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Luis Viapiana
Real name: Viapiana, Luis
Nicknames: Andrés García
Guitarist, singer and composer
(26 October 1894 - 24 February 1968)
Place of birth:
Montevideo Uruguay
SONGS IN THIS ARTICLE
As de cartón
Tango
Barrio querido
Tango
El trovador
Vals
La pastora
Tango
Quimera
Tango
ARTISTS IN THIS ARTICLE
Agustín Magaldi
Carlos Gardel
Juan Manuel González
Luis Viapiana
Néstor Feria
Roberto Aubriot Barboza
Saúl Salinas
By
Orlando del Greco
[Spanish]
esde muy joven anduvo con su voz y su guitarra en ruedas de cantores y al tiempo formó varios dúos criollos para actuar en teatros, cines, varietés y radios, entre los cuales recordamos los llamados Viapiana-Cohen y Viapiana-González; este último formado en 1928 y de buen suceso artístico. Al tiempo que cantaba hacía de locutor en la Radio Paradizábal de la que fue director después.
Dio muestras de buen compositor desde su primera obra: “Tucumana mía”, zamba del año 1926 que fue grabada por el dúo Magaldi-Noda.
Entre su numerosa producción se destacan, “
Quimera
” y “
As de cartón
” que compuso con
Juan Manuel González
, su compañero de dúo, y letras de
Roberto Aubriot Barboza
, dos tangos que siempre se oyen con lozanía por
Carlos Gardel
, y “El alma del tango” que hizo con el mismo González sobre versos de Víctor Pérez Petit, que grabó
Agustín Magaldi
. Otros “Musiquita”, “
Barrio querido
”, “
El trovador
”, “Mimí se fue”.
En una de sus andanzas por Buenos Aires allá por 1921, conoció a
Carlos Gardel
, que actuaba en el Teatro Empire por ese entonces, presentado por el famoso
Saúl Salinas
.
A propósito de Gardel, dijo para el suplemento familiar del diario El Día de Montevideo del 26 de junio de 1958 lo siguiente: «Lo que más cuesta creer en quienes no conocieron a Gardel, es que él fuera un hombre retraído y poco expansivo. Ese era su signo temperamental excepto cuando se encontraba entre amigos. Entonces era desenvuelto, exuberante y la sensación de camaradería cristalizaba, perfecta, a su alrededor, como en la rueda del Tupí cuando se cantaba a media voz, hasta que a eso de las dos de la mañana San Román nos decía: —«Esto se terminó señores». Pero con los extraños era frío, hasta huraño.
«Por supuesto, y tal como se ha dicho siempre, es cierto que con los humildes era amistoso. En más de una oportunidad me tocó presenciar, a la salida del teatro, como los canillitas se le acercaban. Gardel, entonces, se desplazaba hacia algún rincón oscuro donde nadie pudiera ver lo que hacía. Y allí estaba unos minutos destribuyendo algunos pesos entre los muchachitos que se arracimaban junto a él.
«No admiraba más que a unos pocos cantores en una época en que había cientos. Uno por quien sentía verdadero fervor, además de amistad, era
Néstor Feria
. Todavía me parece ver a Gardel con su hermosa sonrisa diciendo impulsivamente: —«¡El negro Néstor...! ¡Viste que lindo canta!». Así hablaba Gardel.
«Pero la cosa más linda en él y lo que más me impresionaba siempre era el señorío con que cantaba. Hay que tener en cuenta que muchas veces se enfrentó a públicos que lo iban a ver con el mismo atuendo y la misma actitud con que se va a la ópera. Damas enjoyadas y caballeros ceremoniosos perdían su compostura oyéndolo cantar “
La pastora
” o “Brisas de la tarde”.
«Gardel, sí. Hermoso recordarlo. Pero hay dos cosas muy acongojantes para mí en estos recuerdos. Una es que cuando llegó la noticia de su patético fin, a mí me tocó decirla, sobrecogido y alelado, ante el micrófono CX14 El Espectador.
«La otra reminiscencia es más triste aún. Es algo como una pesadilla que quisiera olvidar. Cuando se hizo la colecta para las viudas de los guitarristas muertos, me designaron para ir a llevar el dinero. Llegué a la casa de Barbieri y, apenas cambiadas las primeras palabras, la viuda me dice en voz muy baja y escalofriante: — «¿Sabe Viapiana que el canario no canta?». Quedé desconcertado. No sabía de qué me hablaba. Y ante mi silencio ella repitió varias veces: «El canario no canta... no canta...» y no me daba una explicación ni yo me atreví a pedírsela. Después que nos despedimos, y ya en la calle, desprendiéndome de la atmósfera de angustia, recordé que mucho tiempo atrás yo le había regalado un canario a Barbieri. Era el que no cantaba más».
Luis Viapiana
nació en Montevideo el 26 de octubre de 1894 y allí falleció el 24 de febrero de 1968.
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