ieto del presidente General Ramón Freire, debió viajar a nuestro país con toda la familia a raíz de la guerra civil de 1891 que costó la vida al presidente de Chile José Manuel Balmaceda.

Siendo niño fue aquejado de una grave enfermedad que interrumpió sus estudios de piano. Impulsado por su madre, se inició en el terreno de la creación musical, como una manera de ayudarse a llevar en mejores condiciones su estado de postración.
En aquella noche del verano de 1913 que invitado por Don Pancho Taurel acude José Razzano junto con Carlos Gardel a una reunión de gente más o menos bien para amenizarla con sus canciones. Se hallaron frente a este culto músico que además de ejecutar sus obras en el piano, les enseñó y luego los secundó con su instrumento en el “¡Ay, ay, ay!”, que sería después su tan popular canción. Fue aquella misma lejana noche que al seguirla en el Armenonville, quedó formalizado el que sería célebre dúo Gardel-Razzano.

Dicha canción la grabaron años más tarde cuando ingresaron a los discos Nacional y Gardel hizo lo propio con su estilo “Como agoniza la flor”. Podría decirse que fue el primer maestro que tuvo nuestro recordado dueto criollo.

Sus hijas Lilly y Mercedes Pérez Freire que conformaron un excelente dúo y amenizaron incontables veladas en aristocráticas salas de Buenos Aires, Santiago y de otros países, habiendo también impreso discos, cuando aún eran niñas compartieron el cartel del Teatro Moderno con Gardel-Razzano, acompañado por su piano, en funciones auspiciadas por la Sociedad Argentina de Compositores, en el año 1914, mes de noviembre.

En una lista de la antigua editora musical porteña de Ortelli Hnos., encontramos buena cantidad de títulos de sus composiciones, donde predomina lo criollo entre la variedad de sus músicas: además del citado “¡Ay, ay, ay!”, bien popular es su tango “Maldito tango”, que lleva letra de Luis Roldán y la tonada “El moro volvió sin él”. El tango creado por la célebre Raquel Meller y la tonada grabada por Lola Menbrives.

Las cuecas: “La Argentina”, “¡Viva Chile y la Argentina!” y “La estrella solitaria y el sol de Mayo”, los estilos: “El overo rosao”, “Por tu ausencia”, “Bajo el alero [b]”, “El cono”, “La tranquera [b]”; las canciones: “¿Y por qué no mi querís?”, “Rio, Río”, “Copihues rojos”, “Ioro como iora un niño”, “Io ia sabía”, “Decime si me querís”; las tonadas: “El delantal de la china”, “Los consejos de Tata”, “Negrito [b]”, “Decime pa' qué viniste”, “Pobre viejo despilchao”, “El gualicho”; los valses “Brisas”, “Espumas”, “Flor de sombra”, “Reflejos [b]”, “Vértigo”, y los tangos: “Media luna”, “Quince días de filo”, “Probá que te va a gustar”, “Mi tirana”, “Mi nena [b]”, “Mi regalona”, “Mi reina”, “Mi ricurita”, “Trade Mark”, “El triunfo del tango”, “Conde Orsini”, “Meta merengue, no más”, “Mar de fondo [b]”, “Alfonsito”, “Entre dos luces”, “El mascotón”, “Pan criollo”, son algunos títulos de sus 200 obras, algunas con versos de Estanislao Del Campo, Francisco Aníbal Riú, Alcides de María, Pedro Numa Córdoba, Luis Roldán, Domingo Nocera Netto, José Soffía

Recorrió Europa y recaló en España donde hizo música de distintos matices. Antes actuó por varias emisoras radiales argentinas.

Pérez Freire nació en Santiago (Chile) el 29 de enero de 1877 y falleció en Madrid (España) el 2 de abril de 1930.