Preguntas y respuestas

Foxtrot

Detrás de una sonrisa
de encantadora ingenuidad,
tu voz que me acaricia
se asoma a preguntar:
Dueño mío, que me dices
que me quiere más que ayer,
¿así, toda la vida,
también me has de querer?

Curiosa deliciosa:
tú sabes ya que sí.
No sigas las preguntas
y miremos el jardín,
pensando que es tan joven
y espléndido el rosal
y el frío de una noche
lo puede marchitar.

Mi ingenua, ingenuamente
miremos el rosal.
Ayer te amé... hoy más que ayer
¡no busques más verdad!

Quién sabe si yo un día
seré el esclavo de este amor.
Quién sabe, yo pregunté,
con temblorosa voz:
Reina mía, que yo adoro,
que es mi solo y dulce bien,
¿me quieres mucho... mucho?
¿Me quieres más que ayer?

Acaso me contestes
con risa de cristal:
¿Qué opinas si te digo
que miremos el rosal?
Acaso agregues luego,
sin fuego ni emoción:
Te quiero... sí, te quiero...
con todo el corazón.

¡Oh, cuánto ingenuamente,
se puede preguntar!
Hoy eres tú. Mañana yo.
¡La eterna ingenuidad!