a primera inquietud literaria que sintió la puso de manifiesto cuando sólo tenía trece años de edad, en 1915, al publicar sus poesías en periódicos de su ciudad natal. Más tarde y hasta 1926 estrenó diversas obras breves con conjuntos vocacionales.

Esos fueron sus comienzos en el teatro, donde profesionalmente comenzó en 1932 al estrenarle Olinda Bozán en el escenario del Apolo, el 20 de mayo para mayor exactitud, la comedia La rival de Greta Garbo que escribiera con Osvaldo Sosa Cordero.

Al paso de los años estrena diversas piezas en las salas del Cómico, del Presidente Alvear, del Apolo, del Boedo, del Buenos Aires, algunos del interior y de Montevideo. Algunos de sus títulos que recordamos son San Agustín, Mendocino y mártir, Fútbol, cach y radio, Quien malandra, mal acaba, La dama de púrpura, Los vecinos son los peores.

Colaboró en las revistas del Teatro Maipo y también del Astral y con Enrique Santos Discépolo realizó una temporada de comedias musicales en el Casino. Dirigió asimismo, compañías revisteriles en el Maipo.

Fue argumentista del cine nacional para el cual escribió Fantasmas en Buenos Altes, Cándida la mujer del año, El sonámbulo que quería dormir, Amor último modelo, Goal.

Sin embargo, a pesar de su múltiple actividad autoral, fue en la radiotelefonía donde consiguió sus mejores éxitos, pues a ella dedicó sus grandes preocupaciones. Por las estaciones Belgrano, Splendid, París, El Mundo, y otras, además de autor fue intérprete de sus propias charlas.

Para artistas de relevancia como Tomás Simari, José Ramírez, Mario Fortuna, Tino Tori, Pepe Iglesias, Félix Mutarelli y tantos otros no menos conocidos, creó los libretos de Padre viudo y mártir, Ramón Porriño, Mangacha y Farolito, los locos del cine, El Ñato Desiderio, Cachito de cielo, Créase o no, La juventud de Filomeno, Zacarías la Grande, La culpa la tiene el football, Amor y cocktail, El disco de la risa, Lo que pasó en la oficina, Gran Revista Musical, etc.

Colaboró en periódicos humorísticos y artísticos como Rico Tipo, Radiolandia, Patoruzú y otras no menos populares.

Su primera canción fue el tango “La reja”, que firmó con su seudónimo, y realizado con Carlos Marcucci; lo grabó Carlos Gardel que hizo lo propio con su “Por qué soy reo” donde colaboraron Juan Velich y su hija Herminia Velich.

Fueron dos sucesos pero su éxito más grande, sin duda alguna, es “Mi dolor”, música también de Marcucci y que es una verdadera pena que no lo llevó al disco Gardel.

Para sus obras, sus películas o simplemente por escribir, publicó muchas canciones más, musicalizadas por los renombrados compositores Roberto Zerrillo, Juan Carlos Howard, Pedro Laurenz, Horacio Pettorossi, Mauricio Saiovich, Miguel Bonano, y entre ellas encontramos títulos como “Victoria [c]”, ranchera, “Lo que no se olvida”, “Ilusión de pierrot”, “De puro guapo [b]”, “Cansancio”, “Artillero”, “Un día fue mía”, “Gringo”, “En las sombras”, “Ya no vendrás”, “Che Don Juan”, “Tu llanto amargo”, “Qué gloria”, “Hacé el favor”, “Desesperanza”, tangos; “¿Quién?”, “Lejos de ti [b]”, “Quejas [b]”, valses, “Cambió tu suerte”.

A Carlos Gardel lo conoció en las ruedas criollas de allende el Riachuelo, donde acudía seguido con Razzano, e invitado casi siempre por Amaro Giura, pariente suyo, quien fue prácticamente el que se lo hizo conocer a mediados de la década del 20. Después muchas veces el ambiente artístico lo puso frente al ídolo con tratos de amigo cordial.

Meaños nació en Avellaneda el 21 de octubre de 1902 y allí falleció el 29 de abril de 1959.