Con la carga de los años
voy marchando en mi camino
cual anciano peregrino
que busca la soledad,
mi vida en la orfandad
sólo tiene sinsabores
y busco tiempos mejores
para poder descansar.
En mi pobre vida errante
yo encontré siempre maldad
y el transcurso de los años
sólo me dio mezquindad.
Soy un pobre desgraciado
que luchó para rodar,
enteco y martirizado
sin familia y sin hogar.
Sólo pido en mi agonía
me salven de esta aflicción,
porque no existe en mi vida
ni siquiera una ilusión.
Padres no tengo, ni amor
que me alivie el corazón,
y si muere mi esperanza
ya jamás tendré valor.
Hace tiempo yo he perdido
al cariño más profundo,
y por eso yo suplico
un alivio en este mundo.
Muchas noches he llorado
en mi triste soledad
y a la Virgen he rezado
implorándole piedad...