acido en la ciudad de Petrópolis (Brasil), el 17 de noviembre de 1882. Su padre Adolfo Bernstein y su madre Augusta Cosbab eran oriundos de Alemania.

Imposible nos ha sido comprobar datos de sus comienzos musicales. Sabemos al respecto que sin emprender estudios ejecutaba piano, violín, guitarra y bandoneón, de cuyo uso fue entre nosotros uno de los primeros.

Hacia 1903 debutó con improvisado conjunto en el Café Royal, sito en el barrio de la Boca (Suárez y Necochea).

El 26 de agosto de 1907 contrajo enlace con la señorita Catalina María Rayn, de nacionalidad inglesa, de 21 años de edad. Cuatro hijas alegraron el hogar, todas fallecidas actualmente.

Luego El Alemán obtuvo empleo en la firma Bagley, la situación derivada de un conflicto gremial motivó su despido. Posteriormente se desempeñó como litógrafo.

Citemos los más famosos escenarios en que actuara: Café La Marina (Suárez y Necochea), Café El Caburé (Entre Ríos y Cochabamba), Café El Parque (Lavalle y Talcahuano), Café T.V.O. y Café La Morocha (Corrientes y Carril, esquina sudoeste).

Cumplió en aquella época tareas de grabación para el sello Atlanta, acompañado por su hermano Luis Bernstein (guitarra), Vicente Pepe (violín) y Ventosa Pita (flauta).

En 1915 actuó en los centros sociales: Unione e Benevolenza, Fratellanza, Cavour y en el renombrado Gato Negro. Se presentó luego en el cabaret Tabarín, Palais de Glace y en el aristocrático Plaza Hotel.

En 1920 el Bar Victoria, de la capital cordobesa, fue visitado por el cuarteto que componían: Arturo Bernstein y Ciriaco Ortiz (bandoneones), Tito Roccatagliata (violín) y Juan Carlos Cobián (piano). Desfilaron por el mismo escenario calificados ejecutantes de la música popular.

Proseguiremos con expresivos conceptos de Carlos de la Púa:

«Bernstein, sin embargo, comenzó ejecutando trozos de música clásica y de ópera con éxito; posteriormente incluyó el tango del que se erigió en uno de sus ídolos. A la sazón los músicos desarrollaban su labor de oído, en cambio El Alemán se ajustaba a la partitura musical. Al respecto cabe citar un gracioso episodio: suscitóse candente polémica sin lograr acuerdo acerca de quienes actuaron en cierto café de Barracas, ¿Se trataba de Bernstein, o de El Tano? Escuchaba Ernesto Ponzio que terció segura: "Si los cosos tocaban con el papelito al frente, era la del Alemán, Si se mandaban el repertorio al aire libre, era la del Tano"».

En el domicilio de Bernstein, sito en la calle Herrera, funcionó su célebre academia. Numerosos discípulos concurrían a ella entre las 8 y 22 horas, al módico precio de $ 10 mensuales. Desfilaron por ella figuras tales como: Carlos Marcucci, El Pelado Federico Scorticati, Pereyra, Navarro y Olmedo entre otros. Tal academia se trasladó luego a dos cuadras de la estación Lanús (Del Valle Iberlucea 4368). Un mes escaso se prolongó allí su permanencia, pues al no concurrir alumnos desistió de sus propósitos.

Poseía Bernstein ánimo bonachón y generoso, íntegros brindaba sus conocimientos despreocupado de la faz material de su tarea. De tal suerte disminuía sensiblemente sus nada holgados recursos. Diríase que colmaba su ambición, el fraseo expresivo del bandoneón que acunaba con manos seguras.

Al parecer en 1935 cumplió su última actuación por LS6 (Radio Del Pueblo). El conjunto era dirigido nada menos que por Enrique Saborido, a quien acompañaban, entre otros, veteranos ejecutantes: Maximiliano y Moresio (guitarras), El Tano Vicente Pecci (flauta), Vicente Pepe (violín) y Arturo Bernstein (bandoneón). Según expresiones del autor de “La morocha”, era su propósito compartido por quienes le acompañaban hacer revivir al tango, que lo tenían dando más vueltas que a una perinola.

El Alemán falleció víctima de una hemorragia cerebral el 20 de setiembre de 1935, en su domicilio de la calle Herrera 1216, casi esquina Olavarría.

Casi un mes después, el 15 de octubre, se realizó un homenaje a total beneficio de sus parientes. Efectuóse en el Cine Teatro Güemes (Avda. Montes de Oca 972). Fijóse en $ 1 el precio de la localidad. Colaboraron los siguiente artistas: Francisco Canaro, Osvaldo Fresedo, Edgardo Donato, Marcos Ramírez, Carlos Marcucci, Petronila y Candelario, Ernesto Famá, Andrés Falgás, Oscar Ugarte, Teófilo Ibáñez, Juan José de Soiza Reilly, Fanny Loy, Bolazo y Cúneo, Pochita, Fedora Cabral, Ciriaco Ortiz, Los Méndez y Daniel Alvarez.

Bernstein no ha legado en calidad de compositor abundante número de obras, al respecto entendemos citar la totalidad de su producción con los títulos siguientes: tangos: “Rama caída”, “La gaita”, “La carambola”, “No hay partido sin revancha”, “Mala suerte“, “¡Celos!...” y “Pangaré”; vals: “Amor ideal” y el paso doble: “Plus Ultra”.

Publicado en el libro: Evocación del Tango, de Juan Silbido, Buenos Aires, 1964.