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Dorita Davis
Nombre real: Gallardo de Regard, Emma
Seudónimo/s: La Calandria Criolla
Cancionista
(6 septiembre 1906 - 13 enero 1980)
Lugar de nacimiento:
Buenos Aires Argentina
TEMAS AQUÍ MENCIONADOS
Barrio reo
Tango
Bien criolla y bien porteña
Milonga
Canción de amor
Vals
Celosa [b]
Vals
La carreta
Tango
La curiosa
Ranchera
Lo han visto con otra
Tango
Mi refugio
Tango
Milonga del aguatero
Milonga
Muchacho
Tango
Pregonera
Tango
Primer beso
Vals
Puentecito de mi río
Vals
Quiero verte una vez más
Tango
Rayito de sol
Tango
Te quiero
Tango
Titina
Ranchera
Tu olvido
Vals
Tu vieja ventana
Vals
Vida mía
Tango
Yo tan sólo veinte años tenía
Vals
CREADORES AQUÍ MENCIONADOS
Adolfo Carabelli
Amanda Ledesma
Carlos Lafuente
Libertad Lamarque
Osvaldo Requena
Pablo Osvaldo Valle
Príncipe Azul
Raúl Rosales
Roberto Firpo
Rosita Quiroga
Típica Victor
Por
Néstor Pinsón
ació a metros de la esquina de las calles Salta e Independencia, en el barrio de Montserrat, en Buenos Aires. Sólo cursó estudios primarios y ya muchacha tuvo empleos en un par de oficinas comerciales.
Cantaba por gusto, como tantas jóvenes lo hacían por aquellos años. Se había mudado con su familia a una casa baja, flanqueada por dos altos edificios, en la calle Ayacucho casi avenida Las Heras. Y un día un matrimonio vecino, de apellido Williams, le ofreció a sus padres que la hicieran estudiar con una profesora de canto francesa que ellos conocían. Así ocurrió, y tanto gustó a la profesora que ofreció llevarla a Europa para perfeccionarse. Los padres se opusieron y el viaje se frustró.
Tiempo después se casó y dejó de trabajar. Entonces, fue cuando se produjo otra oportunidad. Era el año 1929, la hermana de su esposo decidió presentarse para una prueba como recitadora en la emisora LS4 Telefunken Service, que estaba ubicada en la calle Rivadavia 1737 y le pidió que la acompañara. Luego de escuchar a la cuñada le preguntaron a ella cual era su habilidad artística. Sin mosquearse se puso a cantar. Como suele suceder, la primera no tuvo suerte y a Emma le ofrecieron cuarenta pesos mensuales para presentarse cuatro veces por semana.
Así pasaron seis meses y cuando llegó el anhelado aumento de sueldo, la emisora —que era representante de una empresa alemana fabricante de artículos eléctricos— decidió retirarse del éter. No se quedó quieta y se presentó a
Pablo Osvaldo Valle
, entonces director artístico de Radio Belgrano, quien luego de escucharla le dijo que tenía linda voz, pero que no sabía cantar. De todas maneras, la contrató por noventa pesos mensuales para actuar todos los días y a cualquier hora. Un trabajo esclavo. Sólo aguantó dos meses y cuando le liquidaron el sueldo hubo un descuento injusto y se fue.
De inmediato se relacionó con Francisco Mastandrea, uno de los creadores del radioteatro, conductor de elencos que representaban obras de tono gauchesco. En ese momento, este señor tenía en Radio Belgrano el programa
Una hora en la pampa
, que se hacía sin libreto. Cada artista improvisaba lo suyo. Mastandrea solicitó para ella 250 pesos mensuales. Cuando el director Jaime Yankelevich se enteró, preguntó irónicamente si se trataba de una estrella del Teatro Colón. Acto seguido le ofreció 150 pesos. «A él nunca le gusté —dijo Dorita— pero al público sí. Y cuando además se enteró que otras radios me buscaban, callado la boca me aumentó a 250 y nunca más me descontó un peso».
Era tímida y siempre trató de evitar presentarse ante un público numeroso. Prefería estar sola. Así como
Rosita Quiroga
fundamentó su carrera en el disco, lo de Dorita fue la radio. También las emisoras Prieto y El Mundo contaron con su presencia y Radio Belgrano contó con sus servicios durante doce años. No era amiga de realizar giras, sólo hizo unas pocas por el interior del país.
La compañía teatral Vittone-Pomar-María Esther Podestá la citó para integrar el elenco en una obra y, para no rechazar de plano la oferta, pidió la enormidad de 1500 pesos mensuales. Y la aceptaron igual. Claro, había una trampa, pasados exactamente dieciocho días de actuación renunció por falta de pago.
Raúl Rosales
—aquel que la contrató por primera vez en 1929— fue quien le encontró su nombre artístico. Luego las revistas la bautizaron como La Muñequita que Canta o la mas difundida La Calandria Criolla. Y estaba bien. Discepolín dijo de ella: «Tiene voz de pájaro, de pájaro alegre, sin dejos arrabaleros ni pujos dramáticos».
Tuvo su incursión en el Teatro Maipo junto a Gloria Guzmán. En el cine apareció como ella misma, en 1933, en el film
Ídolos de la radio
y, en 1936, en
Alma del bandoneón
.
Compuso algunos temas: “
Primer beso
”, “
Rayito de sol
”, “Llevame en tus alas”.
La revista Sintonía de Emilio Karstulovic, —también propietario de Radio La Voz del Aire y corredor de autos— inauguró en 1933 concursos entre los lectores para elegir a Miss Radio. Ese año salió tercera detrás de
Libertad Lamarque
y
Amanda Ledesma
.
Se definió a sí misma como una verdadera burguesa, que rechazaba por fatigosas, las giras, el cine y el teatro.
Cuando se realiza la primera prueba de televisión con los equipos adquiridos por Yankelevich, aparecieron en la pantalla Eva Perón, Iris Marga y ella. Dicen que su última presentación radial fue un reportaje realizado en 1946 por Juan José de Soiza Reilly, escritor y periodista.
Se fue alejando con la misma mesura con la que desarrolló su carrera. Su sonrisa permanente, su voz cantarina. Han quedado algunas grabaciones con la Orquesta Victor Popular: “
La carreta
”, “
Mi refugio
”, “Amor y celo”, “Rosa en pena”, “
La curiosa
” y también con
Adolfo Carabelli
, “Justicia baturra”, “
Canción de amor
” a dúo con
Carlos Lafuente
. Con la Orquesta
Típica Victor
: “Celosa” y “
Te quiero
”. Y con
Roberto Firpo
y a dúo con
Príncipe Azul
, “
Titina
” y “Pensando en ti”.
Pero aquí no termina la historia, nuevamente el azar se cruza en su camino. Un cuarto de siglo más tarde, hay una coda en su trayectoria, un revival.
La conductora de televisión Pinky tenía un extenso programa los sábados por la tarde, allá por el año 1972. Y en oportunidad de un espacio evocativo, en el que se recordaba a intérpretes de antaño, aparece ella, con sus 66 años y cantando maravillosamente (fui testigo de su actuación). El tema elegido, “
Yo tan sólo veinte años tenía
”, la veterana cantante llama la atención del público presente que aplaude largo rato.
Después hubo otras presentaciones, pero Dorita rechaza diversos ofrecimientos para retornar. Finalmente Pinky la convence para grabar un disco larga duración que contiene doce temas, cuatro de ellos acompañada por la orquesta de
Osvaldo Requena
: “
Barrio reo
”, “
Vida mía
”, “
Quiero verte una vez más
” y “
Pregonera
”. El resto con guitarras, “
Tu olvido
”, “
Lo han visto con otra
”, “
Yo tan sólo veinte años tenía
”, “
Milonga del aguatero
”, “
Tu vieja ventana
”, “
Muchacho
”, “
Bien criolla y bien porteña
” y “
Puentecito de mi río
”.
La graciosa calandria vio acallado su canto seis años más tarde, con la serena felicidad de su efímero retorno, pero su voz perdura entre nosotros que la seguimos admirando por su alegría y su talento.
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