Peregrino Paulos

Nombre real: Paulos, Peregrino
Violinista, director y compositor
(1889 - 21 noviembre 1921)
Lugar de nacimiento:
Buenos Aires Argentina
Por
Néstor Pinsón

an pasado muchos años desde su desaparición. ¿Pero por qué los investigadores se han ocupado tan poco de su trayectoria artística? De Paulos poco se sabe, en los medios consultados sólo unas pocas frases que nada difieren unas de otras. Es posible que el desapego demostrado hacia su trabajo se deba simplemente a que no llamó la atención, ni como músico, ni como compositor, ya que sus dos tangos destacados fueron tomando ímpetu después de su muerte.

En esta nota intentaremos, aunque modestamente, rescatar algunos aportes sobre su figura, hechos por coleccionistas e historiadores.

El libro que escribieron Héctor y Luis BatesLa historia del tango—, editado en 1936, presenta, luego de una interesante introducción histórica, cuestionada por muchos pero leída y consultada por todos, una serie de transcripciones de reportajes radiales a las figuras del momento y las del tiempo de antes, aún con vida. Paulos ya no estaba, pero igual, aunque no haya existido la charla, le dedican una nota muy pobre, pues sólo transcriben un par de datos ya conocidos y el resto es palabrerío. Cito esto, no en desmedro de los autores, sino pensando que a sólo quince años de su muerte poco sabían del autor de “Inspiración”, que por entonces, ya era un tango bien divulgado.

En la Antología del Tango Rioplatense, del Instituto de Musicología Carlos Vega, un octavo de columna se ocupa en mencionar algunas de sus composiciones y puntualizar que el origen de su familia era griego.

En el interesante trabajo de Oscar del Priore e Irene Amuchástegui Cien tangos fundamentales, resulta que es hijo de un músico español de su mismo nombre y de una dinamarquesa.

Sus dos hermanos también fueron músicos; Roque Paulos colega suyo y Niels Paulos (argentinizado como Nelson Jorge), pianista. Peregrino integró el conjunto de Augusto Berto, a su lado Horacio Gomila y en el piano Domingo Fortunato cuyo lugar, luego, fue ocupado por Niels.

En el libro citado, los autores ubican como lugar de actuación, entre otros, el café de Avenida de Mayo 899 y que ellos fueron quienes estrenaron “6ª del R. 2”, titulado así a pedido de Niels que deseaba homenajear a sus compañeros de servicio militar. Recién en 1922 cuando Firpo lo llevó al disco tuvo su título definitivo: “Inspiración”.

Del Priore y Amuchástegui reproducen el fragmento de un reportaje realizado a Niels, en la revista Ocurrió del 13 de febrero de 1965, allí expresa: «Era buen mozo, de ojos claros y cabello ondulado, nariz fina aguileña, era alto y fornido. Estuvo largamente internado. Padeció mucho el pobre y no lo merecía, era todo bondad y ternura.»

Después de Firpo el tango cayó en el olvido. Hasta que Maffia, en 1929, con Pugliese y Vardaro integrando el conjunto, lo incorporó en su repertorio. Lo grabó poco después en el sello Brunswick.

En 1931, para el mismo sello y ya con la letra de Luis Rubistein, lo registra Agustín Magaldi, enseguida Alberto Gómez con Adolfo Carabelli y Libertad Lamarque. Después, vinieron incontables grabaciones hasta convertirse en un clásico por todos reconocido.

Fue excelente también, la repercusión de “El distinguido ciudadano”, llevado al disco por Di Sarli en el año 1946 y en junio de 1952. Este tango fue compuesto para la comedia teatral de José Saldías y Raúl Casariego del mismo nombre.

Como dato curioso, resulta interesante un reportaje a Manuel Pizarro, en el cual el afamado director pone en tela de juicio la autoría de Peregrino: «Poco tiempo después, formé parte de un cuarteto que incluía a Tito Roccatagliata, a Ernesto Ponzio y al pianista Nelson Paulos (su nombre era Niels Jorge Paulos, hermano menor de Peregrino Paulos). Nelson, aunque era casi una criatura, componía con mucha facilidad cosas tan lindas como “El distinguido ciudadano” e “Inspiración”. Como era tan joven no les daba importancia, razón por la cual, eran firmadas por su hermano».

Otros títulos de su autoría fueron: “L’abbayé” (La Abadía), dedicado al cabaret del mismo nombre, ubicado en Esmeralda entre Lavalle y Tucumán; “Balconeando”, “El loro”, “El temporal”, “Golondrina”, “Lamentos de un criollo”, “La murga” y “Tomasito”.

En alguno de los artículos, se duda sobre la existencia de un conjunto propio y, más aún, de que haya llegado a los estudios de grabación.

Hace pocos años, el investigador y coleccionista Bruno Cespi me comentó un descubrimiento casual que —con motivo de esta nota—, me relató en detalle.

Durante mucho tiempo lo intrigaban cuatro de sus discos, entonces ocho grabaciones, con la etiqueta del sello ERA, debajo de los títulos no figuraba el nombre de ningún intérprete, se trataba de un conjunto pequeño propio de fines de la década del diez. Hasta que un día pasando las hojas de la antigua revista Caras y Caretas —o quizás fuera Fray Mocho—, se detuvo en la publicidad extensa de los discos que acababan de ponerse a la venta. Allí encontró aquellos ocho títulos, los números de matriz eran coincidentes y, al pie de cada título: Orquesta P. Paulos.

Ellos son sin seguir un orden: “De mi tierra”, de Juan de Dios Filiberto; “La polla”, de Francisco Canaro; “Hasta después de muerta”, de Ricardo González; “El batacazo”, de Manuel Pizarro; “Lamento de un criollo”, del propio Paulos; “Ausencia”, vals de Luis Teisseire; “La biblioteca” y el vals “Penas de amor”, ambos de Augusto Berto.