rovenía de aquellas ruedas criollas incultas de principios del siglo tan afectas al canto y a la guitarra, pero poco inclinadas a la escuela.

Su entrada a la popularidad la logró al vincularse con Gardel y Razzano en el año 1915 cuando la representación en el teatro San Martín de la obra Juan Moreira por la compañía tradicionalista de Elías Alippi y José González Castillo. Era el guitarrista primero del conjunto, en el que intervenían también los hermanos Navarrine, Pettorosi, Sarcione, Martino, Giura, D'Angelo, y otros que se hicieron populares dentro de nuestra canción. Allí fue donde lo conocieron, y repararon en sus virtudes, los integrantes del afamado dúo criollo:

—Ché, José... ¿Vos le has puesto oídos al moreno?
—¿Cuál? ¿El que lleva el punteado del pericón? ¡Toca lindo, eh!
—Mirá... —afirmó Gardel—. Ese no será un concertista... ¡pero la hace hablar a la viola!
—¿Arreglamos con él?— sugirió Razzano.
—Viejo... Es una carta brava ésta del acompañante que nos hace falta, pero a mí me parece que por el lado de ese negro rumbiamos bien. (Del libro Vida de Carlos Gardel de Francisco García Jiménez y José Razzano, pág. 109).

Desde fines de aquel año 15 fue el acompañante oficial de Gardel y de Razzano hasta 1929 que por divergencias surgidas con el cantor y sus otros guitarristas, abandonó a sus antiguos compañeros para secundar a otros intérpretes de menor valía. Amanda Ledesma, en los comienzos de su carrera, fue la primera cancionista que secundó por ese año 29, después del Morocho. Luego emprendió una gira por Europa en compañía de sus hermano Rafael Ricardo y el guitarrista Duarte. El viejo continente, España y Francia mejor dicho, ya lo conocía por haber actuado allí en giras anteriores con Gardel-Razzano o Carlos Gardel solamente, con quienes actuó en Chile y Uruguay con anterioridad. Empezó con payadores y por 1913 acompañaba al oriental Juan Eugenio Sallot.

Casi todas sus composiciones fueron cantadas por Gardel y Razzano, intérpretes obligados de lo que creara pero con la mala jugada de José Razzano que hizo figurar a sus obras como pertenecientes al dúo, a pesar de que los discos aclaran la paternidad de las mismas: “Campanitas”, “Mi bien querido”, “Con los ojos del alma”, “Un bailongo”, “Pobre gallo bataraz”, “Mi caballo y mi mujer” (estas dos últimas con letras de Adolfo Herschel) y “Margot” (letra de Celedonio Flores). Hizo también “Triste entrerriano” sobre versos de Domingo Lombardi, “Resignate hermano” con
Guillermo Barbieri y José Rial, obras todas grabadas por Gardel-Razzano o Carlos Gardel y la canción “Preguntáselo a ella”, sobre los versos del Viejo Pancho, que grabó José Razzano en plena decadencia.

Se apropió indebidamente de dos canciones colombianas, “Asamate a la ventana” y “Cuatro preguntas” (Dicen que son cosas mías), que recogiera en Chile en aquella gira de 1917 y tuvieron en su repertorio los integrantes del dúo.

En París compuso el tango “Campanas del recuerdo” que allí estrenó Gardel y no grabó por la separación apuntada. Otras: “Perdonala”, “Vecinita”, “Bailá Negrita”, tangos.

Ricardo nació en Buenos Aires el 19 de marzo de 1888 y falleció a bordo del buque Masilia, que lo traía a su patria, en pleno Atlántico, el 2 de mayo de 1937.