Por
Jorge Palacio (Faruk)

upe de la existencia de María Graña en 1971 cuando mi amigo Ben Molar me alcanzó su larga duración Los de siempre, que contenía catorce tangos inéditos, compuestos por creadores notables del género y cantados por vocalistas desconocidos, salvo un par de excepciones. Entre estos noveles cantantes me llamó la atención una chica llamada María Carmen Graña con el tema “Y nunca más tu amor”, de Francisco Pracánico y Leopoldo Díaz Vélez.

María Graña vio la luz en Buenos Aires y desde muy chica sintió la pasión por el canto. A los doce años comienza a estudiar con la profesora Elvira Aquilano, con quien prosigue durante diecisiete años.

En 1970, se presentó en un concurso del programa televisivo Canta el pueblo, en Canal 7, donde cantó “La canción de Buenos Aires” y el jurado le adjudicó el primer premio.

Su nombre llega a oídos del maestro Osvaldo Pugliese quien ya la conocía y la convoca para integrar su orquesta junto a su otro cantor Abel Córdoba. Debuta en el club nocturno Michelangelo, en 1973. Su calidez, su personalidad seductora y comunicativa, una manera sobria y aguerrida de interpretar el tango hicieron que en pocos instantes el público se identificara con ella. También actúan en el Canal 11.

Es una lástima que don Osvaldo y María no hayan dejado grabaciones como testimonio de aquella dupla. Las obras que María interpretaba con Pugliese eran: “Nostalgias”, “Volver”, “Amar amando” y “La canción de Buenos Aires”.

En 1975, la cantante viajó a Colombia integrando una embajada tanguera con Mario Bustos, Argentino Ledesma y otros. Actuaron en las más elegantes salas de Bogotá, Medellín y en la Plaza de Toros de Manizales. Tan grande fue el éxito logrado por María que la empresa grabadora Codisco la contrató para registrar su primer long play como solista, que se tituló La gran tanguista y en el que estuvo acompañada por un grupo de músicos argentinos y colombianos. En esa producción se destacan los tangos “Canción desesperada” y “Garras” y el vals “Flor de lino”.

Ese mismo año fue a Brasil y a otros países sudamericanos y cuando se le preguntó por el motivo de su éxito, ella contestó: «Yo no puedo explicar eso. El único que podría hacerlo es el público. Yo sólo sé que soy una cantante que cultiva un estilo melódico, con algunos detalles gardelianos. Creo haber aportado al tango una sensibilidad marcadamente femenina».

La televisión fue siempre el medio de comunicación más directo para la popularidad de la cantante. Fue figura infaltable en los programas: El tango del millón, Buenas noches Buenos Aires y Tango Club de Canal 11 y de Grandes valores del tango en el Canal 9.

En 1977, fui llamado por Canal 7 para escribir y coordinar un programa titulado Amistangos, con la conducción de Héctor Larrea. Los músicos y cantantes serían rotativos, salvo María Graña que tendría que actuar con más asiduidad. Lo mismo ocurrió con dos grandes espectaculares que realicé por el mismo canal. Uno se tituló Los poetas del tango y el otro Siete décadas de tango. En los dos tuve la suerte de contar con ella. También la noche de Buenos Aires fue escenario de su voz, en las mejores casas de tango: Michelangelo, Caño 14, El Viejo Almacén y otras.

En ese mismo año 77, graba un larga duración para el sello M&M, acompañada por una orquesta dirigida por el bandoneonista Juan Carlos Bera. Los temas “Y te parece todavía”, “Nostalgias”, “El último escalón” y “Cien guitarras”, estaban entre los doce que conformaban el disco. El comentario del disco estuvo firmado por Pugliese, quien entre otras cosas dice: «...sus interpretaciones demuestran sensibilidad en los distintos momentos emotivos que exigen la letra y la música; la calidad, la calidez y la seguridad de su voz, en los distintos registros, obedece a la perseverancia en el estudio, camino ineludible que deben imitar todos aquellos que están y que ingresan en el cancionero popular».

Entre 1978 y 1981, su labor en televisión fue intensa. Quiero rescatar su participación en un programa que fue un verdadero hito dentro de las producciones tangueras, por su buen gusto, su escenografía, su vestuario y la selección de los artistas: La Botica del Ángel, creado y conducido por Eduardo Bergara Leumann.

En diciembre de 1981 es invitada por Pugliese para intervenir en un álbum junto a diez voces jóvenes del tango, en el sello Emi-Odeón. El tema elegido: “Y no puedo olvidarte”, de Armando Cupo y Abel Aznar.

En 1982, graba para el sello CBS-Columbia un disco con diez temas con la participación especial de Jorge Falcón y Guillermo Fernández para cantar dos canciones a dúo, “El día que me quieras” con el primero y “La flor de la canela” con el segundo. En esa producción se incluyó “Caserón de tejas”, que hasta ahora acompaña a María en todas sus presentaciones. La dirección musical estuvo a cardo del maestro Martín Darré.

El año culmina con la obtención del Premio Prensario, a la mejor cantante de tangos.

Al año siguiente, en el mes de septiembre, participa en el debut en Paris del espectáculo Tango Argentino, que dirigían los coreógrafos Claudio Segovia y Héctor Orezzoli. Aquel primer elenco estaba integrado por el Sexteto Mayor, el Dúo Horacio Salgán-Umberto De Lío, los cantantes Roberto Goyeneche, Raúl Lavié, María Graña, Jovita Luna, Elba Berón y Alba Solís. La coreografía la hacía Juan Carlos Copes. El espectáculo continúa en diferentes ciudades de Italia y vuelve a Paris en 1984.

De nuevo como solista viaja a Canadá en 1985 , donde actúa en varias ciudades y luego va a Nueva York para cantar durante quince días en el City Center. El diario New York Times la llamó «La Judy Garland del Tango».

Luego vendrá un nuevo disco con la empresa CBS-Columbia, esta vez con la dirección musical de Raúl Plate, en el que se destacan “La noche que te fuiste” y “Cornetín” entre otros.

En esta época ya no integraba el elenco de Tango Argentino debido a sus compromisos como solista. Sin embargo volvió a formar parte en 1991, con motivo de la presentación del espectáculo en el The Aldwych Theatre de Londres.

De aquí en más, nos obligaría a escribir decenas de páginas seguir comentando la importante trayectoria de María Graña, por tal motivo y someramente, destacamos su producción con Horacio Ferrer titulada Graña con Ferrer, que se realizara en un teatro del complejo La Plaza de Sarmiento y Montevideo. Su participación en 1993 en el Teatro Cervantes, como invitada especial de la Orquesta Nacional de Música Argentina «Juan de Dios Filiberto». Su nuevo disco en 1995, producido por su marido, hoy desaparecido, Mochín Marafioti y en donde participan importantes figuras de la música y el canto: Juanjo Domínguez, Mercedes Sosa, Oscar Cardozo Ocampo, el Sexteto Mayor, Valeria Lynch, entre otros.

A fines de 1996, integra una delegación a Francia junto al cantante Jairo, el bandoneonista y director Raúl Garello y otros artistas y el 1 de enero de 1997 realizan un homenaje a Gardel en su propia tierra, en la ciudad de Toulouse.

Por suerte para todos los que amamos el mejor tango, hoy seguimos gozando con el arte de esta estupenda cantante y a manera de despedida, quiero recordar la frase que escribió Libertad Lamarque en la contratapa de uno de sus discos: «María...el tango te necesita así... ¡Perfecta!»