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Roberto Maida
Nombre real: Maida, Domenico
Cantor y letrista
(3 marzo 1908 - 30 marzo 1993)
Lugar de nacimiento:
Francica (Vibo Valentia) Italia
TEMAS AQUÍ MENCIONADOS
Aquellas cartas
Tango
Buen amigo
Tango
Cambalache
Tango
Te odio
Tango
Titiriteros
Tango
CREADORES AQUÍ MENCIONADOS
Alberto Castellanos
Alberto Cima
Alfredo Malerba
Antonio Rodio
Antonio Sureda
Argentino Galván
Armando Baliotti
Bachicha
Carlos Gardel
Carlos Malerba
Cátulo Castillo
Celedonio Flores
Celia Gámez
Eduardo Bianco
Ernesto Famá
Francisco Amor
Francisco De Lorenzo
Francisco Fiorentino
Francisco Pracánico
Héctor Artola
José González Castillo
Juan Pecci
Manuel Pizarro
Manuel Romero
Mario Melfi
Máximo Mori
Miguel Caló
Raúl Kaplún
René Cóspito
Roberto Maida
Por
Salvador Arancio
legó al país desde su Italia natal en 1909 y recaló con su familia en Buenos Aires, en el barrio de Balvanera, vecino del famoso Mercado Spinetto. Con otros chicos cuidaban la famosa tropa de Cairolo, que se distinguía por sus tobianos y percherones todos con muy buenos arreos que tiraban de los carros y chatas, mientras los carreros comían en las fondas cercanas al mercado.
Roberto Maida
, se inició artísticamente muy joven, en los fondos del restaurante Damato, de Matheu y Victoria. Allí se reunía con los hijos del dueño y los muchachos de la barra, donde se armaban sesiones de tango y él era el cantor. Un día se presentó a comer un maestro de canto de apellido Ralbis, preguntó quién era ese cantor y quiso conocerlo. Le propuso si quería cantar en un cine, en los entreactos, acompañado de piano, violín y batería. El cantor incipiente dudaba, sus amigos lo animaron. Se puso los largos y debutó en el cine 2º Coliseo, de Bernardo de Irigoyen y Venezuela. Los dueños del cine, José y Antonio Galvano se entusiasmaron y colocaron una foto muy ampliada del pibe Maida en el hall.
El secretario de Clemente Lococo —importante empresario dueño de una cadena de salas de cine—, convenció a los dueños y se lo llevó al cine Astral, donde debutó con un conjunto en el que figuraban
Armando Baliotti
,
Miguel Caló
y
Raúl Kaplún
. Compartían el espectáculo con un joven pianista de quince años:
René Cóspito
.
En 1925 debuta como cantor profesional en la orquesta de
Miguel Caló
. Tiempo después vendrá su aventura española con
Cátulo Castillo
junto a
Miguel Caló
,
Alberto Cima
, Ricardo, Carlos y
Alfredo Malerba
donde permanecen durante un largo período, actuando en numerosas ciudades. También graban varios discos para el sello Odeon. La gira terminó en 1930 y, ya en Buenos Aires, Bayón Herrera y
Manuel Romero
invitaron al cantor a formar parte en un cuadro de una obra, que iban a presentar en el teatro Sarmiento y le pidieron un tango para estrenar en esa producción.
Eligió el tango “
Te odio
”, de
Celedonio Flores
y
Francisco Pracánico
y lo grabó con las guitarras de Iglesias, Besada y Arrieta. En ese año 1930, ya había grabado algunos temas con guitarras, y otros con
Alberto Castellanos
para el sello Columbia.
Al término de de la obra en el Sarmiento, les avisaron por pizarra que la compañía viajaba a España. El director musical era Cátulo y su padre
José González Castillo
, el presentador. Maida se mostraba remiso para ir pero al final aceptó. La empresa no tuvo buena fortuna y se disolvió.
Como Maida ya era conocido en España, lo contrataron para trabajar con la cancionista
Celia Gámez
, pero simultáneamente recibió una carta de los hermanos Malerba anticipándole que iban a trabajar a Portugal, junto a
Bachicha
Deambroggio, y contaban con él.
Instalados en Lisboa trabajaron exitosamente durante un mes y medio en el Maxim's, actuaciones que incluyeron los Carnavales de 1931.
Desdichadamente, enfermó gravemente
Carlos Malerba
y sus hermanos, junto a Maida, lo trasladaron a Bilbao donde falleció. En el entierro ocurrió un hecho curioso, los hermanos Malerba le pidieron a Maida que, como responso, cantara su tango “Aquellas locuras”, el preferido del fallecido. Después de ese episodio se fue a París para actuar con la orquesta de
Manuel Pizarro
.
Roberto Maida
se reencontró ahí con
Carlos Gardel
, a quien había conocido durante su actuación con
Cátulo Castillo
en Barcelona. Gardel ya estaba planeando viajar a Estados Unidos, donde iba a filmar y grabar. El Zorzal ocupaba un departamento vecino al de Maida, en la Rue Levi 27.
Gardel de tertulia con otros amigos solía reunirse en el Pigalle, una de las casas de
Manuel Pizarro
, y un día oyó cantar a Maida su tango “
Aquellas cartas
”—con música de Juan Ghirlanda—. El Zorzal elogió la obra, preguntó de quién era y se la pidió para estrenarla y grabarla en Barcelona. Así ocurrió, lo grabó con piano y violín y después lo hizo con guitarras en Buenos Aires.
Mientras Maida trabajaba con Pizarro en París, ciudad en la que residió varios años, llegó
Eduardo Bianco
, de paso para Alemania y le pidió a Pizarro si podía contar con Maida y algunos músicos, para acompañarlo en sus actuaciones en Hamburgo. Concedido el permiso partieron con Bianco los bandoneonistas
Héctor Artola
y
Juan Pecci
, el violinista francés Simón y en el contrabajo
Mario Melfi
.
En Hamburgo inauguraron el UFO Palace y también actuaron en el café-concert Bocaccio y lo anecdótico de ese lugar era que, entre los habitués y bailarines se destacaba un capitán argentino, agregado a nuestra embajada en Berlín. Con los años ese capitán fue tres veces presidente de la Argentina, era el General Juan Perón.
También en esa ciudad, Maida se encontró con
Francisco Fiorentino
que llegaba de Suecia de paso para la Argentina. Fiore se quedó junto a Maida una veintena de días. De Hamburgo pasaron a actuar a las ciudades de Colonia, Munich y Berlín, siempre con gran suceso. Finalmente Maida volvió a París con Pizarro.
Por ese tiempo consiguen un contrato por siete meses para trabajar en Londres en el Savoy Hotel. Allí Maida volvió a encontrarse con el Príncipe de Gales, a quien había conocido en Biarritz y que era un fanático del tango. Nos refiere Maida que el inglés a veces tomaba un bandoneón de la orquesta y hacía unos acordes de “
Buen amigo
”, que le gustaba mucho.
El Príncipe de Gales iba todos los jueves a bailar tangos y todos los presentes salían en masa a imitarlo, pero el resto de la semana apenas los dejaban tocar un solo tango y nadie lo bailaba. Maida y Pizarro no soportaron más y al poco tiempo volvieron a París. El resto se quedó en Londres pues la paga era muy buena. Maida y la orquesta de Pizarro hicieron giras por Bélgica, Holanda y España.
La actuación europea de Maida, terminó a mediados de 1933. Al regresar fue convocado por Samuel Yankelevich, quien lo contrató por un año para trabajar en Radio Belgrano, acompañado por las guitarras de Iglesias, Besada y Arrieta.
Cuando terminó el contrato, Yankelevich le sugirió a Maida que se uniera a Canaro, con quien ya había realizado, en 1930, una grabación de prueba del tango “
Titiriteros
” y el vals “A lo lejos”, que fuera editada con mucho éxito.
La unión con Canaro se realizó en noviembre de 1934 y recién el 20 de marzo de 1935 volvieron a grabar: “Alma de bandoneón”, “No hay que hacerse mala sangre”, “
Cambalache
” y la ranchera “Viva el casorio”.
El contrato fue acordado de palabra por el término de seis años, pero trabajaron cinco, porque el cantor se retira cuando Canaro contrató a
Ernesto Famá
y
Francisco Amor
. Un verdadero problema de celos profesional.
Roberto Maida
grabó con Canaro aproximadamente 200 temas.
En 1940 organizó su propia orquesta formada por:
Héctor Artola
,
Máximo Mori
y Tití Rossi en bandoneones,
Antonio Rodio
, Cervo y el «pibe» Mario Núñez en violines, Cimarro en piano y
Francisco De Lorenzo
en contrabajo. Los arreglos y dirección eran de
Argentino Galván
. Debutó en Radio Belgrano y también actuaron en Radio Sarmiento y en la boite Ocean. Nos cuenta Maida que muchos músicos de ese tiempo iban a escucharlos.
En el año 1942 integra la orquesta de
Antonio Sureda
para actuar en Radio Belgrano.
Maida, recorrió varios países de América con gran éxito y además de “
Aquellas cartas
”, fue autor de algunos temas más.
Extraído de
Cuadernos de difusión del Tango
, Nº 9, dirigido y editado por Salvador Arancio.
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