Enrique Maciel

Nombre real: Maciel, Enrique
Seudónimo/s: El Negro
Guitarrista, pianista, director y compositor
(13 julio 1897 - 24 enero 1962)
Lugar de nacimiento:
Buenos Aires Argentina
Por
Raúl Lafuente

úsico diverso y compositor sensible, creador de valiosas canciones. Fino compositor, intérprete de armonio, piano, bandoneón y guitarra. Este último instrumento es el que lo identificó permanentemente en el recuerdo de los adictos al tango.

Realizó sus primeros estudios musicales en un colegio religioso de Buenos Aires, los que continuó aún después de sus primeras actuaciones profesionales en el año 1915. Su primer tango, “Presentación”, permanece inédito.

Integró pequeños conjuntos actuando en casas de baile y recorriendo las provincias argentinas. Entre sus compañeros, recordaba con cariño al bandoneonista Angel Danesi.

En 1920, en Bragado, conoció al poeta Enrique Maroni y con su colaboración publicó inmediatamente el tango “La tipa”, llevado al disco tres años más tarde por Rosita Quiroga. Un año después, Maciel pasó a ser quitarrista del sello R.C.A.-Victor donde acompañó al dúo chileno Glos - Balmaceda.

Allí conoció a José María Aguilar, junto a quien realizó grabaciones en dúo de guitarras, acompañando además a los artistas de aquel sello; en primer término a Feria - Italo y luego a Rosita Quiroga.

La circunstancia de que Maciel también fuera intérprete de piano le valió la triplicación de la exigua paga que tenía entonces en la grabadora. En el tango “Sollozos” de los hermanos Fresedo acompañó a Rosita Quiroga en armonio.

En 1925, el pianista Carlos Vicente Geroni Flores le presentó a Ignacio Corsini, quien le tomó una prueba a Maciel, contratándolo inmediatante luego de escucharlo en guitarra y piano. Las actuaciones junto a Corsini se prolongarían hasta el año 1943. Sus primeros compañeros en guitarras fueron José Aguilar y Rosendo Pesoa. En 1928, Aguilar deja el conjunto y se incorpora Armando Pagés.

Formó posteriormente una orquesta típica, y debutó en Radio Argentina y luego en Radio Porteña. Poco a poco fue espaciando sus actuaciones y en la década del ‘50 se retiró para jubilarse.

Hubo dos personajes fundamentales que no pueden faltar en una semblanza veraz de Enrique Maciel. El intérprete que llevara al disco y tuviera en su repertorio de públicas actuaciones la mayor de sus obras: Ignacio Corsini y el gran escritor y poeta Héctor Pedro Blomberg.

En 1929 iniciaron sus colaboraciones Maciel y Blomberg con tres obras: el tango “La mazorquera de Monserrat” y los valses “La pulpera de Santa Lucía” y “La guitarrera de San Nicolás”; en el año siguiente realizaron dos grandes tangos: “La viajera perdida” y “La que murió en París”. En ellos, se apartó Blomberg del clima de casi toda su producción para el cancionero, centrado en la época de Juan Manuel de Rosas, en el Buenos Aires de 1840 y otras obras de carácter evocativo. Sin ninguna duda son dignos de figurar entre las producciones de los grandes letristas del tango.

Además de Héctor Pedro Blomberg y Enrique Maroni, Enrique Maciel colaboró musicalmente en otras composiciones con el mismo Ignacio Corsini (“Aquel cantor de mi pueblo”), Juan Velich, Enrique Dizeo (“Siempre tuyo”, vals), el uruguayo Francisco Brancatti (“Bicho feo”, “En la vieja pulpería”, “Señor”), Eugenio Cárdenas (“Ansias sublimes”, vals), Enrique Cadícamo (“Picaflor”, “Que pare el baile”, “El barrio está triste”), Agustín Magaldi y Pedro Noda (“Desprecio”, milonga), Horacio Sanguinetti (“Morocha triste”, canción) y Celedonio Flores (“Mala entraña”), entre otros.

Fue Maciel un hombre humilde y afectuoso. La modestia adornó la gran figura de quien hizo tan importante aporte al tango y al cancionero en general.

Publicado en Cuadernos de Difusión del Tango, nº 20, dirigida y editada por Salvador Arancio.