María de la Fuente

Nombre real: Mattar, María Luisa
Cancionista
(25 abril 1918 - 3 noviembre 2013)
Lugar de nacimiento:
General Roca (Río Negro) Argentina
Por
Néstor Pinsón

ue el 13 de octubre de 1994 que pude presentarla en mi programa radial Siempre el tango, por Radio Municipal, apenas enterado que había regresado después de unos cuantos años a nuestra ciudad. Comenzó cantando bajito un fragmento a capella de un tango. Se estaba reponiendo de un problema serio en sus cuerdas vocales, llevaba cerca de veinte años sin cantar profesionalmente pero manifestó entonces que ya se estaba ocupando de la rehabilitación para volver a cantar dignamente e intentar grabar.

Relató sus comienzos en el cuarteto vocal Ferri, luego su llegada como solista a Radio El Mundo, donde permaneció largos años. De allí saltó a contarnos sobre el famoso viaje a Japón, un verdadero hito para la historia del tango pues fue la primera embajada tanguera que se presentó en vivo en aquel lejano país. La orquesta de Juan Canaro contaba además, con la voz de Héctor Insúa y parejas de baile. Tuvieron un recibimiento notable, actuaron ante la presencia del emperador Hiroito y quedó un material fonográfico, testimonio de su éxito.

Rememorando el cuarteto del maestro Eduardo Ferri, nos contó que al inaugurarse en 1935 Radio El Mundo, el director artístico de la emisora Pablo Osvaldo Valle, le propuso al músico que formara un conjunto de voces femeninas para actuar como coro de los cantantes solistas del elenco de la radio y además como número artístico. Así se formó el Cuarteto Vocal Femenino Ferri, integrado por Mary Mater (su seudónimo anterior), María Angélica Quiroga, Lita Bianco y Margarita Solá, también integró el conjunto como eventual reemplazo Chola Bosch. El cuarteto tuvo éxito, actuó en diversas salas teatrales y emprendió giras por países vecinos.

María era una adolescente con apenas dieciocho años, cuando otra vez el director de la emisora, Pablo Valle, le ofrece ser cancionista solista y le sugiere su definitivo nombre artístico. En esta condición, estuvo seis años más en la emisora, y recordó que su debut fue como invitada en la orquesta de Julio De Caro, cantando el tango “Buen amigo”. En sus actuaciones estaba acompañada por la orquesta estable de la emisora dirigida por Juan Larenza y, más tarde, por Andrés Fraga.

En 1943, pasa a Radio Belgrano, que era la segunda emisora en importancia, donde la recibe la orquesta estable a cargo de Héctor Artola. En la década del cincuenta la encontramos en Radio Splendid acompañada por la orquesta del maestro Francisco Marafiotti.

Al disco llegó recién en 1946, para el sello Odeon, cuyos directivos tenían la intención de hacerle grabar boleros e introducirla en el mercado latinoamericano. Ella manifiesta su vocación tanguera y les propone grabar los dos géneros, lo cual es aceptado. Registra 10 temas, entre ellos los tangos “Padre nuestro” y “En carne propia” y los boleros “Tarde azul” y “Amado mío”.

Entre 1950 y 1952, graba ocho temas más, para el sello TK, acompañada por la orquesta de Astor Piazzolla, pero ya el repertorio es absolutamente tanguero: “El choclo”, “Romance de barrio”, “Fugitiva”, entre otros.

Su amistad con Francisco Rotundo deja un interesante testimonio fonográfico, extraño en el repertorio de esa orquesta: “Tata llevame pa'l centro”, en 1957.

Las temporadas radiales no duraban todo el año y se intercalaban otros trabajos. Actuaciones en cines y teatros, generalmente en revistas musicales donde no faltaban los cuadros tangueros. Recuerda en particular un mes en escena con la orquesta de Miguel Caló.

También participó en el cine actuando en tres películas, todas ellas muy malas: Explosivo 008 (1940), Fronteras de la ley (1941) y Alma liberada (1951).

Fue una viajera incasable, basta recordar sus giras por casi toda América. También integró una compañía que actuó en el Teatro Comedia de Madrid. Y, por supuesto, la famosa gira en Japón con Juan Canaro.

A María de la Fuente le ocurrió el mismo fenómeno de todas cancionistas de la década del cuarenta que se vieron superadas por el éxito de los grandes rubros del tango: Troilo-Fiorentino, D'Arienzo-Echagüe, Fiorentino-Vargas, Caló-Berón, etcétera. No obstante, fue de su generación la que más grabaciones hizo, baste comparar los pocos registros de Carmen Duval y de Chola Luna, entre otras.

A los 80 años de edad, se repuso y volvió a grabar, registrando: “El último organito”, “Garras” y “Ave María”, acompañada por una formación integrada por Hernán Possetti (piano), Néstor Marconi (bandoneón), Ángel Bonura (contrabajo) y Litto Nebbia (guitarra y sintetizadores). Estos registros están contenidos en un compacto del sello Melopea donde también están las grabaciones en vivo realizadas en Tokio, el 4 de octubre de 1964, dos grabaciones de 1946 con la orquesta de Américo Belloto y una con la orquesta de Astor Piazzolla (aunque en el compacto figura erróneamente Héctor María Artola).

Dueña de una interesante voz que expresa un sobrio dramatismo y una fuerte personalidad, hace gala de un estilo bien tanguero que no puede negar la influencia de las grandes cancionistas que la precedieron.

El 2 de junio de 2002, en el Salón Dorado de la Casa de la Cultura de la ciudad de Buenos Aires, nos deleitó con su presencia y con su voz.