. Promovió y organizó la mayoría de los homenajes a Gardel en Medellín, donde participaron las más importantes figuras del tango.

El 24 de agosto de 1982, próximo a cumplir 66 años y luego de una penosa enfermedad, fallece en Bogotá, Colombia.