Por
Ricardo García Blaya

ace en San Fernando 20 km. al norte de la Capital y muy joven se muda a Campana, ciudad vecina a Zárate (provincia de Buenos Aires).

Al decir de Horacio Ferrer: «Violín de llamativa seguridad, vibrato medio, depurado e inconfundible sonido y prodigiosa mano izquierda, se ha caracterizado, además, por una personal manera de dividir la frase musical».

Se destacó por ser un estudioso del instrumento, aún en pleno éxito, estudiaba más que nunca y como me relatara Jorge Palacio, «llegó a ser maestro de armonía y composición, adentrándose cada vez más en los secretos del arte musical, con la orientación del maestro Julián Bautista, perfeccionándose en el violín con Martí Llorca y Maugiamarchi.»

Al igual que Pontier y su gran amigo el pianista Héctor Stamponi, su primer labor fue con la formación del maestro Juan Ehlert.

Después de la experiencia en la orquesta de Miguel Caló y su consagración definitiva en su sociedad con Armando Pontier, (Orquesta Francini-Pontier), en 1955, inicia un nuevo camino formando su propia orquesta. La misma fue fugaz, duró menos de un año, pero bastaron para imponer su calidad, con la base del pianista Juan José Paz, el bandoneón de Julio Ahumada y la voz de Alberto Podestá.

Sus dos primeras grabaciones fueron “La trilla”, de Eduardo Arolas, y “Petit Salón”, de Vicente Demarco con letra de Silvio Marinucci, cantada por Podestá, el 3 de noviembre de 1955, para el sello RCA-Victor.

Entre los éxitos de su repertorio, destacamos su gran creación “Tema otoñal”, su solos en “Inspiración” y “Sensiblero”.

Luego, al poco tiempo, integra el Octeto Buenos Aires, que era un conjunto de maestros y solistas formado por Astor Piazzolla cuando volvió de Francia. Estaba integrado por Astor y Roberto Pansera en los bandoneones, Enrique Francini y Hugo Baralis en los violines, José Bragato en el violoncelo, Aldo Nicolini en el bajo, Horacio Malvicino en guitarra y Atilio Stampone en el piano. Un verdadero lujo, si además agregamos las colaboraciones de Elvino Vardaro en algunas ocasiones y de Leopoldo Federico, quien reemplazó a Pansera.

Integró también una orquesta con Vardaro, Los Astros del Tango, pensada fundamentalmente, para editar una serie de long plays, evocativos de grandes compositores. Los arreglos estuvieron a cargo de Argentino Galván.

Otro conjunto en que participó fue Los Violines de Oro del Tango, que al igual que el anterior, se caracterizaba por el predominio de las cuerdas.

Fue primer violín del Teatro Colón y colaboró durante años en muchas orquestas del 60.

En 1963, junto a su ex socio Armando Pontier y sus antiguos compañeros, Domingo Federico, Alberto Podestá y Raúl Berón, integra La Orquesta de las Estrellas, bajo la dirección de Miguel Caló, siendo pianista de la misma Orlando Trípodi.

En 1970 forma un sexteto con promisorios músicos como el bandoneonista Néstor Marconi, a cargo de los arreglos, debutando en el escenario de Caño 14 con gran éxito. Actúan en televisión y graban un larga duración.

En 1973 reconstituye la orquesta con Pontier para hacer una gira por Japón, contando con la colaboración de la cantante Alba Solís e importantes músicos como: Omar Murtagh, Néstor Marconi y Omar Valente, entre otros.

En 1977, hace otra importante gira por Japón que dura tres meses, montando un importante espectáculo con más de veinte músicos y parejas de baile. A su regreso y luego de una dolencia, organiza una orquesta sinfónica que realiza el espectáculo Tangos por el Mundo en el Teatro Alvear de la calle Corrientes.

Muere en su ley, en el escenario de Caño 14, mientras ejecutaba “Nostalgias” en su querido violín.