Vago sólo y triste por la acera
mientras pienso a mi manera
si es verdad que estoy viviendo…
Lucho por saber si en el misterio
de tu vida y de mi vida
cabe algún remordimiento.
Es que estoy atado a tu cariño,
es que estamos solos frente al mundo...
Sé que aunque me quieras y te quiera
no habrá nadie que comprenda
nuestro amor...
Estoy viviendo sin querer,
ni comprender,
en este infierno...
Estamos solos frente a Dios
en el horror
de este tormento...
Nadie... nadie nunca ha imaginado
todo... todo lo que nos amamos...
¡Y en esta lucha puede más
todo tu ser
que tanta soledad...!
Vivo sin vivir en este infierno
preguntándome si es cierto
que ante el mundo nos queremos.
Quiero que este amor tan imposible
se haga carne en nuestras vidas
para ahogar este silencio.
¿Quién ha de oponerse... vida mía...,
quién nos detendrá si nos queremos...?
Porque aunque se oponga el mundo entero,
solamente será el mundo
de los dos...