Por
Abel Palermo

pareció en un momento de grandes cantores, tan grandes que modificaron el clásico esquema en que prevalecía el nombre del director. Así aparecieron los rubros: Troilo-Fiorentino, D'Agostino-Vargas, Tanturi-Castillo, D'Arienzo-Echagüe, Di Sarli-Rufino, Caló-Berón, entre otros.

No obstante, se destacó porque fue distinto, porque su estilo trasuntaba no sólo originalidad, sino también por el ligado y portamento en el modo de ejecutar una nota, en el cual los sonidos de la línea musical se suceden sin interrupción.

Podemos integrarlo a la corriente iniciada por Francisco Fiorentino y Andrés Falgás y luego continuada por Roberto Rufino, en su paso por la orquesta de Carlos Di Sarli. Jorge Maciel, con Osvaldo Pugliese, y Jorge Valdez, con Juan D'Arienzo, quienes utilizaron mucho este recurso.

Su vocación artística despertó cuando cursaba el colegio secundario. Sus padres al notar sus cualidades, lo llevan a una prueba al popular programa radial La Pandilla Marilyn, a la que se integra. Estudia canto con el maestro Eduardo Bonessi y El coloradito, como lo llamaban, se distingue entre sus alumnos.

En 1944, ocurre un hecho que iba a ser fundamental en su carrera. La orquesta del maestro Domingo Federico inicia una serie de grabaciones para el sello RCA-Victor, con dos temas, uno de los cuales “La culpa la tuve yo” fue interpretado por el cantor Ignacio Díaz. Al poco tiempo, a causa de una grave enfermedad, Díaz abandona la orquesta.

En esa circunstancia, Domingo Federico se encuentra en forma casual con Bonessi a quien le comenta que estaba buscando una voz joven y sin experiencia, para formarlo a su propio estilo. Don Eduardo le sugiere a un jovencito de 18 años con excelentes condiciones, Federico lo escucha y lo incorpora a su orquesta.

Debuta en el disco el 12 de septiembre de 1944, con el tango de Isaac Garcés e Isusi, “Y así nació este tango”, que tenía en el acople un tema que impulsaría al éxito, no sólo al cantante, sino también al director y compositor. Se trata de “Yuyo verde”, versificado por Homero Expósito, una de las obras más trascendentes de este binomio autoral quienes ya se habían consagrado con su tango “Percal”.

Vidal logra con Federico una conjución perfecta que originó una gran aceptación popular, tanto en sus presentaciones, como en la venta de discos.

Recorriendo su discografía, destacamos el tango “Yo”, de Juan José Guichandut, una verdadera obra de arte y el tango “Ella me dio esta pena”, de Enrique Cantore y Manuel Ferradás Campos.

Participa de la película Otra cosa es con guitarra, cuyo protagonista era el cantor Roberto Quiroga.

A mediados de 1949, se desvincula de la orquesta de Federico y pasa a integrar la de Alberto Mancione, con quien debuta en Radio El Mundo. Al poco tiempo es contratado como solista en la misma emisora, acompañado por la orquesta estable dirigida por el maestro Argentino Galván.

Luego de un breve paso por la orquesta de Roberto Caló, se va alejando de las actuaciones profesionales. Se casa, tiene un hijo, ingresa a la Justicia y cumple funciones en la secretaría del Juzgado Laboral nº 7.

En 1956, es invitado por su amigo, el músico Félix Guillán para grabar en el sello TK, registran los tangos “Azul y rosa” (de Guillán y Lorenzo Spanu) y “Y así nació este tango” (de Isaac Garcés e Isusi). En 1957, registran “Lloremos” y “Tu vendaval” (de Enrique Lombardi).

Entre 1962 y 1964, graba con Félix Guillán y su conjunto Los Tangoleros para lo sellos Yulmar y Polito. Con la misma formación, entre 1965 y 1966, para el sello Doma, los temas: “Mi amor y tu ausencia”, “La mía va por Juncal”, “Margarita Gauthier” en tiempo de vals, una curiosa versión de “Yuyo verde”, “Amor a la italiana” y “Amándote eternamente”.

Sus actuaciones son esporádicas, integra distintas formaciones y, en la década del 70, participaba algunas temporadas en el restaurant El Farolito, de la calle Vera, acompañado por el trío de Alberto Mancione.

A partir de 1980, comienza a padecer problemas coronarios y fallece en 1981, a los 54 años.