Fue tu paso por mi vida
dulce sueño venturoso
que jamás podré olvidar;
y tu imagen tan querida,
recordándola amoroso,
siento ganas de llorar.
Me forje mil fantasías
y un altar alcé en mi pecho
para el culto de tu amor;
pero tú no me querías,
y hoy que todo se ha deshecho
te recuerdo con dolor.
Mi Cariño, tú no sabes
qué vacía sin ti es la existencia;
no comprendes ¡cómo sufro!
con la espina de tu indiferencia.
Tu recuerdo me persigue
mas mi pena, calma no consigue.
Y hoy que todo ya se ha ido
voy cantando mi dolor,
y es muy débil el latido
de mi pobre corazón.
Yo me acuerdo de tus ojos
como tu alma renegridos;
de tu risa de cristal,
de tus finos labios rojos,
de esos labios fementidos
que besé, para mi mal.
Pero el daño que me hicieras
con se mucho, Nena mía,
no ha matado mi pasión.
Si a mi lado tu volvieras,
como siempre te querría
perdonando tu traición.