ermanastro de los bandoneonistas Eustaquio y Félix Laurenz, actuaba en la orquesta de Roberto Goyheneche por 1924, cuando fue a buscarlo para la suya Julio De Caro y éste lo rebautizó artísticamente con el mismo apellido de aquellos con quienes había actuado y guardaba un grato recuerdo.

Bajo la dirección de ese gran maestro plasmó su personalidad musical actuando varios años y viajando al Brasil, Francia e Italia.

En París interviene al lado de Carlos Gardel en la película Luces de Buenos Aires y en una escena muy especial, cuando el cantor interpreta magistralmente en el cafetín “Tomo y obligo”, él lo acompaña en bandoneón y De Caro en violín.

A Gardel lo conoció actuando en los teatros del centro y lo trató amistosamente en la grabadora Max Glücksmann. París y Luces de Buenos Aires estrecharon aún más esa amistad. (Relató anécdotas vividas con el cantor inolvidable que por extravíos lamentamos no poder incluir).

Más tarde, 1934, forma su propia orquesta con la que debuta en Los 36 Billares y actúa en las principales salas de espectáculos de Buenos Aires, realizando giras y haciendo radio; grabó en discos Nacional, Victor, Columbia, Philips, Microfón.

Integró el Quinteto Los 5 Ases, con Ciriaco Ortiz, Pedro Maffia, Carlos Marcucci y Sebastián Piana y el titulado Real. Actuó en pro de nuestro tango en Japón, Norteamérica, Colombia, Uruguay.

Sus comienzos fueron con sus hermanastros en la capital uruguaya antes de 1920.

Debutó en la composición en 1924 con un gran tango “La revancha”, siguiendo con los formidables “Amurado”, que hizo con Pedro Maffia y José De Grandis y es el único que le grabó Gardel; “Mala junta” y “Orgullo criollo” que compuso con Julio De Caro; “Mal de amores” con letra de Lito Bayardo; “De puro guapo [b]” con letra de Manuel Meaños; la gran “Milonga de mis amores” con versos de José María Contursi, y también “De antaño [b]”, “Sin tacha”, “Tuve un sueño”, “Risa loca”, “Anochecer [b]”, “Vieja amiga”, “Como dos extraños”, “El fueye de Arolas”, “Siete colores”, “Hoguera”, “Coqueta”, “Berretín”, “Marinera”, “Es mejor perdonar”, “Patria mía”, “Gaucha”, “Esquinero”, “Veinticuatro de agosto”, “Lo que no se olvida”.

Siempre fue un alto exponente de ese instrumento brujo que es el bandoneón y por ende gran valor del tango.

Pedro Laurenz nació en Buenos Aires el 10 de octubre de 1902 y allí falleció el 7 de julio de 1972.