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Joaquín Mora
Nombre real: Mora, Joaquín Mauricio
Pianista, bandoneonista, director y compositor
(22 septiembre 1905 - 2 agosto 1979)
Lugar de nacimiento:
Buenos Aires Argentina
TEMAS AQUÍ MENCIONADOS
Como aquella princesa
Tango
Divina
Tango
El africano
Tango
En las sombras
Tango
Esclavo
Tango
La cabeza del italiano
Tango
Margarita Gauthier
Tango
Más allá [b]
Vals
Si volviera Jesús
Tango
Viejo barrio
Tango
Yo soy aquel muchacho
Tango
CREADORES AQUÍ MENCIONADOS
Alberto Castellanos
Alberto Cima
Alcides Palavecino
Antonio Bonavena
Antonio Rodríguez Lesende
Azucena Maizani
Cayetano Puglisi
Ciriaco Ortiz
Dante A. Linyera
Ebe Bedrune
Eduardo Pereyra
Francisco Fiorentino
Graciano De Leone
Hugo Del Carril
Joaquín Mora
José María Contursi
José Pascual
Julio Jorge Nelson
Luis Cuervo
Máximo Orsi
Miguel Caló
Onofre Mir
Orestes Cúfaro
Plácido Simoni Alfaro
Roberto Zerrillo
Vicente Fiorentino
Vicente Russo
Por
Horacio Loriente
e padre argentino y madre uruguaya —de Paysandú— nació Joaquín Mauricio Mora en Buenos Aires, el 22 de setiembre de 1905. Vivió niñez y adolescencia cerca de los patios de los studs de Palermo, donde su padre desempeñaba sus tareas. A los once años inició estudios musicales bajo la égida de los maestros Antonielli y Romaniello.
En 1916, ingresó al conservatorio Santa Cecilia graduándose profesor de piano en 1921. Inició cursos de perfeccionamiento con Arturo Luzatti, culminándolos con recitales de piano en el salón La Argentina.
Desde los dieciocho años comienza a actuar en bailes y reuniones con músicos de intrascendente trayectoria y un año más tarde es el pianista del cuarteto de
Graciano De Leone
en el salón La Argentina, precisamente el lugar donde culminara sus estudios superiores.
Así llegamos a un acontecimiento casual que resultara trascendente en la trayectoria de
Joaquín Mora
. Después de un ensayo en su casa, su amigo el bandoneonista José Fiotti dejó allí su instrumento. La curiosidad tentó a Mora para sacar unas notas y abordar un pasaje de la melodía de “
La cabeza del italiano
”, tango de moda de la época. Entusiasmado por haberlo logrado, compró un bandoneón a pagar en cuotas con el que venía un método de aprendizaje. En poco tiempo se convertiría en excelente bandoneonista. En tal carácter debuta en la orquesta de
Antonio Bonavena
, en 1928, y, por entonces, escribe su primer tango a medias con José Fiotti, titulado “
Viejo barrio
”.
Forma parte luego de un trío con
Eduardo Pereyra
y
Alcides Palavecino
, trabajando en un café de Flores. El autor de “
El africano
” sería de enorme gravitación, afiliándose definitivamente en la tendencia romántica, en creación e interpretación del tango.
En 1929,
Joaquín Mora
revista en las filas de
Vicente Fiorentino
con su violín, junto al pianista
Plácido Simoni Alfaro
y
Francisco Fiorentino
, bandoneonista a su lado.
Trabaja intensamente y entonces
Alberto Cima
, que regresaba de Europa lo convoca para formar parte de su conjunto, presentándose en un café de Parque Patricios, ya en 1930. Esa pequeña orquesta la integraban su director y
Joaquín Mora
, bandoneones, Luis Minelli, piano y el violinista
Luis Cuervo
.
Mora está presente en las grabaciones para el sello Columbia de la orquesta Bonavena y de la típica Columbia dirigida por
Alberto Castellanos
y con Bonavena realiza una exitosa temporada en Radio Prieto.
Crea entonces algunos tangos de extraordinaria belleza: “
Divina
”, al que pusiera letra en 1934 Federico Saniez, “Nupcia”, “Leyenda” y “Mi estrella”. Nos recordaba
Joaquín Mora
, muchos años más tarde, que, a propósito de la estructura de “Mi estrella”, que es uno de sus grandes tangos, un amigo músico le decía por entonces: «¿Por qué no hacés tangos como los demás autores?».
A fines de 1930, junto a
Orestes Cúfaro
, pianista que había sido compañero en la orquesta Bonavena, y el violinista
Roberto Zerrillo
, acompañaron a
Azucena Maizani
en su viaje a Europa, realizando sus presentaciones en España, Portugal y parte de Francia. Dentro de esa gira, encontrándose en la ciudad española de León, Mora compuso su tango “
Yo soy aquel muchacho
”, que complementaría años más tarde con el violinista
Vicente Russo
y los versos de
Máximo Orsi
.
Joaquín Mora
se incorpora a la orquesta de Irusta-Fugazot-Demare en España. Al retornar a Buenos Aires, casi a fines de 1933, pasa a trabajar en la orquesta de
Vicente Russo
en Radio Splendid. Allí, además de complementarse, “
Yo soy aquel muchacho
”, también en colaboración con el director de la orquesta da a conocer su tango “Ushuaia” y, en el carnaval de 1935, reforzando la orquesta de
Miguel Caló
en los bailes del teatro de la Opera, al terminar una actuación, comprobó que le habían robado su bandoneón. Esta imprevista circunstancia marca un nuevo rumbo artístico a sus actuaciones, volviendo definitivamente al piano, creando su gran estilo de interpretación.
Desde el citado acontecimiento,
Joaquín Mora
forma su orquesta, actuando muy fugazmente y decidiendo formar un trío con dos cantores, al estilo de Irusta-Fugazot-Demare, convocando a esos efectos a
Antonio Rodríguez Lesende
y Héctor Morel (Héctor Cardinale). Morel-Lesende-Mora ha quedado en el recuerdo de los nostalgiosos como una expresión de originalidad y exquisita calidad.
Paralelamente, entre 1936 y 1937, se dedicó al acompañamiento de cantores y cancionistas. En forma especial se destaca su presencia junto a
Cayetano Puglisi
y
Ciriaco Ortiz
en las presentaciones de
Hugo Del Carril
en Radio El Mundo y con dos cantores, Héctor Achával y Mario Podestá encabezó otro trío, con presencia ante micrófonos de la desaparecida Radio Ultra.
Nos refiere el Dr. Luis A. Sierra dos acontecimientos que nos retrotraen en el tiempo, al año 1934. En una madrugada, junto al piano, en el apartamento de
José Pascual
, Mora sacó de su bolsillo un pequeño papelito conteniendo los versos que
Julio Jorge Nelson
le entregara en el café Los 36 Billares, de la calle Corrientes, los leyó y surgirían enseguida las notas de “
Margarita Gauthier
”, uno de sus mayores éxitos musicales. Y fue también por entonces que Alfonso Ortiz Tirado estrenara “
Divina
”, página romántica preferida desde siempre por todos los solistas de piano y bandoneón del tango y también de los cantores.
Entendemos que se hace necesaria la mención de obras de Joaquín Mauricio Mora para dar una imagen, cuanto menos aproximada de la dimensión de un gran compositor: “
Si volviera Jesús
”, con versos de
Dante A. Linyera
(1935); “
Esclavo
”, “Cofrecito” (vals) y “
En las sombras
”, los dos primeros con
José María Contursi
(1936); “
Como aquella princesa
” (1937), “Frío” (1938) y “Más allá” (1939) todos con
José María Contursi
.
Consignamos dos colaboraciones con autores uruguayos: “Canción de junio (Sol de invierno)”, versos de Ignacio Domínguez Riera y “Dos banderas (Himno del Río de la Plata)”, con letra del entonces periodista
Onofre Mir
, estrenado en el Círculo Oriental de Buenos Aires.
En el año 1941, arregla un excelente conjunto típico que se presenta en Radio Belgrano, la orquesta de
Ebe Bedrune
, que procedía de la ciudad de Rosario y, un par de años más tarde, emprende una gira recorriendo toda América, con radicación más o menos estable en Medellín hasta 1959 y, finalmente, en Panamá. Allí interpretaría toda suerte de géneros musicales, desde el piano o desde el órgano.
A fines de 1978, regresó a Buenos Aires, habían pasado 35 años. Le decía al diario La Prensa, el 8 de diciembre de 1978: «Me cansé de sentirme extranjero, se me hizo insoportable. Y he vuelto a casa». Ya estaba entonces gravemente enfermo y, por otra parte, sus amigos, casi todos ellos, ya no vivían, circunstancia que le provocó gran tristeza y un día, silenciosamente, como había llegado, retornó a Panamá. De allí nos enteramos, en un escueto cable, la noticia de su deceso, acaecido el 2 de agosto de 1979.
Tuvimos el privilegio de mantener por años correspondencia con
Joaquín Mora
, cumplido caballero y amigo por sobre todo. Quería mucho al Uruguay, «porque de allí era mi madre», nos decía.
«Las formas de expresión de esta gran figura del tango encierran la difícil conjunción de la sencillez melódica y la sugestiva riqueza de un original ornamento armónico, que define y caracteriza la labor autoral de uno de los más admirables cultores del tango». Estos son los certeros y admirables conceptos trazados por la magistral pluma de Luis Sierra en un trabajo que nos dedicara.
Originalmente publicado en
Ochenta notas de tango. Perfiles biográficos
, Ediciones de La Plaza, Montevideo 1998. Auspiciado por la Academia de Tango del Uruguay.
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