Allá en el patio

Tango

Allá en el patio, junto a la cocina,
murió en un grito pleno de dolor
la risa clara, pura y cristalina...
de la mujer que le cantó al amor...
El Ñato Pintos, con el alma llena
de un odio sordo, bárbaro y fatal,
en las mejillas, carne de azucena,
¡puso la caricia del amor brutal!

Roja señal
dejó en el rostro de aquella mujer
el frío puñal
¡de un malevo querer!

Pasa las horas detrás de la ventana,
virgencita sin luz ni altar
la que ya sabe que no tendrá mañana
su poemita sentimental...
Hoja en blanco tachada por la herida
que el malevo feroz trazó,
lleva el drama doliente de su vida
¡que sin nido de amor quedó!

Allá en el patio donde aquella noche
de un drama de arrabal se alzó el telón,
sin gritos de protesta, ni reproches,
llora el dolor un pobre corazón.
Y en ese patio que ya no oye nunca
risa vibrante y plácido cantar,
besó la luna la quimera trunca
de la virgencita que no pudo amar.