Sube este perfume
de tus pétalos de hoy,
ladran tus zarpazos como pueden,
mi lugar de muerte
es esta herida junto a vos,
y sin embargo te vuelvo a nombrar.
Llevo tus derrumbes
sobre el lomo y en la piel,
¡ardo en castillitos de tinieblas!,
mi temblor primero
fue el otoño que te di,
sin tu luz me muero de sed.
Sombra de tus gestos imposibles,
cielo de tus labios al clarear,
perfumado en azul,
todo un siglo me voy,
¡de tu sangre de nuevo hasta mí!
Soy como la miel de los cuchillos,
tengo un mazo antiguo y otra voz,
de tan alto caí que si quiero volver,
todo el gris me recuerda quien soy.
Tengo este demonio
que me sigue a donde voy,
andan tus nostalgias en mis venas,
mi puñal maduro
es este orgullo que te di,
casi humano te nombra hasta el mar.
Éramos salvajes
como fuego en el papel,
¡cruzo este desierto aunque me duela!
mi jazmín de arena
se derrumba ante la luz,
tu rumor se enmujera en mi piel.