Juan Carlos Miranda

Nombre real: Sciorra, Rafael Miguel
Cantor
(23 julio 1917 - 8 julio 1999)
Lugar de nacimiento:
Chivilcoy (Buenos Aires) Argentina
Por
Néstor Pinsón

ra el año 1991, alguien me lo presentó y tiempo después volví a verlo. Fue en su lugar de trabajo, en la Escuela Técnica, dependencia del Ejército ubicada en la avenida Cabildo, allí ejercía su oficio de peluquero. Varias generaciones de soldados y suboficiales pasaron por sus tijeras.

Pocos años antes, todavía cantaba en el barrio de La Paternal y, en un viejo club situado en la calle Fragata Sarmiento y Avenida San Martín, cuando el retiro de la actividad era casi un hecho.

Algunas fotos suyas, de los años cuarenta, ya nada tenían que ver con la actualidad. Las facciones de aquel jovencito carilindo habían desaparecido por completo. Alguna patología había afectado sus piernas y debía esforzarse para caminar con un bastón.

Fue en ese tiempo que lo invité a mi programa Siempre el tango, en Radio Municipal. Ocurrió en los meses iniciales de 1992, justo se cumplían cincuenta años del estreno del tango “Malena”. Cuando llegó el momento dejó su bastón, se puso de pie y, aferrado al respaldo de una silla, comenzó a cantarlo. Aquel delicado tenor ya no lo era, los años lo habían convertido en barítono. Lo hizo con todo su sentimiento y con esfuerzo.

Recordó después, que lo había estrenado en el Cabaret Novelty de la calle Esmeralda 473 y que en el mismo local, compartiendo una mesa con los autores, fue testigo de los trazos finales que realizaron para completar la pieza.

Miranda registró “Malena” —luego que lo hiciera Troilo con Fiorentino—, el 23 de enero de 1942, la partitura la publicó la Editorial Julio Korn recién el día 27. Azucena Maizani lo graba el 13 de marzo. Fue el primero en cantarlo pero no de llevarlo al disco.

El 29 de abril, en el cine Broadway, se estrenó el film de Lucas Demare El Viejo Hucha, la música estaba a cargo de su hermano Lucio y el argumento —basado en una obra teatral—, fue adaptado por Ulises Petit de Murat y Homero Manzi. En él, uno de los hermanos de la familia protagonista sueña con componer un tango. Así sucede y, él mismo, lo da a conocer en un café. El papel lo encarna el actor Osvaldo Miranda, pero cuando canta, su voz es doblada por Miranda. En aquel momento, parte del público llegó a confundirse y no pensó en un doblaje. Hasta algunos medios fantasearon que actor y cantor eran hermanos, pero Osvaldo, nacido en 1915, se llamaba en realidad Osvaldo Isaías Mathón y era sobrino del renombrado payador Arturo Mathón.

Los comienzos de nuestro personaje, fueron en su ciudad natal: Chivilcoy, donde realizó algún estudio musical, aprendió su oficio y cantó en algunas reuniones con el extraño apodo de Pájaro Rojo. Pero su afán era llegar a la gran ciudad, lo cual ocurrió en 1935. Durante varios años vivió en el barrio de Boedo.

Como tantos muchachos ilusionados en la interpretación, se inscribió en la academia de los hermanos Rubistein, Callao 420, donde tuvo la oportunidad que su voz saliera por un par de radios.

El recordado actor y humorista Fidel Pintos era un empleado de Correos que luego de su actividad, junto a su esposa, oficiaban de porteros en el edificio donde funcionaba la academia donde además vivían. Como entendía de música y aporreaba el piano, por amistad, colaboraba muchas veces en las clases y conocía mucho de lo que allí sucedía, incluso tomaba pruebas a los aspirantes. Así fue que, cuando se enteró que Demare buscaba un cantor para su orquesta recién formada, le recomendó a Sciorra que venía de ganar un concurso en Radio Splendid.

Lucio le tomó tres pruebas para aceptarlo, una de ellas ante la presencia de Francisco Canaro y Roberto Fugazot. Pasó airoso el examen y de inmediato, el 13 de junio de 1938, grabó el tango “Telón” y “Din Don”, de Alberto Suárez Villanueva y Evaristo Frattantoni.

A fin de ese año, Demare forma rubro con Elvino Vardaro y el cantor lo sigue. No hay registros de esta formación. En 1941 arranca Demare nuevamente solo y no se detiene hasta junio de 1945. Pero el cantor se queda con él hasta diciembre del 42, dejando en el disco 12 registros más. Destaco, porque son los que más me gustan, además de “Malena”: “Al compás de un tango”, “Mañana zarpa un barco”, "Nunca supe por qué”, “Milonga en rojo”, “No me apures Carablanca”, “Sorbos amargos” y “Pa' mí es igual”.

Si bien la orquesta era excelente, no estaba entre las más populares, no obstante, fue su etapa artística más importante.

Sin conocer los motivos uno bien puede preguntarse la razón por la que no fue requerido por otros conjuntos. Quizás, simplemente, intentó ser independiente, buscar nuevos aires. Pero la realidad es que la historia del tango sólo lo tendrá en cuenta por la trayectoria con Demare. Este director impuso un estilo delicado y cálido que se correspondía, de la misma manera, con el del cantor.

El tiempo fue pasando, no encontró el rumbo y lentamente, fue desapareciendo de un primer plano. Estuvo con Ciriaco Ortiz, más tarde con Antonio Arcieri. En 1944, hizo radio, actuó en locales, alguna gira breve y dos temas desconocidos, grabados en homenaje a la Colonia Mi Esperanza de enfermos de lepra: la marcha “Mi esperanza”, a dúo con Alberto Ayerza y el tango “Soldadito ausente”.

En 1945, grabó en Buenos Aires con la orquesta de Jorge Huirse, en el sello Odeon, pero para ser distribuidos en el Perú. Actuó en Montevideo, también con una orquesta mendocina en Chile, retornó al Novelty cuando fue llamado para formar parte de la efímera Orquesta Argentina, integrada por los músicos que se habían ido de la de Osvaldo Fresedo. Siguió con Campos-Calabró en 1948. Cuando se retira Calabró continuó junto a Enrique Campos sin cambiar la rutina. El resto fueron «changas» para ganarse algunos pesos y un poco de radio.

Para los interesados en discografías cabe agregar unas grabaciones, que posiblemente no se hayan comercializado, con el conjunto de Francisco Grillo: el vals “Tus manos” y “Romance popular”. Y con el de Amadeo Raffo dos temas: los tangos “Mi calendario” y “Mírame”.

Esta es la sencilla y breve historia artística de quien estrenó “Malena” y fue el primer cantor de la orquesta inicial de Lucio Demare. Suficientes méritos para tenerlo en cuenta y prestar atención a su legado sonoro.