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Mario Demarco
Nombre real: Lapunzina, Mario Domingo
Bandoneonista, director, arreglador y compositor
(5 agosto 1917 - 4 febrero 1970)
Lugar de nacimiento:
Buenos Aires Argentina
TEMAS AQUÍ MENCIONADOS
A San Telmo
Tango
Astillas
Tango
Destellos
Tango
Emancipación
Tango
Entrador
Tango
Pata ancha
Tango
Quejumbroso
Tango
Quiero verte una vez más
Tango
Solfeando
Tango
Suipacha
Tango
CREADORES AQUÍ MENCIONADOS
Alberto Garralda
Alfredo Gobbi
Alfredo Marcucci
Antonio Blanco
Antonio Rodio
Aquiles Aguilar
Argentino Ledesma
Arturo Penón
Bernardo Germino
Carlos Marcucci
Carlos Parodi
Edmundo Rivero
Héctor Stamponi
Joaquín Do Reyes
Jorge Caldara
Jorge Sobral
José Carli
José Nieso
Juan Canaro
Julián Plaza
Julio Camilloni
Julio De Caro
Luis Addesso
Luis Piersantelli
Marcos Madrigal
Mario Demarco
Máximo Mori
Norberto Ramos
Orlando Goñi
Osvaldo Manzi
Osvaldo Monteleone
Osvaldo Pugliese
Pablo Lozano
Raúl Lavié
Roberto Guisado
Rodolfo Lesica
Santiago Adamini
Tito Rodríguez
Por
Gaspar Astarita
úsico de primera línea, tuvo la decisiva influencia de dos escuelas tangueras de marcada individualidad y hondo arraigo popular, las de
Alfredo Gobbi
y
Osvaldo Pugliese
.
Pero, este marcado esquema canyengue y evolucionadamente milonguero podía llevarlo a la imitación, pero lejos de ello, este excelente instrumentista creyó honestamente, y así lo demostró, que entre esas dos posiciones estéticas, tan perfectamente manifiestas, podría caber su propia formulación, y así resultó. Las veces en que incursionó con su propio conjunto, mostró su propia definición estilística.
Hizo gala de un tango de grata y particular división rítmica que lo afilió, inmediatamente, a la concepción de avanzada, con permanente juego de figuras canyengues. Un linaje tanguero con fondo adusto, denso, arrastrado por momentos, por el permanente y ceñido empleo del contrabajo ajustándose al sector grave de la cuerda. Y todos, con prudente acentuación, amalgamándose a la mano izquierda del piano, que hacía memorar por momentos al músico que aportó esa rica y novedosa acentuación bordonera:
Orlando Goñi
.
Y el bandoneón cadenero del director, personal y vigoroso, llevándose el conjunto tras de sí. Ahí está, para demostrarlo, la admirable versión de su propio tango, “
Solfeando
”, interpretado por la orquesta que formara en 1965, que ratifica sin ninguna duda esta evaluación de su particular estilo.
Nació en Buenos Aires. Estudió bandoneón con Joaquín Clemente y, luego, armonía y contrapunto con el maestro Julián Bautista.
Antes de 1940, y sin descuidar sus estudios, comenzó a trabajar profesionalmente como acompañante de cantantes solistas, para integrar al poco tiempo las orquestas de
Antonio Rodio
y
Juan Canaro
.
En 1942, pasó a la orquesta de
Alfredo Gobbi
, conjunto en el que comenzó a mamar su futuro y particular estilo y a perfilarse como hombre de punta en la fila de bandoneones. Fue en esa orquesta donde se encontró de pronto con el lenguaje musical con el cual se identificaba.
Con Gobbi arrancó en el local Sans Souci con la siguiente alineación: Toto D'Amario, Deolindo Casaux, Ernesto Rodríguez (Tito) y él en bandoneones;
Alfredo Gobbi
,
Bernardo Germino
y
Antonio Blanco
en violines; Juan Olivero Pro en piano; Juan José Fantín en contrabajo, y los cantores Walter Cabral y
Pablo Lozano
.
Permaneció en esta agrupación hasta 1951 y en esa época dio a conocer una de sus obras más perdurables: “
Entrador
”, un bellísimo tango instrumental de corte milonga, grabado por la orquesta de Gobbi y por la de
Osvaldo Pugliese
.
Sobre los finales de ese año formó su propia orquesta:
Mario Demarco
,
Alberto Garralda
,
Tito Rodríguez
y Ricardo Varela (bandoneones);
Luis Piersantelli
,
Antonio Blanco
, José Singla y Jorge González (violines) —también en algunas instancias
José Carli
y P. Cabrera—; Ernesto Romero (piano), Luis Adesso (contrabajo) y los cantores
Jorge Sobral
y Raúl Quirós.
Actuó en el dancing Casanova, en bailes y otros lugares nocturnos, dejando grabados en el sello Pathé 18 títulos.
Tuvo buena acogida de los entendidos, pero con el gran público no pasó nada, y tuvo que disolver la orquesta a mediados de 1953. Ingresó en la orquesta de
Julio De Caro
en ese mismo año y, a principios de 1954, don Julio dio las hurras, dispersándose una prestigiosa escuadra de fuelles:
Carlos Marcucci
,
Marcos Madrigal
,
Mario Demarco
,
Alfredo Marcucci
,
Alberto Garralda
y
Arturo Penón
.
En junio se incorpora a la orquesta de
Osvaldo Pugliese
para cubrir el alejamiento de
Jorge Caldara
. También le tocó cumplir tareas de arreglador y dejó en ese conjunto varios trabajos que ratificaron su personalidad musical. Serafín Magna, vocero de la orquesta, comentaba su arribo: «Nadie mejor que Demarco, para completar la fila de bandoneones pues es bien reconocida su ductilidad como ejecutante, y que a la vez reforzará el plantel de orquestadores integrado por Pugliese, Balcarce y Peppe».
Con esa orquesta, estrena otro de sus mejores tangos: “
Pata ancha
”, que graban en Odeon —el 13 de mayo de 1957—, con un inmejorable arreglo propio y, curiosamente, en esa placa
Osvaldo Pugliese
estuvo ausente, lo reemplazó
Osvaldo Manzi
. También hizo los arreglos de “
Suipacha
”, “
Emancipación
” y “
Quejumbroso
”.
En 1959, se desvinculó de Pugliese porque la orquesta inició una gira por China y la Unión Soviética, pero Demarco no pudo viajar, pues su esposa estaba enferma. Lo reemplazó
Julián Plaza
. Finalizó ese año actuando y como arreglador en las orquestas de
Raúl Lavié
y
Héctor Stamponi
.
Compuso además: “Sensitivo”, junto a
Máximo Mori
; “Aquella deuda” y “Pavada”, con letras de
Julio Camilloni
; “
Astillas
”, letra de Jacinto Alí; “Sin un adiós”, con Reinaldo Yiso; “Para Pirincho”, con
Santiago Adamini
y “Barro y asfalto”, con
Jorge Sobral
y Roberto Vilar.
Entre 1960 y 1963, forma algunos conjuntos para acompañar a cantantes solistas, entre ellos:
Edmundo Rivero
, (Discos Philips),
Argentino Ledesma
(Odeon) y
Jorge Sobral
(Columbia).
En 1964,
Alfredo Gobbi
reagrupa su conjunto y lo vuelve a convocar. Debutan en Patio de Tango, pasan a Sans Souci y actúan en Radio Splendid. En esos días, estrena su tango más representativo: “
Solfeando
”. Pero esta nueva etapa de Gobbi concluye ese mismo año.
Siempre en 1964, pasa a la orquesta de
Joaquín Do Reyes
. La fila de bandoneones la forman
Máximo Mori
,
Mario Demarco
, Santiago Cóppola y Antonio Marchesse; en el piano
Carlos Parodi
,
Osvaldo Monteleone
en contrabajo y los violines de
Roberto Guisado
,
Aquiles Aguilar
,
José Nieso
y Claudio González y la voz de Ricardo Aguilar.
En agosto de 1965, formó orquesta propia con elementos noveles, desconocidos casi todos en las grandes carteleras del tango, más el valioso aporte del violín de
Roberto Guisado
. Para el sello Solfeando registró 4 temas instrumentales —de impecable interpretación: “
Solfeando
”, “Sensitivo”, “
A San Telmo
” y “Muy picante”, junto a 4 cantados por Marcelo Soler y Jorge Román.
Toda su vigorosa personalidad artística quedó plasmada en esas grabaciones: su formación decareana, las influencias de Gobbi y Pugliese, sus conocimientos musicales, su fuerza interpretativa —milonguera y zapadora—,y al ejecutante de fibra, marcando su inconfundible canyengue a la orquesta, o fraseando desde su bandoneón, tierna y emotivamente.
Después de esta fallida experiencia vuelve a acompañar cantores, rebuscándosela como mejor puede. En el año 1966, se destaca un disco que graba con
Rodolfo Lesica
, en el que sobresalen dos títulos: “
Destellos
” y “
Quiero verte una vez más
”.
Al año siguiente, lo tenemos en la cantina Ernesto, de Corrientes y Gallo —en pleno barrio del Abasto—, formando un trío con
Norberto Ramos
en piano y Enrique Maldonado en contrabajo, acompañando a una verdadera legión de cantores por noche. También vuelve a acompañar a
Edmundo Rivero
en la grabación de un disco.
En 1968, siempre en actividad pero con marcados altibajos, comenzó a grabar acompañando al cantor Gerardo Mancini, completando apenas la mitad de la placa. Desde hacía un tiempo sentía fuertes dolores en una mano, aviso de un grave mal que fue detectado más adelante. La rápida y desfavorable evolución de la enfermedad obligó a la amputación de la mano izquierda.
La muerte lo sorprendió antes de lo esperado, tomando un café en la confitería El Aguila, al lado de SADAIC. Fue un paro cardíaco.
Se me ocurre, para finalizar esta breve reseña, que son oportunos unos versos de
Julio Camilloni
: «Estrella que se apaga repentina y dolorosamente... Bandoneón cadenero en toda orquesta y orquestador de tango, tango y tango».
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