istinguido compositor, no sólo de tangos sino de toda la gama de la música criolla. Melodías nacidas de su guitarra —de su padre heredó esa vocación— pulsada desde niño, sin maestro, pero al amparo de su amor al instrumento.

Guillermo Desiderio Barbieri nació en el barrio San Cristóbal de la ciudad de Buenos Aires, el 25 de setiembre de 1894 y en los comienzos de la segunda década de este siglo ya formaba en un trío con Félix Rodríguez en bandoneón y Pedro Vallarino en violín. Se lucían en serenatas y bautismos en sus correrías milongueras por los barrios de la ciudad.

En un trabajo publicado por Gaspar Astarita en un suplemento de La Campaña, de Chivilcoy el 17 de abril de 1993, destaca la noticia del debut del dúo criollo Gardelli-Barbieri el 1 de enero de 1921 en el Teatro Español de esa localidad, prolongando sus actuaciones durante una semana. El compañero de Barbieri se llamaba Luciano Gardelli (El Tanito). Actuaban juntos desde 1916.

Transcurriendo 1933, Barbieri, reporteado por la revista uruguaya Cancionera dice que conoció a Carlos Gardel y José Razzano en el stud de Bastarrica, en el Bajo Belgrano, en oportunidad de realizarse una gran fiesta festejando la victoria de un caballo de este stud. Gardel-Razzano lo escucharon con gran interés. «Terminada la fiesta nos despedimos y quedamos en que me tenían que hablar. Al otro día se apareció Razzano por el Teatro Esmeralda (hoy Maipo) donde yo trabajaba, me habló, cerramos trato y desde ese momento ocupo mi puesto. Era en el año 1919. El próximo 8 de febrero cumplo 14 años como guitarrista de El Mago.»

Guillermo Barbieri padece un error al citar el año 1919, pero en cambio difícilmente podía equivocarse en el día. Nuestro amigo, el gran estudioso Miguel Morena en su importante obra Historia Artística de Carlos Gardel señala la primera actuación de Barbieri junto a Gardel-Razzano en una gira emprendida en Junín el 2 de junio de 1921.

El tango “Los ruiseñores” es la primera obra de Guillermo Barbieri que llega al disco en 1921 interpretado por la orquesta de Roberto Firpo y su presencia en Montevideo por primera vez se produce, junto a José Ricardo en guitarra, acompañando al dúo Gardel-Razzano a fines de ese año, en el Teatro Artigas, el 6 de diciembre.

La presencia de Barbieri junto al dúo Gardel-Razzano es ininterrumpida hasta que, luego de disolverse el dúo Gardel-Razzano a fines de 1925 se queda en Buenos Aires, en tanto Carlos Gardel viaja a Europa con José Ricardo como único acompañante. En cambio, en el viaje anterior, realizado en noviembre de 1923 junto a la Compañía Rivera-De Rosas a España, Guillermo Barbieri fue de la partida.

Al regresar Carlos Gardel de Europa a comienzos de 1926, Guillermo Barbieri se reintegra de inmediato a su puesto, incluyendo giras por Europa, hasta octubre de 1931, cuando Gardel viaja nuevamente, solo.

Gardel en Buenos Aires reorganiza su acompañamiento, formando un cuarteto con Horacio Pettorossi, Guillermo Barbieri, Ángel Domingo Riverol y Julio Vivas. Era el año 1933 y la última presencia física de Gardel en el Río de la Plata. Los guitarristas, a excepción de Pettorossi que viaja con Gardel a Europa, brindan acompañamiento a diversos cantores, hasta que, a fines de 1934, desde Nueva York el gran cantor solicita guitarristas, partiendo hacia el norte Guillermo Barbieri, Ángel Domingo Riverol y José María Aguilar en el buque Panamerican el 12 de enero de 1935.

Finalmente se produce la tragedia de Medellín, donde sucumben todos ellos a excepción de Aguilar, que queda anulado para siempre en su vida artística.

El aludido reportaje de 1933 en Cancionera destaca esta frase de Barbieri: «Es tanto el conocimiento que tengo de Carlos que cuando canta le conozco el significado del menor de sus movimientos y cada inclinación de su cabeza es el secreto de un lenguaje que sólo yo sé comprender...»

De una recopilación de su labor autoral, más de la mitad de ella fue para Gardel. Los treinta y cinco temas que cantó Gardel en inmensa mayoría están incorporados a la antología del sentir popular y entre los que allí no se incluyeron se encuentran “Olvidao” con letra de Enrique Cadícamo, “Tu abandono” con versos de Alberto C. Moreno, la chacarera “Doña Rosario” con José Rial, “Milagro” con Francisco Gorrindo, “Trovas galanas” con Eugenio Cárdenas y “Pa' lo que te va a durar” con Celedonio Flores, hallado en su equipaje y considerado su obra póstuma.

Estimamos pertinente la mención de las obras más destacadas de Guillermo Barbieri que fueron conocidas en la voz de Carlos Gardel: los tangos “Anclao en París”, “Barrio viejo”, “Besos que matan”, “Cruz de palo”, “Dicha pasada”, “La novia ausente”, “El que atrasó el reloj”, “Preparate p'al domingo”, “Pobre amigo”, “Pordioseros”, “Quejas del alma”, “Recordándote”, “Resignate hermano” (en colaboración con José Ricardo), “Se llama mujer”, “Tierra hermana”, “Tus violetas”, “Viejo smoking”; y los valses: “Rosa de otoño (Rosas de otoño)”, “Tu vieja ventana” y “Alicia”.

Fueron años de difícil competencia en la composición, que Guillermo Barbieri transitó triunfalmente y muchos de los temas del repertorio gardeliano fueron también éxitos en las mejores orquestas típicas del momento. Por todo lo expresado, tiene Guillermo D. Barbieri los méritos suficientes como para ser considerado una de las figuras más importantes del tango.

Publicado en: Loriente, Horacio: Ochenta Notas de Tango. Perfiles Biográficos, Ediciones de La Plaza, Montevideo 1998. Auspiciado por la Academia de Tango del Uruguay.