Por
Oscar Zucchi

stá generacionalmente ubicado entre los tanguistas de 1910 y mantuvo su espíritu y estilo hasta muy entrados los años cincuenta. Cultivó en toda su carrera de músico, muy extensa por cierto, un modo musical similar al de Juan Maglio Pacho, de quien fue su colaborador, continuador y difusor.

Se mantuvo al frente de su orquesta, característica de la guardia vieja, hasta aproximadamente el año 1957, en que debió disolverla por problemas de salud. En este aspecto fue la suya la más genuina expresión dentro de las agrupaciones evocativas.

Nació en el barrio de Palermo, en la calle Julián Álvarez 1456, el 25 de marzo de 1897. Sus padres eran españoles, Alejandro Pérez y Dolores García.

En una entrevista, en 1974, le pregunté sobre colegas y músicos: «Entre los primeros bandoneonistas que recuerdo están El Pardo Sebastián Ramos Mejía; que tocaba bien y daba lecciones; recuerdo haberlo visto en la calle donde yo vivía; no era muy oscuro de piel. Era cochero de tranvías a caballo.

«Otro de los que tengo presente, fue el carnicero Solari; tenía un bandoneón con los esquineros y la válvula de oro, pero era un instrumento de los antiguos, sin las características ochavas. Después estaba El Mocho Alfredo Fattini, que tocaba de oído. Solía actuar junto a Natalín Felipetti, otro bandoneonista muy antiguo. También estaba Ávila, Mamierca... Luisito Pérez, otro muy conocido que tocaba siempre en cafés.

«José Arturo Severino, apodado La vieja, tocaba muy bien con las dos manos; era músico. Al Alemán Arturo Bernstein, también lo escuché; no hacía variaciones, Marino García, guitarrista de mi orquesta, fue también guitarrista de Bernstein. Hasta el año 1914 fue la Guardia Vieja; después vino Eduardo Arolas, buen bandoneonista. Las variaciones de bandoneón empezaron por los años 23... 24...»

Sus primeros pasos con el instrumento fueron con Domingo Cichitti, de oficio carnicero; un músico intuitivo que sabía muy poco de música, pero que le enseñó los rudimentos del manejo del bandoneón.

Más tarde estudió música con Alejandro Gutiérrez del Barrio, violinista y hermano de Ramón, que tocaba el piano. Debutó cuando apenas tenía 17 años, en un almacén de Las Heras y Bulnes, con un trío: Pocholo en el bandoneón, Enrique Greco en el violín y Elías De Lellis en la guitarra, por dos pesos cada uno por noche.

En 1915 pasaron a un café de La Paternal y de allí a bodegones de Canning y Córdoba y cafés de «turcos», porque allí se había instalado una importante comunidad de origen árabe.

Por el 16, el conjunto de Pocholo, apodo que le venía desde la niñez, desplazó su campo operativo hacia el café Colón de Flores, donde actuó con su elenco con un cambio estructural de importancia: por primera vez sustituyó en el mismo la guitarra por el piano.

El ingreso a la orquesta de Juan Maglio aumentó la popularidad de Pocholo, no sólo por tocar junto a él, sino porque Maglio con su generosidad hacia los colegas le grabó varias composiciones que lo prestigiaron en tal carácter.

«En 1918 entré a la orquesta de Pacho, que en realidad era un quinteto: Maglio y yo de bandoneones, en violines Pepino Bonano con su violín corneta y José Suino, y el pianista Luis Suárez Tapia. Pacho fue quien dio más sabor al tango, ligaba muy bien. Arolas, en cambio, era más rítmico y gustaba más a la gente.

«Empezamos en el Bar Domínguez de la calle Corrientes al 1400; al lado, en el Iglesias tocaba Arolas con el guitarrista Camarano y creo que Tito Roccatagliata en violín. A Tito lo escuché en el 24 en el café ABC con el bandoneonista José Servidio. Con Maglio grabábamos en Max Glücksmann para el sello Nacional».

Actuaron además en los cines Select Lavalle y Suipacha, e hicieron una presentación en Tandil, provincia de Buenos Aires, donde los sorprendió una gran nevada.

En 1924 se integró a la orquesta de Roberto Firpo para tocar en el primer Concurso de Tangos del Disco Nacional, donde fueron elegidos “Sentimiento gaucho” y “Amigazo”. Allí no había cantor. La probable integración de la orquesta de Firpo en esta oportunidad habría sido la siguiente: piano y dirección: Roberto Firpo, bandoneones: Adolfo Pérez, Francisco Della Rocca, Rafael Rossi, Juan Bautista Guido y presumiblemente Ernesto Bianchi, violines: Elvino Vardaro, Cayetano y Emilio Puglisi y Octavio Scaglione (Piscoto) y el contrabajo: José Puglisi.

Finalizado el evento, Pocholo retornó a capitanear su propio elenco presentándose, durante el período comprendido entre los años 1924 a 1926, en distintos escenarios: Café Colón de Flores —donde estuviera con anterioridad—, Café Las Orquídeas de Artigas y Yerbal y el Palacio de los Billares de Rivadavia y Pedernera.

En 1924 se inicia en la radio con un terceto típico conformado por el violinista Alpidio Fernández, pionero de nuestra radiofonía, quien se había iniciado en 1923 en Radio Cultura —«La primera Broadcasting de Sudamérica»— y su colega bandoneonista Alejandro Scarpino.

En 1927, según Juan Silbido, se tocó por primera vez la variación del famoso tango de Pacho, “Sábado inglés” que fue escrita por Pocholo. Ese mismo año unió su nombre al del pianista Ricardo Olivera, fundando el binomio Olivera-Pocholo que actuó en Radio Nacional hasta 1929.

«Luego me independicé y formé una nueva orquesta que integraban: en la fila de bandoneones, Francisco Bonafina, Luis García y yo. En los violines: Elvino Vardaro, Roberto Guisado y Teodoro Guisado, Osvaldo Schelotto en el piano y A. Corleto en el contrabajo».

Más tarde se sumó al elenco la cancionista Virginia Doris, quien se inició en Radio Nacional pasando luego a Radio Del Pueblo y a Radio Callao.

Actuaron en Radio Nacional en 1930 y 1931, acompañando cantores y realizando numerosos bailes. Pasaron luego por muchas radios: La Voz del Aire, Prieto, Del Pueblo y Porteña. Hicieron algunas actuaciones en el Luna Park y en la sala del cine Rialto de la calle Córdoba 4287, también en el Teatro Nacional de Corrientes 960 y en el Smart de la misma calle.

Por el año 33 volvió al tango bien evocativo, a hacer otra vez guardia vieja. Formaban la orquesta: Pocholo, Víctor Angulo y Luis García en bandoneones, Roberto Guisado, José Bibiloni y Gerónimo Bongioni, en violines, las guitarras de Marino García, Alfredo Pirilo (a veces Ismael Gómez y Héctor Acosta), Francisco Russo en la flauta y la cantante Virginia Doris.

Esta agrupación comenzó a grabar el 16 de agosto de 1934, inaugurando su serial Odeon con la placa “Lejos de mi bien amado”, vals de Gerardo Metallo y el tango de Arolas “Una noche de garufa”, disco 9130, serie que se prolonga hasta diciembre del 36.

En la segunda placa grabada, con fecha 20 de setiembre del mismo año, aparece por única vez la voz de Virginia Doris interpretando el vals de “Loca de amor (La loca de amor)”, que en el reverso contiene el tango de Bevilacqua, “Independencia”.

En 1935 se alejó Virginia Doris para proseguir su carrera artística como solista con guitarras. El conjunto de Pocholo, hizo un paréntesis en su labor discográfica hasta 1948 en que reinició su labor en Odeon, inaugurando la serie con la placa nº 30304 que en uno de sus lados lleva el tango “Las siete palabras”, de autoría dudosa, pero que aquí aparece como de Maglio, y el vals de Pocholo, “Gritos del alma”. Esta segunda época se extenderá hasta el 28 de mayo de 1956.

En este tramo de su carrera, su orquesta estaba integrada por los siguientes músicos: en bandoneones, Víctor Angulo y Luis García; violines, Roberto Guisado, Teodoro Guisado y J. Bibiloni; piano: Nicolás Vaccaro; flauta, José Casanellas y en el contrabajo, Miguel Tafuri. En las grabaciones, el pianista en algunos registros fue Ismael Alloco y en otros el Potrillo César Zagnoli.

En 1956 vuelve la cancionista Virginia Doris, con quien registró su último disco que lleva el n° 41224. En uno de sus lados está el tango de Juan Carlos Cobián y Pedro Numa CórdobaUn lamento”, y en el opuesto, el vals “Violetas” de Juan Maglio y Francisco Brancatti.

Además de grabar, tuvieron algunas presentaciones radiales por Radio Splendid, Radio Belgrano y Radio Del Pueblo y algunos bailes en San Pedro y Junín, provincia de Buenos Aires.

Ya con su salud quebrantada, Pocholo disolvió su orquesta hacia 1957. Falleció en Buenos Aires, veinte años después.