Helena

Tango

Tus manos, en gesto suave,
proclaman tu aristocracia
y está en tus ojos la gracia
de tu encanto singular;
y pongo a tu zapatito,
mi corazón como alfombra,
cuando mi labio te nombra
en sutil cantar...

Helena... digo dulcemente;
musicalmente
suena mi voz;
y es que la noche, en el misterio,
tu nombre roba para su salterio:
Helena... Dice la arboleda,
la brisa leda
y el surtidor...
Mientras tu nombre gentil,
al pasar,
deja fragancias de flor...

Lleva, en la fiesta mundana,
la elegancia de tu traje
la escolta del homenaje
de sincera admiración;
y mis ojos cautivados
te siguen desde la sombra
en tanto el labio te nombra
con veneración...