Virgen morena

Granada fue la cuna
de mi gitana hermosa,
más fresca que una rosa
color de trigo y buena como el pan.
Allá en la Alambra un día
sentía su embrujo santo,
y así brotó mi canto
en los jardines de un sultán...

Te daré mi corazón... ¡mi corazón!
como prueba de cariño... ¡de pasión!
Hoy te quiero confesar
que en mi pecho hay un altar
pa’ rendirte adoración...
En sus ojos vi brillar
todo el fuego de su amor,
y me dijo dulcemente:
¡Yo te adoro locamente,
dame un beso abrasador!

Como mi morena, gitana y buena,
yo vivo contento porque es de ley:
en mi casita soy el rey,
yo no conozco penas.
Bebo en su boca dulce miel
tengo en sus ojos luz de sol,
su reír es un cascabel
para embrujar el amor... ¡Olé!

Le dicen por las calles
a mi gentil morena:
¡Ahí va la Macarena,
que hoy a Granada quiere visitar!...
Yo a veces siento celos
al verla codiciada,
pero ella, enamorada,
me dice así con su cantar:

Yo nací pa’ mi cachí... ¡pa’ mi cachí!
Y jamás podré olvidarlo... ¡ni él a mí!
Yo te di mi juventud
y juré por mi salud
¡ser solita para ti!...
Y también tú seguirás
pegadito a mi querer,
porque sabes, zalamero,
que por tus achares muero
y me quieres más que ayer.