rimero tuvo vocación literaria escribiendo obritas teatrales para cuadros de aficionados, después se volcó a la música estudiando flauta bajo la dirección de Mauricio Guariglia, autor del conocido tango “La galarcita”.

Antes del 900 tocó en peringundines, cafés, cafetines de la Boca, bailes, locales famosos como el Hansen y cien más, integrando conjuntos reputados como el de Rosendo Mendizábal (“El entrerriano”), el de Alfredo Bevilacqua (“Independencia”), el de Carlos Posadas (“Retirao”), el de Augusto Berto (“La payanca”), forjando su vida por y para el tango.

Tuvo formaciones a sus órdenes; orfeones que integraban más de cien músicos o simples conjuntos de cuatro o cinco.

Fue uno de los primeros luchadores que tuvo la música ciudadana, desde el palquito de la orquesta o como dirigente gremial, pues fue uno de los fundadores de la Sociedad de Autores e incansable paladín en la lucha por el amparo a los derechos del autor.

Su primer tango lo compuso en los albores del siglo y lo intituló “La Nación”. Al mismo siguiéronle éxitos como: “Bar exposición” y “Entrada prohibida”, que son clásicos, y “Entrada libre”, “La capillita”, “Cinco a dos”, “El canchero”, “La picasa”, “Primer auxilio”, “Sonaste tiburón”, “El rubito”, “Marta”, “Mi destino”, “Cuando mi barrio se duerme”, “Una milonga de amor”, “Madrecita yo me muero”, “Figurita”, “Mis penas”, “Don Farías”, “El serrucho”, “Muy de la plataforma”, “Otoñal”, “De mil amores”, entre muchos otros tangos, y también valses, mazurcas, jotas, pasodobles, rancheras, estilos, engrosan su larga lista de compositor fecundo, en la que colaboraron Juan de Dios Filiberto, Jesús Fernández Blanco, Juan Andrés Caruso, Jaime Lloret Reos, Gerónimo Gradito, entre otros, y que fueron llevados al disco por los mejores intérpretes vocales y orquestas.

A esa enumeración hay que sumarle “Farolito viejo” con letra de José Eneas Riú; “Calandria”, “Por ella”, “A contramano”, con versos de Caruso; “Celeste y blanco”, con letra de Arturo Kolbeneyer; “Mano mora” con la de Jaime Lloret Reos; “El ramito” con la colaboración de Filiberto y versos de Gabino Coria Peñaloza, que son las canciones que le grabó su dilecto amigo Carlos Gardel.

En su dilatada existencia solía relatar innumerables cosas y casos de aquellos años de «musiquero» y anécdotas del gran Carlitos, a quien conoció en sus balbuceos con la canción, que quedaron esparcidas en el tiempo.

Su refugio cotidiano era el restaurante El Águila de la calle Lavalle, cerca de SADAIC y allí respondía amablemente a cuanta pregunta se le hacía sobre lo antedicho.

Teisseire nació en Buenos Aires (donde está enclavado el obelisco) el 24 de octubre de 1883 y allí falleció el 3 de mayo de 1960.